La lucidez del humanista
"La gente no va al cine a ver la verdad, a excepci¨®n de los franceses", dicen en una comedia rom¨¢ntica que este cr¨ªtico ha visto poco antes de escribir estas l¨ªneas. Una afirmaci¨®n tan fr¨ªvola podr¨ªa desmontarse con facilidad, pero su subtexto no es precisamente irrelevante: crear una convincente ilusi¨®n de la realidad es uno de los mayores retos de un lenguaje que jam¨¢s podr¨¢ liberarse de su naturaleza, que es la de la pura construcci¨®n y, en mayor o menor grado, el artificio. Cuando la reconstrucci¨®n del realismo vuelve a ser tema de debate -de las cinematograf¨ªas orientales al nuevo cine alem¨¢n-, el barcelon¨¦s Jaime Rosales propone en La soledad, su segundo largometraje, una inteligente y compleja soluci¨®n al problema.
LA SOLEDAD
Direcci¨®n: Jaime Rosales. Int¨¦rpretes: Sonia Almarcha, Petra Mart¨ªnez, Nuria Menc¨ªa, Juan Margallo. G¨¦nero: Drama. Espa?a, 2007. Duraci¨®n: 130 minutos.
Siendo puntilloso, uno podr¨ªa reprocharle un exceso de narrativa -y, en suma, de drama- a la, no obstante, g¨¦lida y notable Las horas del d¨ªa (2003), ¨®pera prima de Rosales y exploraci¨®n brutal de la psicopatolog¨ªa del vac¨ªo de extrarradio. La soledad, pese a establecer puntos de contacto con su precedente en sus estrategias de contextualizar la trama, no es tanto una depuraci¨®n de los logros obtenidos como un inesperado n¨²mero de magia: Rosales se autoimpone una gram¨¢tica visual que pone sobre la mesa su condici¨®n de artificio y, sin embargo, crea una abrumadora y, en apariencia, nada cerebral ilusi¨®n de hiperrealismo.
Como un Edward Hopper sin vena rom¨¢ntica, Rosales, humanista l¨²cido, enclaustra soledades en ese limbo del lugar com¨²n que se ver¨¢ perturbado por la ¨²nica narrativa irrefutable que admite la vida: la muerte. Un reparto sobresaliente contribuye a hacer del resultado algo tan inusual que debe ser llamado por su nombre: una obra maestra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.