Eduardo Pons Prades, la pasi¨®n de vivir, la pasi¨®n de luchar
Eduardo Pons Prades hab¨ªa nacido en Barcelona en 1920, y en las solapas de sus libros nunca se olvidaba de puntualizar que en el "distrito quinto", es decir, en el llamado Barrio chino, lo que constitu¨ªa una clara reivindicaci¨®n de sus ra¨ªces proletarias y ¨¢cratas. En 1937, despu¨¦s de colaborar en el Consejo Econ¨®mico de la Madera Socializada (CNT), se alist¨® voluntario en el Ej¨¦rcito republicano; destinado a la Zona Centro, ya sargento instructor de m¨¢quinas de acompa?amiento, combati¨® en Madrid, en el Segre y en el Ebro. Herido en Barcelona, en marzo de 1938, durante un bombardeo, en febrero del a?o siguiente pas¨® a Francia, y meses despu¨¦s se alist¨® en el Ej¨¦rcito franc¨¦s; era una forma de continuar una guerra cuyas batallas iniciales, seg¨²n la ¨®ptica de la ¨¦poca, se hab¨ªan perdido en Espa?a. Luego, a partir de julio de 1942, se uni¨® a las fuerzas de la Resistencia espa?ola, en las que, en agosto de 1944 mand¨® un destacamento volante de guerrilleros franceses y espa?oles con los que particip¨® en el "rastreo y limpieza" del sector oriental de la regi¨®n de Carcasona. Tras dos viajes clandestinos a Espa?a, en octubre de 1944 y diciembre de 1945, fue detenido en enero de 1946, pero tres semanas despu¨¦s hab¨ªa conseguido fugarse.
Desde Francia no perdi¨® nunca el contacto con Espa?a, sobre cuya pol¨ªtica menuda estaba a veces mucho mejor informado que los aqu¨ª residentes; recuerdo, por ejemplo, que en 1957 -yo contaba entonces 21 a?os y no ten¨ªa ni idea de su existencia- me remiti¨® desde su exilio una copia mecanografiada de un informe, que se supon¨ªa secreto, redactado al parecer por Laureano L¨®pez Rod¨®, en el que se denunciaba la revista La Jirafa como una de las publicaciones del interior enemigas del R¨¦gimen. Regresado a Espa?a en 1964, fue uno de los cofundadores de Ediciones Alfaguara, pilotada por Camilo Jos¨¦ Cela, pero s¨®lo algunos a?os despu¨¦s le conoc¨ª en persona, de la mano de su mujer, la escritora Antonina Rodrigo; de ambos he sido, a lo largo de los a?os, editor de algunos de sus libros.
En febrero de 1975, casi un a?o antes de la muerte del general Franco, Pons Prades qued¨® finalista del primer premio Espejo de Espa?a con su obra Republicanos espa?oles en la Segunda Guerra Mundial; era una documentada y apasionada reivindicaci¨®n de quienes en los inicios de 1939 hab¨ªan cruzado los Pirineos sin darse por vencidos, que, con el tiempo, se ha convertido en un libro de referencia (la ¨²ltima reedici¨®n, si no me equivoco, es de 2003). A partir de ah¨ª Pons Prades se convirti¨® en un investigador prol¨ªfico que pudo escribir con un cierto desahogo, y entre sus obras cabe destacar Guerrillas espa?olas 1936-1960, Las guerras de los ni?os republicanos 1936-1995 y Los senderos de la libertad. Europa 1936-1945. Colaborador asiduo de diversos diarios y revistas especializadas, su pasi¨®n por vivir estuvo indisolublemente unida a su pasi¨®n por luchar; cuando en 2003 se public¨® Los mitos de la Guerra Civil, de P¨ªo Moa, Pons Prades, a los dos a?os escasos, replic¨® con una obra titulada Realidades de la Guerra Civil, que, de manera muy suya, subtitul¨® Mitos, no, ?hechos!.
A la hora de su muerte pienso que ni su vida, ni su ejemplo, ni su aportaci¨®n a la memoria hist¨®rica, ni su lucha han sido bald¨ªos, aunque estemos muy lejos de ser dignos, como ¨¦l confiaba que alg¨²n d¨ªa lo ser¨ªamos todos los humanos, de arrancar los frutos maravillosos de los maravillosos ¨¢rboles que pueblan el maravilloso Jard¨ªn de las Hesp¨¦rides.
Rafael Borr¨¤s Betriu es escritor y editor
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