El voto que cambi¨® la historia
En abril de 1931, unas elecciones municipales transformaron Espa?a de monarqu¨ªa en rep¨²blica
Madrid fue en 1931 caja de resonancia de un episodio que cambi¨® la historia espa?ola. La candidatura republicano-socialista derrot¨® a las mon¨¢rquicas en los 10 barrios de Madrid. Quienes entonces participaron con su voto en el resultado de las elecciones municipales cuentan hoy con al menos 97 a?os. Son los bisabuelos de quienes pueden votar hoy.
El 12 de abril de 1931 fue un d¨ªa soleado. El 6 de marzo, los mayores de 21 a?os hab¨ªan sido convocados a las urnas, tras ocho a?os sin comicios municipales. La causa de la demora fue la dictadura del general andaluz Miguel Primo de Rivera, sustituido tras siete a?os de mandato por el general D¨¢maso Berenguer y ¨¦ste, por el almirante Juan Bautista Aznar. La aquiescencia de Alfonso XIII hacia la dictadura del marqu¨¦s jerezano pesar¨ªa mucho m¨¢s en el ¨¢nimo de los electores de lo que se pensaba en palacio y en los cuarteles.
A las urnas concurr¨ªan candidaturas mon¨¢rquicas y republicano-socialistas
La antev¨ªspera, 10 de abril, ¨²ltima cotizaci¨®n burs¨¢til, se permit¨ªa cambiar 46 pesetas por una libra esterlina. La Deuda P¨²blica bajar¨ªa el lunes 1,5 enteros, descenso dentro de la normalidad.
A las urnas concurr¨ªan candidaturas mon¨¢rquicas y republicano-socialistas. El lema electoral de esta formaci¨®n, paseado por camiones Ford con altavoces, inclu¨ªa un gui?o: "Vota la candidatura ¨ªntegra republicano-socialista". A su paso, los madrile?os aplaud¨ªan, silbaban o gritaban. "La alegr¨ªa era palpable en las calles; en la de Morat¨ªn, un grupo de modistillas llevaba cestos con banderitas republicanas que colocaban a quien se cruzaba con ellas", dice Luis Rubio Chamorro, atene¨ªsta y republicano que entonces contaba 13 a?os: "Con mi banderita tricolor en la solapa, me sent¨ª un ni?o republicano, comodijo Eduardo Haro".
Madrid estaba dividido en 10 distritos electorales. En aquellos lugares donde una candidatura no hallara contrincante, el art¨ªculo 29 del estatuto electoral proclamaba vencedora a la ¨²nica lista presente. En Buenavista, barrio mon¨¢rquico y conservador, se presentaban los socialistas Fernando de los R¨ªos y Pedro Rico, as¨ª como Miguel Maura, de una familia conservadora, hermano de un ministro del rey pero integrado con la causa republicana. En Latina concurr¨ªan Juli¨¢n Besteiro y Rafael Henche, que ser¨ªa alcalde de izquierdas poco despu¨¦s, y en Hospicio, Eduardo Ortega y Gasset, hermano del pensador Jos¨¦.
El diario El Sol, progresista, acababa de ser adquirido -presumiblemente para neutralizarlo- por testaferros del conde de Gamazo y del derechista Jos¨¦ F¨¦lix de Lequerica. El 14 de marzo acababa de editarse la revista La conquista del Estado, con redactores como Ramiro Ledesma, On¨¦simo Redondo y Juan Aparicio, fascistas, en cuyas p¨¢ginas se defin¨ªan las elecciones municipales de "farsa de se?oritos mon¨¢rquicos y republicanos". Los peri¨®dicos de la derecha, Abc y El Debate, admit¨ªan que los barrios "con afueras" -tal era la denominaci¨®n despectiva que daban a los distritos perif¨¦ricos- podr¨ªan recibir votos de la izquierda; pero confiaban en que los mon¨¢rquicos vencer¨ªan en toda la ciudad sin dificultad.
?lvaro de Figueroa, conde de Romanones y ministro de la Corona, que march¨® a pasar la tarde a sus fincas de Guadalajara, reconocer¨ªa en sus memorias que la jornada electoral, al menos en Madrid, fue del todo tranquila. "El Gobierno eludi¨® cualquier pr¨¢ctica fraudulenta, como el ama?o de votos u otras maquinaciones", admit¨ªa, hasta entonces de uso frecuente en anteriores procesos electorales. Pero el conde reconoci¨® en su reflexi¨®n haber sentido el p¨¢lpito de que algo torcer¨ªa. "Me bast¨® saber que en el centro del barrio de Salamanca, donde s¨®lo hay clase media y donde habita la aristocracia de la sangre y del dinero, el escrutinio resultaba adverso para las candidaturas mon¨¢rquicas para darme cuenta de lo que aquello significaba", escribi¨®.
Por su parte, Fernando de los R¨ªos, Miguel Maura y Pedro Rico, los tres candidatos en Buenavista, se fueron a comer a un restaurante cercano a la plaza de toros. All¨ª, Maura dijo a sus comensales que las candidaturas republicano-socialista iban a barrer. Al calor de la buena mesa y de los generosos caldos, los candidatos se fueron animando. Pedro Rico les pidi¨® licencia para marcharse a Las Ventas, donde se lidiaba una corrida de tron¨ªo. Al llegar a la plaza, coment¨® a sus amigos y compa?eros de barrera que los resultados les iban a dar la victoria. Se extendi¨® el rumor por toda la plaza y muchos asistentes en pie pidieron a Rico que saludara al p¨²blico. Como un torero. Aquel ba?o de masas ser¨ªa premonitorio. Al poco, el rechoncho concejal resultar¨ªa elegido alcalde, pero la afici¨®n taurina madrile?a, entonces equivalente hoy a la futbol¨ªstica, ya lo hab¨ªa bendecido en la plaza.
La victoria de la coalici¨®n socialista-republicana triplic¨® en votos a los mon¨¢rquicos: frente a los 33.884 de ¨¦stos, la coalici¨®n consigui¨® en Madrid 91.898. Valencia, Barcelona, Sevilla, todas las grandes ciudades registraron el triunfo de los antimon¨¢rquicos.
Alguien plante¨® declarar el estado de sitio, incluso se redact¨® un bando para ser enviado a todas las capitan¨ªas generales; pero el monarca se opuso, cuenta el conde de Romanones. ?ste, por orden regia, march¨® a la casa del doctor Mara?¨®n para entrevistarse con Niceto Alcal¨¢ Zamora, reci¨¦n elegido y cabeza de la coalici¨®n republicano-socialista. "El rey debe abandonar la ciudad al ponerse el sol", le dijo Alcal¨¢ Zamora al conde. Alfonso XIII, con el general Rivera, partir¨ªa hacia Cartagena, donde embarc¨® en un buque de la Armada hacia Niza. La reina Victoria y sus hijos partir¨ªan en tren hacia Ir¨²n.
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