Ir yendo
No soy persona de memoria fina, lo reconozco. Quiz¨¢ sea por eso que no recuerdo ninguna otra campa?a electoral municipal tan subordinada como ¨¦sta a asuntos que no estaban en el centro de su inter¨¦s. Temo, incluso, que se hayan librado demasiadas batallas en una sola guerra. Y que de aqu¨ª a unos d¨ªas, con los ediles electos ya ocupando sus sitiales, nos encontremos con que muchas, si no todas ellas, se quedaron sin rematar, pendientes para un de aqu¨ª a poco, quiz¨¢ sin interregno. Y que cada cual siga con la suya a cuenta de todas las dem¨¢s.
Pas¨® en Espa?a entera y en Galicia tambi¨¦n. All¨¢, Rodr¨ªguez Zapatero aprovech¨® el trance para poner a prueba, otra vez, la confianza de su electorado, baqueteado ¨²ltimamente por sus decisiones m¨¢s dif¨ªciles, en cuyas aristas, adem¨¢s, hurg¨® un hiriente PP, no disponible siquiera para las responsabilidades patri¨®ticas. Y Mariano Rajoy, ese caballero demudado que no concuerda ni con sus recuerdos, hizo lo propio, aprovechando que hab¨ªa un lance abierto, para lograr un resultado que avalase su propia y personal candidatura a la presidencia del Gobierno. Ambos pasaban por aqu¨ª para no quedarse.
Y en Galicia m¨¢s o menos. Igual que Touri?o, Quintana y Feij¨®o fueron omnipresentes en la campa?a de apoyo a sus respectivos candidatos. Tanto que no siempre interesaba, por lo menos a los medios informativos, ning¨²n otro turno de palabra que el suyo, quedando desdibujado en su presencia el programa de compromisos de los alcaldables. Y es que el presidente de la Xunta ya siempre se jugar¨¢ el todo por el todo cualquiera que sea el car¨¢cter del encuentro, y m¨¢s si¨¦ndolo de un Gobierno bipartito que est¨¢ bajo la lupa de los que buscan fisuras entre las dos fuerzas pol¨ªticas que lo soportan, para cuestionar por ellas su autoridad presidencial.
Quintana lo mismo, pero a?adiendo a su labor el no menos complicado objetivo de remarcar un protagonismo diferenciado del nacionalismo, aliado gubernamental de un rival electoral. Y Feijoo, por fin, a¨²n est¨¢ obligado a medir su margen de supervivencia como l¨ªder partidario. He ah¨ª, pues, tambi¨¦n a estos tres pasando sobre las brasas, intentando no quemarse, hacia el pr¨®ximo envite.
Los resultados electorales dieron a cada uno un poco de lo deseado y un poco de lo esperado: el PSdeG pugnaba por demostrar que haber llegado al Gobierno de la Xunta le dar¨ªa r¨¦ditos y se los dio; el BNG quer¨ªa evitar la fagocitaci¨®n que dicen que amenaza a los m¨¢s peque?os de las coaliciones y lo evit¨®; el PPdeG aspiraba a que la p¨¦rdida de la Xunta no lo empujase a un precipicio electoral y no lo empuj¨®. Y aunque el combate electoral en Galicia siga dibuj¨¢ndose pr¨¢cticamente sobre el mismo mapa, todos, pues, los tres, conservan m¨¢s o menos en buen estado sus pertrechos para la pr¨®xima batalla, que empez¨® a librarse ayer.
Hay cuestiones pendientes, entre las que se me hace sobresaliente la elevaci¨®n de la cultura electoral del pa¨ªs. Todav¨ªa es demasiada la gente que parece no creer que su voto es libre y secreto, dej¨¢ndose atrapar en las redes de los apa?adores. Aunque sin tanta dimensi¨®n como otras veces, volvi¨® a haber acarreo de electores con su voto condicionado. Sin tanto anonimato, se supo de la precariedad democr¨¢tica del voto de los emigrantes. Y a pesar de los cambios gubernamentales recientes, la red clientelar que la derecha ha tejido en el medio rural a¨²n le ha permitido capturar abundantes voluntades. He ah¨ª, por citar s¨®lo tres, algunos caminos que requiere andar la verdadera modernizaci¨®n pol¨ªtica de Galicia, pero que a esta hora, ya digo, todav¨ªa son cuestiones pendientes.
Con todo, el hecho de que por primera vez las tres fuerzas pol¨ªticas realmente consistentes del pa¨ªs hayan presentado candidaturas en los 315 ayuntamientos de Galicia y que en casi todos ellos, adem¨¢s, haya ahora representaci¨®n no s¨®lo m¨¢s plural sino tambi¨¦n de ediles a los que se les debe suponer ajenos a la "vieja pol¨ªtica", es, con mucho, para m¨ª, el m¨¢s esperanzador resultado de estas elecciones municipales. El caso es ir yendo.
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