Un r¨¦gimen en mutaci¨®n
NICOLAS SARKOZY, sin decirlo, est¨¢ liquidando la V Rep¨²blica en Francia. Y lo hace desde arriba, cambiando, por la v¨ªa de los hechos, la funci¨®n presidencial. Durante la campa?a electoral, Sarkozy esquiv¨® el debate sobre la transformaci¨®n de las instituciones hacia una VI Rep¨²blica, con m¨¢s poder al legislativo y m¨¢s mecanismos de participaci¨®n, que lanz¨® S¨¦gol¨¨ne Royal. Desde que lleg¨® al poder ha puesto en marcha una mutaci¨®n acelerada de la clave de b¨®veda del r¨¦gimen que fund¨® el general De Gaulle: la presidencia.
En la concepci¨®n gaullista, que se transmiti¨® de un presidente a otro, como si hubiesen sido seleccionados gen¨¦ticamente para el cargo, el presidente era el soberano, poseedor de la ¨²ltima palabra, siempre por encima de la conflictividad social y pol¨ªtica cotidiana. El propio general De Gaulle lo defini¨® con precisi¨®n en una de sus famosas frases: "Yo me ocupo de Francia, son mis ministros los que se ocupan de los franceses". Ocuparse de Francia quer¨ªa decir del lugar y del papel de Francia en el mundo, y por eso la pol¨ªtica exterior fue siempre, incluso en los tiempos de cohabitaci¨®n, considerada territorio reservado del presidente de la Rep¨²blica. Y quer¨ªa decir tambi¨¦n preservar los mitos de la identidad nacional, por ejemplo, con la magnificaci¨®n de la Resistencia y el tab¨² de la Colaboraci¨®n. En este sistema, el presidente de la Rep¨²blica permanec¨ªa y los primeros ministros pasaban. La funci¨®n principal del jefe de Gobierno era ser el fusible que se cambiaba para salvar al presidente cada vez que las aguas del malestar provocaban cortocircuitos.
A Nicolas Sarkozy le gusta vivir peligrosamente. Es cierto que hay cargos que imprimen car¨¢cter, y la presidencia de la Rep¨²blica Francesa, m¨¢s que cualquier otro. Habr¨¢ que dejar pasar el tiempo para ver si los esp¨ªritus del Elys¨¦e acaban domando al hiperactivo l¨ªder conservador. De momento ha optado por el riesgo. Y ha decidido ocuparse directamente de los franceses. Su ¨¦nfasis en la pol¨ªtica exterior tiene mucho de pol¨ªtica interior: hacer creer a sus compatriotas que Francia vuelve a ser alguien en el mundo como motor de reconciliaci¨®n nacional. Pero adem¨¢s ha decidido bajar directamente al terreno de los conflictos y asumir como propios los m¨¢s delicados dossiers del Estado. Sarkozy es el primer presidente franc¨¦s de la V Rep¨²blica que, alcanzada la recompensa suprema, no ha mutado en soberano, sino que sigue actuando como un pol¨ªtico de choque. Veremos c¨®mo impactan estas pol¨ªticas sobre las instituciones. El presidente de la Rep¨²blica no puede comparecer ante la Asamblea Nacional ni es responsable ante ella. Al convertirse Sarkozy en un presidente ejecutivo que dirige directamente la pol¨ªtica del Gobierno, ?es sostenible esta radical separaci¨®n?
La clave de la pol¨ªtica est¨¢ en la iniciativa. Y en la sociedad medi¨¢tica, la iniciativa requiere acci¨®n permanente. Sarkozy asume el riesgo, pero la V Rep¨²blica carece de mecanismos para el control de la acci¨®n del presidente. Aqu¨ª hay un problema. A Sarkozy le importa poco. Lo ¨²nico que quiere es imponer su capacidad de propuesta. El "tratado simplificado" que Sarkozy propone para sacar a Europa del marasmo no es ninguna novedad. Pero Sarkozy tiene ahora la fuerza de proposici¨®n que no tienen otros. El problema es que esta fuerza se pierde r¨¢pidamente si no se consigue culminar con ¨¦xito lo que se propone. Y que las propuestas se difuminan si no hay un proyecto pol¨ªtico que las articule. En Espa?a, sin ir m¨¢s lejos, hemos visto c¨®mo el Gobierno se ha ido quedando atrapado en un c¨ªrculo vicioso, del que no sabe c¨®mo salir, porque las iniciativas de la primera fase de la legislatura se han ido difuminando, porque los procesos se han frustrado antes de completarse o no se han concretado. Y as¨ª, la pol¨ªtica espa?ola est¨¢ varada con una derecha escorada hacia sus extremos y un Gobierno que no sabe c¨®mo romper las barreras del tema vasco en que entre todos le encerraron y ¨¦l solito se meti¨®.
En un par de a?os veremos si Sarkozy ha reventado las resistencias de la V Rep¨²blica o si el peso de la p¨²rpura acaba sent¨¢ndole, como a sus antecesores, en el solio del soberano distante e irresponsable. Si Sarkozy sigue a lo suyo, inevitablemente las instituciones evolucionar¨¢n y Francia pasar¨¢ de un r¨¦gimen presidencialista mon¨¢rquico a un r¨¦gimen presidencialista republicano, que es lo que requiere una sociedad moderna. De lo contrario, el paso de Sarkozy por el poder quedar¨¢ en un ef¨ªmero tratamiento de shock.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.