Hablemos de otra cosa
Si eres Dean Martin (en R¨ªo Bravo) no pretendas ser John Wayne. El momento m¨¢s delicado en la trayectoria de cualquier n¨²mero dos vocacional es aquel en que se enfrenta a la tentaci¨®n de convertirse en el n¨²mero uno de algo; sobre todo cuando es su propio sheriff quien le tienta a aceptar el reto. Si cede, lo grave no ser¨¢ el fracaso, sino su descr¨¦dito como aut¨¦ntico dos. As¨ª lo ha debido sentir Miguel Sebasti¨¢n. M¨¢s raro es el caso inverso: el n¨²mero uno que quiere hacerse pasar por dos, para saber qu¨¦ se siente: suscitar¨¢ incomprensi¨®n y sospecha -qu¨¦ pretende ¨¦se-, como ha experimentado Gallard¨®n tras ofrecerse como lugarteniente electoral de Rajoy.
M¨¢s conflictiva es la pretensi¨®n de un n¨²mero tres (digamos, un Walter Brennan) de convertirse en n¨²mero uno mediante su alianza con el dos: lo que plante¨® el socialista Fernando Puras en Navarra. Con la dificultad a?adida de su compromiso p¨²blico, cuatro d¨ªas antes de las elecciones, de que no pujar¨ªa por la presidencia si su partido quedaba en tercer lugar. La justificaci¨®n improvisada a posteriori ha sido que el PSN hab¨ªa sido el segundo partido, en sentido estricto, dado que Nafarroa Bai (NaBai) es una coalici¨®n de cuatro formaciones. Por supuesto que el PSN es m¨¢s fuerte que cualquiera de ellas por separado: su principal componente, Aralar, no lleg¨® al 8% de los votos en las anteriores elecciones, frente al 22% de los socialistas. El compromiso no habr¨ªa tenido sentido si se refer¨ªa a eso.
Pero s¨ª lo ten¨ªa si se planteaba en relaci¨®n a la coalici¨®n nacionalista como un todo. Ven¨ªa a significar que el candidato socialista s¨®lo se arriesgar¨ªa a pactar con NaBai si esta fuerza quedaba relegada a la tercera plaza, lo que reducir¨ªa su margen de maniobra a la hora de negociar el programa. El compromiso ten¨ªa adem¨¢s una funcionalidad electoral: advert¨ªa a los electores cuya prioridad era sacar a UPN del Gobierno (votantes potenciales de IU, por ejemplo) de que esa posibilidad s¨®lo se realizar¨ªa si le votaban a ¨¦l para garantizar la primogenitura socialista en la alianza alternativa de Gobierno. Algo similar hicieron Gonz¨¢lez en 1993 y Zapatero en 2004 cuando asumieron el riesgo de renunciar a gobernar si su partido no era el m¨¢s votado.
Theodore Caplow es el autor de un libro publicado aqu¨ª por Alianza hace unos 20 a?os (Teor¨ªa de las coaliciones en las tr¨ªadas) en el que, partiendo de la idea de que la unidad b¨¢sica de toda organizaci¨®n social es la tr¨ªada (por ejemplo: padre, madre, hijo), teoriza sobre las diversas coaliciones b¨¢sicas que caben entre sus tres componentes, en funci¨®n de la relaci¨®n de fuerzas entre ellos. La relaci¨®n m¨¢s conflictiva es aquella en la que A=B+C, siendo B=C: la que ha salido de las elecciones en Navarra: 24 esca?os del Gobierno de Sanz (UPN-CDN), frente a 12 de PSN y otros 12 de NaBai. Con el a?adido de que ninguna de las dos alianzas alcanza la mayor¨ªa absoluta.
Se comprende el temor de un sector del socialismo navarro a gobernar en esas condiciones: frente a una oposici¨®n mucho m¨¢s fuerte que cualquiera de los socios del Gobierno y ofreciendo su flanco m¨¢s d¨¦bil en el terreno que determin¨® el nacimiento de UPN como partido diferenciado de la derecha: la oposici¨®n a la integraci¨®n de Navarra en Euskal Herria, que a su vez es el objetivo que unifica a NaBai. Un objetivo minoritario: 7 de cada 10 habitantes del territorio lo rechazan. Con lo que gobernar ahora con ese aliado podr¨ªa significar para los socialistas perder gran parte de su electorado y en todo caso garantizar futuras mayor¨ªas absolutas de UPN.
Pero tambi¨¦n tiene fundamento el deseo de muchos navarros de librarse del dramatismo ventajista de Sanz al identificar la continuidad de una autonom¨ªa navarra diferenciada con su victoria electoral (lo que ha polarizado un tanto artificialmente a la sociedad). Una posibilidad (remota) ser¨ªa intentar asociar a CDN, partido centrista que ya gobern¨® con el PSE y los nacionalistas de EA en 1995, y ahora lo hac¨ªa como bisagra con UPN. La nueva mayor¨ªa estar¨ªa formada por 16 diputados navarristas moderados (PSN, IU, CDN) y 12 nacionalistas, lo que dar¨ªa fuerza a los primeros para negociar con los segundos un programa de navarrismo moderado abierto al reconocimiento de lo vasco como un componente de la identidad navarra. Y basta acudir al campo del Osasuna para comprobar que es un componente que se integra con naturalidad en la vida de los navarros, sin que ello lleve a la mayor¨ªa a cuestionar el estatus singularizado de su comunidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.