Los demonios interiores de Lamazares asaltan el Museo Kiscelli de Budapest
Obras de gran formato del pintor gallego forman la muestra inaugurada por los Reyes
Ant¨®n Lamazares, uno de los artistas gallegos m¨¢s importantes de los ¨²ltimos tiempos, se ha enfrentado en Budapest a un nuevo reto al llevar su obra a una iglesia del siglo XVIII que forma parte del Museo Kiscelli de la capital h¨²ngara. Cuadros de gran formato realizados entre 1992 y 2003 integran una exposici¨®n en la que el pintor de Lal¨ªn ha tratado de elegir las piezas que mejor se adaptan a un espacio expositivo muy peculiar, con una arquitectura exquisita que tuvo que ser reconstruida tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
"Es un espacio descomunal, cargado de historia. Aqu¨ª late a¨²n el peso de los bombardeos y del pasado de Europa". As¨ª define Lamazares el lugar en el que se exhiben sus grandes cuadros realizados a base de madera, cart¨®n y barnices. El artista lleva varios d¨ªas en la capital h¨²ngara para estudiar cuidadosamente la ubicaci¨®n de sus obras, ya que es consciente de que enfrentarse a este espacio es hacerlo tambi¨¦n "con nuestro pasado m¨¢s glorioso o m¨¢s tr¨¢gico". "Se trata de un gran reto porque aqu¨ª la obra tiene dos opciones: o queda aplastada o se impone como la promesa de una esperanza", apunta.
El gran formato de las obras que componen la exposici¨®n y el car¨¢cter casi escult¨®rico que caracteriza los trabajos de Lamazares le ayudan a salir airoso del reto. El cart¨®n, la madera del bastidor o los clavos -materiales omnipresentes en su obra- act¨²an al mismo tiempo como instrumentos y como materia pict¨®rica. Son cuadros en los que el proceso constructivo es tan importante como el mundo po¨¦tico que se conforma. Lamazares recoge un acervo po¨¦tico de gran intensidad en sus creaciones para dejar que quien se acerque a su trabajo busque en lo m¨ªnimo y lo humilde aquello que puede acabar por convertirse en fundamental.
La espiritualidad que est¨¢ tan presente en la obra de Lamazares se ve realzada por el impresionante escenario en el que pueden admirarse ahora sus trabajos. "Yo quisiera que mi pintura fuese una oraci¨®n a la vida, que fuese una posibilidad de redondear las espinas de la corona del crucificado, que fuese una posibilidad de redondear las espinas de la corona de nuestras vidas", se?ala el pintor, que considera que una de las cualidades de la buena pintura es la capacidad para crear "materia de asombro".
Durante el largo proceso de preparaci¨®n de esta muestra, el artista de Lal¨ªn ha recordado la influencia que tuvo en su obra su estancia en Estambul, a finales de los a?os 80, cuando los iconos presentes en las iglesias bizantinas se convirtieron en una fuente de inspiraci¨®n para la realizaci¨®n de una serie en la que la madera se convirti¨® en el material pict¨®rico fundamental.
Memoria necesaria
Entre los cuadros que pueden verse en la exposici¨®n se encuentran obras de las series Gracias vagabundas, Bes de Santa Baia, Eidos de Bama, Eidos de Rosal¨ªa y Follente Bemil. Javier Fuentes, comisario de la muestra, considera que las pinturas escogidas encajan a la perfecci¨®n en un espacio tan peculiar ya que "Lamazares reflexiona sobre la posibilidad de construir sentido en un mundo donde la memoria sigue siendo necesaria, por mucho que la mayor¨ªa est¨¦ interesada en construir una sociedad regida por las nuevas tecnolog¨ªas y por la pura volatilidad de lo inmediato".
Los Reyes de Espa?a inauguraron ayer en Budapest la muestra que est¨¢ organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, con la colaboraci¨®n de la Sociedad Estatal para la Acci¨®n Cultural Exterior, y estar¨¢ abierta hasta el pr¨®ximo 1 de julio.
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