Bien armados, con mucho dinero y dispuestos a morir
La misteriosa milicia Fatah al Islam es una sucursal de Al Qaeda. Desde hace un a?o se ha infiltrado en un campo de refugiados. Y ahora quiere incendiar L¨ªbano
"Comenzaron a llegar hace m¨¢s o menos un a?o, uno tras otro. Hace seis meses los ten¨ªamos ya a todos en el campo paseando por las calles armados y desafiantes". As¨ª relata Al¨ª Mustaf¨¢ la llegada de los milicianos sun¨ªes de Fatah al Islam al campo de refugiados palestino de Nahar el Bared, convertido por este grupo armado, vinculado a Al Qaeda, en escenario de su desaf¨ªo abierto al Gobierno liban¨¦s. La batalla se ha cobrado ya m¨¢s de un centenar de vidas y ha provocado un ¨¦xodo masivo de los refugiados palestinos del campo.
Mustaf¨¢ es una de esas personas que tuvieron que huir de su casa cuando, el domingo pasado, empezaron los combates. Mustaf¨¢ escap¨® de noche, aprovechando un alto el fuego temporal, para llevar a su familia al vecino campo de Baddawi, que alberga a casi la totalidad de los 15.000 palestinos que huyeron de Nahar el Bared.
"Cuando llegaron, ocuparon edificios que pertenec¨ªan a Fatah al Intifada [grupo del que se escindi¨® Fatah al Islam] y compraron casas que val¨ªan 20.000 d¨®lares por el triple de su valor de mercado. Poco despu¨¦s, todos iban en motos. Algunos se casaron con mujeres del campo, pero en realidad nunca se integraron, son extranjeros", explica Naser Abu Had, maestro del sitiado campo liban¨¦s. "Tienen mucho dinero, est¨¢n bien armados y bien entrenados", a?ade.
Los casi 200 terroristas que tomaron el control de Nahar el Bader no son mayoritariamente palestinos y proceden de pa¨ªses como Jordania, Siria, Yemen, Sud¨¢n y Arabia Saud¨ª. Son veteranos de las guerras de Afganist¨¢n e Irak. Fuentes militares reconocen que tambi¨¦n hay muchos libaneses en las filas de la milicia, y lo saben porque la mayor¨ªa de la veintena de cad¨¢veres de terroristas que lograron sacar del campamento durante la tregua del mi¨¦rcoles eran de esa nacionalidad. Lo que no se sabe es si tambi¨¦n son veteranos combatientes o fueron captados m¨¢s recientemente.
El jefe de la milicia, Shaker al Absi, es palestino. Naci¨® en Jeric¨® (Cisjordania), seg¨²n cont¨® su hermano Abdelrazaq a la televisi¨®n local. A?adi¨® que Shaker, padre de siete hijos, es piloto militar y que se entren¨® en Europa del Este, aunque no especific¨® en qu¨¦ pa¨ªs.
La familia Al Absi emigr¨® de Palestina a Jordania y all¨ª residen la mayor¨ªa de sus miembros. Shaker sali¨® del reino hachem¨ª huyendo de la justicia, que lo conden¨® en ausencia por su participaci¨®n en el asesinato del diplom¨¢tico estadounidense Lawrence Foley, perpetrado en Amm¨¢n el a?o 2002. En este crimen tambi¨¦n estuvo involucrado Abu Musad al Zarqaui, el jefe de Al Qaeda en Irak muerto por las tropas estadounidenses en 2006. Desde 2003, y hasta hace poco m¨¢s de seis meses, Al Absi cumpli¨® una condena por terrorismo en Siria. Una vez liberado, cruz¨® la frontera hacia L¨ªbano.
La relaci¨®n entre Al Zarqaui y Al Absi es el punto de partida de los lazos de Fatah al Islam con Al Qaeda. Marwan Bishara, un reconocido experto en los conflictos de Oriente Pr¨®ximo, explic¨® en la cadena Al Yazira que aunque no cabe duda de que Fatah al Islam "tiene una clara influencia ideol¨®gica" del grupo terrorista dirigido por Osama Bin Laden, "sus l¨ªderes son aut¨®nomos y sus operaciones tambi¨¦n". En L¨ªbano, la existencia del grupo sun¨ª sali¨® a la luz en noviembre del a?o pasado, cuando dos de los cabecillas fueron arrestados. En febrero volaron dos autobuses cerca de Beirut y causaron la muerte de tres personas. Hace una semana asaltaron un banco en Tr¨ªpoli, desencadenando la batalla con el Ej¨¦rcito liban¨¦s.
"?Que c¨®mo sab¨ªa que eran los de Fatah al Islam? Porque tienen el pelo largo, la barba larga y, sobre todo, una mirada muy dura, y van siempre armados", cuenta Salam Abu Rajab. La mujer, de 22 a?os, se pone nerviosa al recordar cuando se cruzaba con los milicianos en las estrechas calles del campo. Ramia y Dannah, ambas en la veintena y estudiantes universitarias, rememoran un incidente con los terroristas. "Un d¨ªa un grupo de ellos se puso a disparar al aire frente a una escuela, sin motivo, s¨®lo para demostrar su fuerza", dicen.
Mohamed, uno de tantos adolescentes que dan vueltas sin nada que hacer en el campo de Baddawi, relata c¨®mo los milicianos les reprendieron a ¨¦l y su pandilla de Nahar el Bader: "Pasaron frente a nosotros, nos escucharon y se volvieron para ordenarnos que no dij¨¦semos blasfemias. Nunca entend¨ª qu¨¦ les hab¨ªa parecido mal".
"Intentaban imponer la shar¨ªa (ley isl¨¢mica) por all¨ª donde pasaban", cuenta el joven Ahmad al Kassam. "Por suerte para nosotros, los hombres de Fatah Abu Omar nos proteg¨ªan".
Fatah Abu Omar es la facci¨®n de milicianos palestinos m¨¢s numerosa dentro del campo de Naher el Bader y se supone que est¨¢ a cargo de la seguridad. A¨²n siguen all¨ª y, seg¨²n los refugiados, protegen a los civiles que quedan y son neutrales en la lucha entre Fatah al Islam y el Estado liban¨¦s. No son integristas y contin¨²an fieles a la l¨ªnea de Fatah, el principal grupo dentro de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) y madre de todas las facciones existentes.
Al Kassam explica que cuando llegaron los "extranjeros" comenzaron a ocupar los edificios gestionados por Fatah al Intifada, tres en el centro del campo, junto a la principal mezquita, y uno abandonado muy cerca de la playa. "En esos edificios se concentraron los combates", recuerda. Ninguno de los palestinos explica c¨®mo y por qu¨¦ la facci¨®n Fatah Abu Omar, omnipresente, permiti¨® a los extranjeros armarse hasta los dientes y hacerse con el control del campo. "No son amigos, se lo aseguro", afirma el maestro Abu Had. "Alguna vez incluso se han enfrentado a tiros, pero ahora Fatah Abu Omar est¨¢ en el medio y no quiere tomar partido", a?ade.
El Gobierno liban¨¦s est¨¢ convencido de que Siria es la ¨²nica responsable de la crisis en Naher el Bader. Damasco apoy¨® la creaci¨®n de Fatah al Intifada en 1983 y, m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s, la de la radical de Fatah al Islam. Objetivo: provocar la peor lucha intestina en L¨ªbano desde el fin de la guerra civil en 1990 y dar el golpe de gracia al d¨¦bil Ejecutivo antisirio y proestadounidense del primer ministro, Fuad Siniora.
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