Odyssey rastre¨® un mar de pecios espa?oles

As¨ª ocurri¨®. El Odyssey Explorer, el buque insignia de la compa?¨ªa estadounidense Odyssey Marine Exploration que ha hallado un tesoro de 500.000 monedas de plata, naveg¨® durante d¨ªas tan alejado de las costas espa?olas que no pudo ser vigilado constantemente por los controles de Tarifa Tr¨¢fico. Y lo hizo en un lugar del Atl¨¢ntico en cuyas profundidaes descansan unos cien pecios espa?oles, seg¨²n estimaciones de arque¨®logos e historiadores; un bot¨ªn de plata y oro de las colonias espa?olas.

Los movimientos del buque demuestran que estuvo 25 d¨ªas al oeste de Gibraltar

En la sala de operaciones de la Estaci¨®n de Control de Tarifa Tr¨¢fico, situada en Punta Camorro, entre los parques e¨®licos y la milenaria ciudad, los controladores observaron al Explorer durante meses. La mayor¨ªa de sus movimientos ocurrieron en aguas del Estrecho. Casi siempre estuvo atracado en el puerto de Gibraltar; otras veces se movi¨® hacia el mar de Albor¨¢n, donde la empresa trataba de identificar un gale¨®n brit¨¢nico Sussex, hundido en 1641. Esos fueron los movimientos del barco hasta marzo. Pero el premio gordo estaba al otro lado del Estrecho. Hacia all¨¢ se dirigi¨® el buque en abril.

Seg¨²n los controles de Tarifa, el buque parti¨® de Gibraltar a principios de abril. Su transpondedor AIS (sistema utilizado en todo el mundo y obligatorio para casi todos los buques; es una antena que emite la posici¨®n y velocidad de las naves a los receptores de la zona) permit¨ªa conocer su localizaci¨®n... hasta cierto punto. Los cinco receptores de AIS situados entre Algeciras y Gibraltar pueden controlar sobradamente el Estrecho, pero su capacidad va disminuyendo a medida que los buques se alejan hacia el oeste. Precisamente en esas mismas fechas, y a unas 30 millas de Gibraltar -la distancia que seg¨²n los expertos puede cubrir con claridad la torre por ese lado del mapa- el Explorer desaparece.

No se le vuelve a detectar hasta el 5 de abril, aproxim¨¢ndose de nuevo a la Bah¨ªa de Gibraltar. La misma situaci¨®n se reproduce d¨ªas m¨¢s tarde, entre el 6 y el 10 de abril. El viaje m¨¢s largo del Explorer transcurre entre el 17 de abril y el 12 de mayo. Durante esos 25 d¨ªas no hay registros; s¨®lo se sabe que est¨¢ en alg¨²n punto del Atl¨¢ntico, fuera de las 30 millas de media que alcanzan a detectar los controladores. El 12 de mayo regresa a Gibraltar y cuatro d¨ªas m¨¢s tarde un Boeing 757 fletado por la compa?¨ªa estadounidense despega hacia EE UU cargado con 500.000 monedas. El 18 de mayo, Odyssey anuncia el descubrimiento del tesoro: 17 toneladas en piezas de plata y oro procedentes de una nave de ¨¦poca colonial, halladas en un "lugar indeterminado" del Atl¨¢ntico.

Los movimientos del Explorer son importantes porque su interpretaci¨®n podr¨ªa despejar la duda de si el tesoro se encontraba o no en aguas espa?olas. Para Tarifa Tr¨¢fico y la Guardia Civil, el capit¨¢n del Explorer podr¨ªa haber desconectado el transpondedor, una maniobra ilegal que le hubiera permitido pasar desapercibido. Odyssey lo niega y sostiene que el hecho de que el buque desapareciera de la vigilancia de los sistemas de control prueba que el barco se alej¨® m¨¢s all¨¢ de las 24 millas de zona contigua espa?ola, donde el mar empieza a ser una zona libre de la soberan¨ªa de cualquier pa¨ªs.

Mientras tanto, la Guardia Civil Mar¨ªtima vigila al buque en las postrimer¨ªas del puerto de Gibraltar, pero ni el Explorer, ni su hermano menor, el buque auxiliar Ocean Alert, salen a menudo. Por otro lado, la Brigada de Patrimonio del Instituto Armado ha comenzado otra investigaci¨®n para averiguar si la compa?¨ªa ha incurrido en un delito de expolio. De ser as¨ª, la fiscal¨ªa de Sevilla ser¨ªa la encargada de abrir las diligencias. Por ahora, son s¨®lo sospechas que se basan en la proximidad del buque a Gibraltar y en la cantidad de pecios espa?oles que hay en la zona.

Los vecinos del Estrecho han visto mil batallas y tempestades en esas aguas. El n¨²mero de barcos puede ser mucho mayor en la zona donde Tarifa Tr¨¢fico pierde al Explorer. Desde que en 1503 se estableciera en Sevilla la Casa de Contrataci¨®n, el trasiego de nav¨ªos en la zona se convirti¨® en uno de los m¨¢s intensos del mundo. A¨²n m¨¢s a partir de 1717, cuando la Casa se traslad¨® a C¨¢diz. Los naufragios eran frecuentes. Las tempestades, las batallas, los problemas t¨¦cnicos o la mala suerte llevaron al fondo del mar unos cien barcos espa?oles cargados con tesoros de las colonias espa?olas: El Santa Cruz (1554), el San Juan de la Veracruz (1628), el Nuestra Se?ora de la Consolaci¨®n (1660), el Nuestra se?ora de las Mercedes (1804)...

Un bot¨ªn millonario a¨²n por rescatar frente a las costas de C¨¢diz y que, por ahora, s¨®lo es una especulaci¨®n derivada de la falta de informaci¨®n y del deseo de conocer el nombre del pecio encontrado. La compa?¨ªa Odyssey Marine Exploration insiste en que a¨²n no sabe de cu¨¢l se trata. Las pistas son contradictorias, se?ala la empresa. Odyssey explica que en una zona como la del Cisne Negro (nombre que la compa?¨ªa ha dado al proyecto) hay barcos de distintas nacionalidades y muchos de ellos pueden contener evidencias que apunten a varias naciones: "Si Espa?a tiene alg¨²n derecho se le informar¨¢ cuando acaben los an¨¢lisis y podr¨¢ reclamar parte del tesoro encontrado".

Esto no ha calmado a las autoridades espa?olas. Por si acaso, aunque a¨²n no se sepa si Espa?a tiene derechos sobre el pecio, el Ministerio de Cultura ya ha puesto el caso en manos del abogado estadounidense James Gould, experimentado en reclamaciones sobre patrimonio espa?ol hallado en las costas americanas. Seg¨²n el Ministerio, el abogado present¨® el pasado 29 de mayo una demanda ante un tribunal de Florida, en la que se se?ala que Espa?a no ceder¨¢ los derechos de ninguna propiedad espa?ola que est¨¦ en los lugares porlos que Odyssey ha viajado durante el pasado a?o.