A?o de Nieves
T¨¤pies le dio el consejo de su vida. Cuando Nieves Fern¨¢ndez se planteaba abrir su galer¨ªa de arte fue a contar sus cuitas al pintor que admiraba: "?l me dijo que hablara con Maeght [una prestigiosa galer¨ªa de Barcelona] y 'vete de la mano de ellos'. Gracias a que me ense?¨® el camino a seguir pude empezar". Nieves Fern¨¢ndez (San Sebasti¨¢n, 1946) lo recuerda agradecida ahora que acaba de cumplir 30 a?os con su galer¨ªa haciendo lo que m¨¢s le gusta: coleccionar obras de arte y mostrarlas.
Aquella chica donostiarra, guapa y decidida, que estudi¨® empresariales y se gast¨® su primer sueldo en un dibujo de Antoni T¨¤pies -"todav¨ªa lo tengo", recuerda. "Se lo regal¨¦ a un amigo, y cuando muri¨® vinieron sus cinco hijos para devolv¨¦rmelo. Fue todo un detalle"-, es hoy una mujer con un lugar propio, conquistado con esfuerzo, en el negocio del arte.
"Cuando un artista pinta un cuadro, su galerista acepta el riesgo de trabajar con ¨¦l, de implicarse en su obra, de mostrarla"
"Hay que saber comprar. Vender es otro tema. Por haber seleccionado bien tenemos un buen fondo en la galer¨ªa"
Por su espacio madrile?o han pasado, en este cuarto de siglo largo, grandes artistas contempor¨¢neos como Eduardo Chillida, Richard Serra, T¨¤pies, Palazuelo, Millares, Equipo Cr¨®nica, Arnulf Rainer o Kounellis, entre otros, y esta mujer menuda, morena y con nervio sigue derrochando la misma ilusi¨®n que cuando empez¨® en la galer¨ªa-librer¨ªa Yerba de Murcia, la antecesora de NF en Madrid, con Arquilectura, una colecci¨®n de libros sobre arte y arquitectura, con un cat¨¢logo de autores entre los que figuraban nombres clave como los de Mies van der Rohe, Gaud¨ª, Mondrian, Loos o Le Corbusier.
En estos meses de aniversario recuerda con cari?o aquellos tiempos en los que organiz¨® exposiciones con t¨ªtulos que delataban a mil leguas de distancia sus inclinaciones pol¨ªticas, como Bolonia: centro hist¨®rico-art¨ªstico, Museo de la Resistencia Salvador Allende o Cuba, su cine, libros y carteles.
A principios de los a?os ochenta, la actividad de Nieves Fern¨¢ndez era fren¨¦tica. El pintor Lucio Mu?oz le present¨® a Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, el que fuera ministro de Hacienda y de Justicia con los Gobiernos de UCD y presidente del Banco Exterior, y ministro de Exteriores con Felipe Gonz¨¢lez. Fern¨¢ndez Ord¨®?ez ten¨ªa una idea muy clara, la de hacer exposiciones en el banco, porque, como ¨¦l dec¨ªa de forma muy gr¨¢fica, "que suba o baje el d¨®lar no provoca noticias". Nieves Fern¨¢ndez se pone manos a la obra y se saca de la manga un as, la obra del pintor Luis Fern¨¢ndez (Oviedo, 1900-Par¨ªs, 1973), un artista casi desconocido en Espa?a, exiliado en Francia, amigo de Picasso y de Balenciaga, con una producci¨®n muy corta. "Fern¨¢ndez Ord¨®?ez hab¨ªa visto obras suyas en Par¨ªs, y cuando me pregunt¨® si le conoc¨ªa vi el cielo abierto, porque ten¨ªa una apuesta personal con Tom¨¢s Llorens y el Equipo Cr¨®nica, que me hab¨ªan retado a exponer las obras de este pintor maldito". Nieves Fern¨¢ndez rastre¨® como una aut¨¦ntica detective el paradero de las obras del artista que no quiso vivir en el mismo pa¨ªs que Francisco Franco, y logr¨® traerse varios cuadros a Espa?a para exponerlos. La muestra fue un ¨¦xito, y Luis Fern¨¢ndez, un absoluto descubrimiento para el p¨²blico espa?ol.
Nieves tuvo tambi¨¦n a su cargo las exposiciones del Banco Exterior Pintado en M¨¦xico, Homenaje a Sempere y Pintado en Colombia. De aquella ¨¦poca recuerda especialmente las exigencias del escritor Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, al que se le encarg¨® el texto para el cat¨¢logo de la exposici¨®n colombiana. El premio Nobel s¨®lo puso una condici¨®n: "Hab¨ªa que colocarle rosas amarillas por todas partes. Es un mani¨¢tico de ese color".
Echando la vista atr¨¢s, Nieves Fern¨¢ndez se siente especialmente orgullosa de otro gran logro de su carrera: su labor como asesora de la colecci¨®n de arte de Telef¨®nica. "Ten¨ªan aprobado un presupuesto que ahora parece rid¨ªculo para comprar obras: 60 millones de pesetas anuales. Y mi idea fue recuperar patrimonio espa?ol disperso por el mundo; adquirir piezas de un artista tan olvidado como Luis Fern¨¢ndez o de Juan Gris. Y tambi¨¦n obras de T¨¤pies y de Chillida, porque, aunque parezca ins¨®lito, de ambos no hab¨ªa nada en Espa?a porque su producci¨®n se encontraba ¨²nicamente en manos de galer¨ªas extranjeras".
Es sabido que la regla de oro de todo buen galerista es convertirse en un amigo de sus artistas. En el caso de Fern¨¢ndez, tal cosa se cumple a rajatabla. Por ejemplo, con el escultor Eduardo Chillida mantuvo toda su vida una relaci¨®n muy estrecha, que la historia ilustra con mil an¨¦cdotas. Recuerda, por ejemplo, el d¨ªa en que el artista donostiarra accedi¨® por fin a entregarle una pieza suya. "Convenc¨ª a Chillida de que nos vendiera el Yunque de los sue?os, una obra muy antigua de la que ¨¦l no quer¨ªa desprenderse. Cuando vio que ya ten¨ªamos ¨®leos de Luis Fern¨¢ndez, le dijo a su mujer: 'Pili [Belzunce], Nieves puede venir a escoger lo que quiera porque esta colecci¨®n ya no es una promesa, es una realidad, y en Espa?a hacen falta realidades as¨ª".
De aquellos a?os en los que se iba formando la colecci¨®n de arte de Telef¨®nica, a Nieves Fern¨¢ndez le ha quedado la sensaci¨®n del viaje permanente: "De Madrid a Par¨ªs buscando lo mejor de T¨¤pies, de Chillida, de Juan Gris... Durante tres meses tuve todas las fotos de los t¨¤pies susceptibles de comprar extendidas en el suelo de mi habitaci¨®n... Mi idea fue siempre recuperar patrimonio espa?ol y mostrar obras que dieran a conocer a un artista. Logr¨¦ una colecci¨®n espl¨¦ndida, y para m¨ª fue una experiencia estupenda".
Su galer¨ªa ha ido trasform¨¢ndose con el tiempo. "Treinta a?os despu¨¦s, creo que estamos en una posici¨®n much¨ªsimo m¨¢s fuerte que cuando empec¨¦", afirma Nieves Fern¨¢ndez, y habla con orgullo de la siguiente generaci¨®n que gestionar¨¢ su galer¨ªa, un relevo joven y suficientemente preparado. "Tengo tres hijas que han estudiado para llevar esto. Han pasado temporadas en Cristhie's, en Sotheby's; han viajado? Espa?a ha cambiado much¨ªsimo en un cuarto de siglo, y las galer¨ªas, el mercado del arte, tambi¨¦n".
Recuerda el 'boom' del arte de los a?os ochenta, cuando la mejor inversi¨®n era adquirir cuadros. Pero aquel mercado masivo mostraba un mal s¨ªntoma, "porque al primero que perjudicaba era al artista. Por supuesto que hubo especulaci¨®n y que se puso de moda comprar todo lo que se produc¨ªa; el objetivo era invertir en arte, daba igual la calidad y lo que se vend¨ªa. Hab¨ªa gente que compraba por comprar".
La puerta de su galer¨ªa de la calle de Montesquinza de Madrid siempre ha estado abierta para cualquier persona amante del arte. Cuando cruzan el umbral, Nieves Fern¨¢ndez detecta un coleccionista de lejos. Sabe c¨®mo enganchar a quien ha entrado por la atracci¨®n, por ejemplo, de un grabado, y deja entonces que se lo lleve pag¨¢ndolo a plazos. Su criterio a la hora de guiar a un coleccionista es el de sus propios gustos y "comprar obras sin desperdiciar el dinero del cliente". Su divisa: "La lealtad y el saber que estoy vendiendo algo de valor, porque el fundamento de todo esto son los artistas y los compradores. Ah¨ª empieza todo. Cuando un artista encerrado en su estudio hace un cuadro y el primero que lo ve es su marchante, el galerista, aceptas el riesgo de trabajar con ¨¦l, de mostrar su obra, de implicarte al m¨¢ximo".
Idoia, la hija mayor de Nieves Fern¨¢ndez, es, junto a Nerea y Edurne, su equipo de a bordo. Ellas creen en la amistad de los clientes. "Nuestro p¨²blico es muy fiel". Son coleccionistas que en 30 a?os han visto crecer a las chicas Fern¨¢ndez, Idoia, Nerea y Edurne. Ellas les invitan a sus bodas y celebran los acontecimientos familiares como si fueran los suyos. A la pregunta de cu¨¢l es el perfil del coleccionista de su galer¨ªa, madre e hijas responden a coro: "El de un profesional liberal". Y Nieves habla con cari?o de todos, como si fueran sus hijos art¨ªsticos que se han ido aficionando al arte poco a poco, y lo hace sin mencionar nombres porque guarda los secretos como nadie. "A lo largo de estos a?os han logrado atesorar colecciones important¨ªsimas porque se han fiado de m¨ª. Se han metido de tal forma en el arte que ahora casi saben m¨¢s que yo porque est¨¢n al d¨ªa de lo que sucede en el mercado, de las subastas, de todo. A lo mejor coinciden con un artista en uno de sus viajes de negocios y te lo cuentan para ver qu¨¦ te parece organizarle una exposici¨®n en la galer¨ªa. Y hay muchos a los que les gusta regalar obras de artistas j¨®venes a sus clientes de todo el mundo, algo que es una excelente promoci¨®n de nuestro arte. Tambi¨¦n tenemos gente joven que pas¨® un d¨ªa por aqu¨ª y te dicen: 'Me muero por este cuadro', y nos lo han pagado en cuatro a?os".
Son tan perfeccionistas que cuidan las colecciones que asesoran como si fueran propias: "Cuando vemos que alguna obra no funciona por alguna raz¨®n, se la recompramos, porque soy la primera interesada en que esa colecci¨®n funcione por s¨ª misma, y a lo mejor hay alguna obra que al cabo de los a?os t¨² ves que no va. Nos ha pasado que en una colecci¨®n tengan un cuadro de Hern¨¢ndez Pijoan muy bueno, pero peque?o, y si encuentro uno m¨¢s grande les aconsejo que lo cambien, o que tienen uno de Genov¨¦s espl¨¦ndido, y sabes que han de colgarlo en un lugar privilegiado para que resalte m¨¢s. No tenemos como clientes a bancos o instituciones, no; lo nuestro siempre han sido clientes privados, amigos, porque para dedicarte a esto y para tener una buena cartera tienes que hacer primero amantes del arte, porque lo que vendemos no es algo de primera necesidad, aparentemente".
La l¨ªnea de la galer¨ªa NF es muy personal: "Tengo lo que yo considero que es bueno y me gusta. Si hago un an¨¢lisis de todo lo que he comprado y las obras que he manejado en 30 a?os casi nada ha resultado malo; s¨ª es cierto que a lo mejor no se ha vendido, pero eso es otra cosa. Creo que lo bueno siempre es saber adquirir. Vender es otro tema, y el tiempo ya dir¨¢. Por haber comprado bien tenemos un buen fondo", remacha.
Las Fern¨¢ndez de segunda generaci¨®n -"nos vinculamos a las galer¨ªas a trav¨¦s de los hijos, es el momento de los relevos"- se mueven por las ferias de arte alternativo, descubren cosas diferentes, incorporan nuevos artistas y muestran otros puntos de vista. "Tener la ayuda de mis hijas me da fortaleza; los fondos de la galer¨ªa, seguridad". Ese capital del que presume se lo dan piezas de artistas como Antoni T¨¤pies, Andy Warhol, Larry Rivers, Kitaj, Lichtenstein, Chillida, Juan Gris, Equipo Cr¨®nica, Frederic Amat, Alfonso Albacete, Teixidor, Alexanco o Datas, y, como renovarse es vivir, en los ¨²ltimos a?os la galer¨ªa ha apostado por artistas j¨®venes como Jordi Alcaraz, Danica Phelps, Mar¨ªa Carretero Aranda o Rafael Grassi.
Tantos a?os como coleccionista han llenado su casa y su vida de recuerdos. Nieves Fern¨¢ndez dice que lo aprendi¨® todo de una galerista m¨ªtica, Juana Mord¨®. "Ella siempre me dec¨ªa: 'Tienes que salir, darte a conocer fuera de aqu¨ª', y es lo que hemos hecho. Nos llevamos bien con expertos de muchos pa¨ªses, tenemos muchas ventas fuera de Espa?a, y quiz¨¢ eso tambi¨¦n nos ha ayudado a trabajar con Chillida, con T¨¤pies, o al rev¨¦s, son ellos quienes me han ayudado a m¨ª. Cuando yo empec¨¦ a trabajar con ambos, ya eran grandes artistas y yo no era nadie. Y la verdad es que haber podido conocer a los grandes ha sido una gran fortuna". Nieves Fern¨¢ndez se alegra de eso y de haber resistido modas y ataques personales que le han amargado muchas veces, "pero al final no te quitan de esto, porque t¨² resistes".
La galer¨ªa celebra esta temporada su cumplea?os con varias exposiciones. Treinta trazos de pintura muestra los fondos de la colecci¨®n de Nieves Fern¨¢ndez a lo largo de los a?os. El austriaco Arnulf Rainer ha expuesto sus pinturas en marzo, y para junio mostrar¨¢n las fotograf¨ªas de Hirsch Perlman. El arte sigue a la vida en la galer¨ªa de Nieves Fern¨¢ndez de una a otra generaci¨®n.
Hirsch Perlman muestra durante junio, en la galer¨ªa Nieves Fern¨¢ndez (Montesquinza, 25, Madrid), sus ¨²ltimas obras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.