Uni¨®n financiera
El proceso de integraci¨®n europea se ha estancado en algunos aspectos, pero no en otros: el 72% del total de flujos de capital mundiales del a?o 2005 provinieron de los pa¨ªses m¨¢s ricos de Europa. En 1996 representaban el 55% del total mundial. Tal dato debe ser interpretado con cautela: excluye los flujos de capital entre Estados de Estados Unidos, al no ser, como los Estados de la Uni¨®n Europea, entes soberanos. Es decir, no disponemos de una vara de medir el proceso que est¨¢ teniendo lugar en Europa. Pero, aun teniendo en cuenta tal apreciaci¨®n, se est¨¢ produciendo un movimiento tect¨®nico en la Uni¨®n Europea. Al menos en este aspecto, la evidencia emp¨ªrica se adelanta a sus directivas.
Espa?a ha pasado de ser un pa¨ªs que recibe financiaci¨®n por criterios pol¨ªticos a convertirse en el principal prestatario de la Uni¨®n Europea
Ello tiene una consecuencia para Espa?a: la extraordinaria aportaci¨®n que ha supuesto Europa para nuestro pa¨ªs. Sin embargo, tambi¨¦n empieza a ser patente lo que Espa?a ha pasado a representar para Europa. Hemos superado ser un pa¨ªs que s¨®lo recibe financiaci¨®n por criterios pol¨ªticos (fondos de cohesi¨®n) para convertirnos en el principal prestatario neto de la Uni¨®n Europea (y el segundo mundial) por criterios de mercado, en un entorno en que existen proyectos en otros pa¨ªses con los que nuestras necesidades de financiaci¨®n compiten.
Terminemos con una ¨²ltima apreciaci¨®n sobre lo que significa pertenecer a Europa. Robert Lucas, catedr¨¢tico de la Universidad de Chicago y premio Nobel de econom¨ªa, escribi¨® hace tiempo la paradoja que implica tener un mundo en el que el capital fluye de los pa¨ªses pobres a los ricos. Estudios posteriores han documentado una evidencia todav¨ªa m¨¢s sorprendente: cuando fluye de ricos a pobres es a peor para estos ¨²ltimos (la correlaci¨®n entre flujo y crecimiento econ¨®mico es negativa).
La raz¨®n es conocida: aunque el capital tenga un uso potencial m¨¢s elevado en los pa¨ªses con menor desarrollo, su sector financiero no es capaz de intermediarlo eficientemente y acaba en donde no debe (o en el mundo desarrollado). Esta paradoja fascinante (y triste) tiene un contraejemplo: Europa. Aqu¨ª el capital fluye de ricos a pobres, y all¨ª donde llega se produce un crecimiento econ¨®mico m¨¢s intenso, como el que est¨¢ teniendo lugar en Espa?a.
F¨¦lix Lores y Carlos Maravall son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).
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