"Es como jugar con doce"
Juli¨¢n ?lvarez, ex jefe m¨¦dico del CAR de Sierra Nevada, afirma que la prohibici¨®n de la FIFA privar¨¢ a los pa¨ªses andinos de una gran ventaja fisiol¨®gica
Como bien saben los monta?eros, cuanto a m¨¢s altura sobre el nivel del mar se encuentra una persona, m¨¢s le cuesta respirar. La presi¨®n barom¨¦trica es menor y el ox¨ªgeno penetra con menor fuerza en el organismo. Por eso se habla de ambiente pobre en ox¨ªgeno.
Como bien saben los deportistas que han tenido que disputar competiciones en altitud moderada -hasta 2.500 metros- o alta, y como bien relataba, por ejemplo, Eddy Merckx de cuando bati¨® el r¨¦cord de la hora en el vel¨®dromo de Ciudad de M¨¦xico (2.400 metros), el d¨¦ficit de ox¨ªgeno es un h¨¢ndicap tremendo que limita el rendimiento entre un 10 y un 30%, dependiendo de la altitud.
Para paliarlo, el cuerpo humano, que tiene una gran capacidad de adaptaci¨®n a todas las circunstancias, se transforma: crece la capacidad de la sangre para transportar ox¨ªgeno mediante el aumento de hematocrito, hemoglobina y volumen plasm¨¢tico.
"El rendimiento de un deportista no adaptado a la altura disminuye en un 30% a 2.500 metros"
"Para el deportista que no se haya adaptado a la altura, competir a m¨¢s de 2.000 metros frente a rivales habituados es una gran desventaja", explica Juli¨¢n ?lvarez, quien actualmente es el m¨¦dico del Alicante Club de F¨²tbol, que jugar¨¢ la fase de ascenso a Segunda, y antes fue jefe de los servicios m¨¦dicos del Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada, instalaciones situadas a 2.300 metros. "En altitudes moderadas o fuertes, para recuperar sus caracter¨ªsticas habituales de velocidad, potencia y resistencia, que son la base del f¨²tbol, el deportista necesita entre una y dos semanas de adaptaci¨®n".
Antes de los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨¦xico 68, en los que las marcas en las disciplinas de velocidad y saltos se vieron favorecidas por la menor resistencia del aire y las de fondo, perjudicadas por el enrarecimiento del aire, la mayor¨ªa de las grandes potencias organizaron concentraciones meses antes para adaptarse paulatinamente a las condiciones. Pero en el caso de las competiciones de f¨²tbol de Latinoam¨¦rica, especialmente la Copa Libertadores de clubes y la fase de clasificaci¨®n para el Mundial de selecciones, dada la saturaci¨®n de los calendarios es impensable organizar concentraciones previas o estad¨ªas de dos semanas en la ciudad donde se juegan los partidos. All¨ª, los pa¨ªses andinos juegan con ventaja. Y M¨¦xico tambi¨¦n: curiosamente, la FIFA quiere fijar el l¨ªmite en 2.500 metros, con lo que, mientras se eliminan La Paz (3.650 metros), Cusco (3.400) o Quito (2.800 metros), la capital mexicana podr¨¢ seguir acogiendo partidos internacionales pese a su elevada altitud.
"Es como jugar con 12 futbolistas, los 11 m¨¢s la altura, que juega a su favor", dice ?lvarez. "Adem¨¢s, aparte de que el VO2max [par¨¢metro que mide su capacidad de transportar ox¨ªgeno, su resistencia] del futbolista no adaptado es hasta un 70% del habituado, los visitantes padecen la posibilidad de sufrir mal de altura, una serie de s¨ªntomas como v¨®mitos, mareos, hiperventilaci¨®n, dolor de cabeza, con los que el cuerpo se defiende de la altitud".
Y tales perjuicios no son de ida y vuelta; jugar a nivel del mar no supone ninguna desventaja para el organismo habituado a la altura. En todo caso, los futbolistas altos contar¨¢n con la ventaja a?adida de contar con m¨¢s hematocrito y hemoglobina que sus rivales. A menos que ¨¦stos se hayan entrenado en altitud, claro.
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