Una foto que da que hablar

La foto oficial del nuevo presidente de la Rep¨²blica francesa, Nicolas Sarkozy, fue realizada en s¨®lo 20 minutos pero est¨¢ dando mucho que hablar. Los semi¨®lo-gos se han lanzado a una operaci¨®n de interpretaci¨®n que, al autor de la imagen, el fot¨®grafo Philippe Warrin, se le antoja "extraordinaria".

El presidente aparece de pie, junto a dos banderas -la francesa y la europea- y delante de una biblioteca de vol¨²menes encuadernados en piel. "La europea la suger¨ª yo", dice Warrin. Eso sorprende pero a¨²n sorprende m¨¢s el tama?o de las banderas. Junto a ellas, Sarkozy aparece empeque?ecido. "Lo importante es la relaci¨®n entre Francia y Europa con el presidente. Y Francia y Europa han de pesar m¨¢s que ¨¦l", dice un analista.

La opci¨®n "biblioteca" no es nueva. Charles de Gaulle, Georges Pompidou y Fran?ois Mitterrand eligieron igual fondo. Val¨¦ry Giscard d'Estaing, la bandera tricolor, y Jacques Chirac, los jardines del El¨ªseo. Giscard fue el primero que recurri¨® a un fot¨®grafo de prestigio, Jacques Lartigue. La idea de situarse delante de los libros es sugerir que el presidente se inscribe en la historia, en la duraci¨®n, en el tiempo. No es ni el primero ni el ¨²ltimo.

Warrin lleva tiempo ocup¨¢ndose de la imagen del matrimonio Sarkozy. Hace tres a?os fue elegido por la esposa, C¨¦cilia, para que efectuase un reportaje people sobre ella. Luego sigui¨® a la pareja en viaje privado a Marruecos, para captarlos como a escondidas y presentar su amor ante los ciudadanos. C¨¦cilia tambi¨¦n impuso a Warrin para el cartel electoral de Sarkozy.

En la foto, el presidente lleva un traje gris antracita y una camisa azul claro a rayas. En la solapa, la rosette, que identifica a los poseedores de la Legi¨®n de Honor. Sarkozy, que mira de frente al objetivo, tiene en cambio el cuerpo en posici¨®n de tres cuartos respecto a la c¨¢mara. La luz es m¨¢s poderosa a la altura del rostro y tiende a apagarse por encima de la frente y por debajo del vientre de Sarkozy. Ning¨²n lomo de los libros es legible, como tampoco es identificable el ¨²nico volumen colocado de frente, a la altura del rostro del presidente, en el centro de la imagen, m¨¢s all¨¢ de su mirada y con una decoraci¨®n dorada en su cubierta. La duda sobre el car¨¢cter aut¨¦ntico de los libros est¨¢ fuera de lugar: estamos en la biblioteca del El¨ªseo. Otra cosa es saber cu¨¢ntos de esos libros ser¨¢n ojeados por Sarkozy, de momento m¨¢s interesado por el footing que por las letras. La foto est¨¢ destinada a los 36.000 ayuntamientos, a los institutos, embajadas, ministerios y otros centros oficiales.