Una huida que dura ya 60 a?os
Llegados a L¨ªbano en 1948, los palestinos siguen hacinados en campos insalubres de refugiados
M¨¢s de un centenar de chiquillos gritan a todo pulm¨®n en el patio de la escuela del campo de refugiados palestinos de Baddawi. Son doblemente refugiados porque proceden de Naher el Bared, de donde les han expulsado los bombardeos del Ej¨¦rcito liban¨¦s que lucha contra la milicia de Fatah al Islam. Los monitores de la Media Luna Roja instan a los ni?os a chillar para que liberen la tensi¨®n y el miedo acumulados. Dentro, en las aulas convertidas en vivienda, la desesperaci¨®n y el llanto de los padres son incontenibles.
Una polvorienta pintura del primer ministro palestino, Ismail Haniya, y del anciano jeque Yas¨ªn, l¨ªder espiritual del movimiento isl¨¢mico Ham¨¢s, engalanan el desconchado arco que da acceso a Baddawi, uno de los 12 campos en que se api?an la mitad de los 400.000 palestinos que la UNWRA (Agencia de la ONU para los refugiados palestinos) tiene censados en L¨ªbano. La mayor¨ªa han nacido en los campos y en ellos han enterrado a sus padres o abuelos que huyeron de su tierra en 1948, tras perder la primera guerra contra el reci¨¦n establecido Estado de Israel.
Los descendientes de los llegados en 1948 tienen prohibido trabajar en 70 empleos
"?Por qu¨¦ los poderes regionales nos utilizan en sus problemas?", se pregunta Ahmed Abuid
En Baddawi no hay una vivienda terminada. Las vigas asoman por abajo, entre el contenedor que hace de tienda o taller, y por encima de la ¨²ltima planta terminada. Parecen antenas de esperanza en que un d¨ªa los escasos recursos permitan construir otro piso. Un enjambre de cables colgando recorre las fachadas. Agua putrefacta cubre los agujeros de la calzada, donde se acumulan bolsas de basura.
Hace casi tres semanas que los 16.000 habitantes de Baddawi se han apretujado un poco m¨¢s para dar cobijo a los m¨¢s de 13.000 palestinos que han huido del vecino campo de Naher el Bared, el mayor y m¨¢s pr¨®spero del norte de L¨ªbano, porque buena parte de sus 31.000 habitantes se dedicaban al comercio entre Tr¨ªpoli, la segunda ciudad libanesa, y la vecina Siria.
"?Por qu¨¦ el Ej¨¦rcito liban¨¦s ha tenido que bombardear nuestras casas? La gente de Fatah al Islam ten¨ªa su base pegada a Naher el Bared pero fuera del campo. Esos hombres no son palestinos, sino libaneses y de otros muchos pa¨ªses ¨¢rabes. ?Por qu¨¦ los poderes regionales nos utilizan para solventar sus problemas?", pregunta con rabia Ahmed Abuid, de 47 a?os.
Ahmed se gana la vida como pintor y es uno de los escasos palestinos que tiene permiso de trabajo liban¨¦s. A instancias del Gobierno de Fuad Siniora, los descendientes de los llegados en 1948 s¨®lo pueden trabajar legalmente en L¨ªbano desde el a?o pasado aunque tienen prohibidos 70 empleos, incluidos los que tienen que ver con la seguridad. No tienen derecho a la seguridad social, no pueden comprar ni heredar propiedades y ni siguiera se les permite la entrada de materiales de construcci¨®n en los campos para sanear las viviendas.
L¨ªbano asegura que estas discriminaciones tienen como fin que la comunidad internacional obligue a Israel a garantizar el derecho de retorno de todos los palestinos. Sin embargo, la consecuencia es que casi 60 a?os despu¨¦s de la expulsi¨®n de sus tierras, decenas de miles de familias viven en condiciones infrahumanas.
El ¨²nico trabajo legal es el que les facilita la UNWRA para los distintos proyectos que realiza en los campos, desde la educaci¨®n a la sanidad, incluida alguna m¨ªnima reparaci¨®n de las viviendas. "Estamos hartos de ser moneda de cambio de los intereses de otros. Lo ¨²nico que queremos es volver a nuestra tierra y si no se logra un acuerdo pol¨ªtico internacional que lo permita, el conflicto de Naher el Bared se repetir¨¢ cualquier d¨ªa en cualquier otro campo", afirma el doctor Ahmed Eihaj, de 50 a?os, que estudi¨® la carrera en San Petersburgo (Rusia). Los 25 m¨¦dicos que atienden el hospital de ese campo y el de Baddawi estudiaron en la desaparecida Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Ahora todos est¨¢n refugiados en Baddawi, pero antes viv¨ªan en Naher el Bared. "Aunque los edificios se aprietan hasta dejar entre ellos solo callejas de un par de metros, all¨ª hay mejores condiciones de vida que aqu¨ª", dice el ur¨®logo Saber Mohamed.
Columnas de humo negro ascienden sobre las casas medio derruidas que se ven desde la vac¨ªa autopista que une Tr¨ªpoli con Siria. El desv¨ªo que conduce a Naher el Bared est¨¢ cortado y tomado por tanques y veh¨ªculos militares. El coche retumba por las cercanas explosiones. En el asediado campo permanecen entre 3.000 y 4.000 civiles. "La mayor¨ªa son personas mayores, nacidas en Palestina que no quieren vivir un segundo ¨¦xodo", a?ade Mohamed.
"Advertimos una y otra vez al Gobierno del peligro que representaba el grupo Fatah al Islam, fundado el 27 de noviembre de 2006, y no hizo nada hasta que esos fan¨¢ticos asaltaron el 20 de mayo un puesto del Ej¨¦rcito y mataron una veintena de soldados mientras dorm¨ªan. Nosotros apoyamos al Ej¨¦rcito liban¨¦s en su estrategia de acabar con ellos", afirma el portavoz de Al Fatah en el norte de L¨ªbano, Wisam Abu Zeid.
Seg¨²n Zeid, el acuerdo alcanzado el mi¨¦rcoles en el campo de Ain al Helue, en la sure?a ciudad de Sid¨®n, en el que todas las facciones palestinas se comprometieron en formar una fuerza tamp¨®n entre el Ej¨¦rcito liban¨¦s y los radicales sun¨ªes de Yum al Sham -otro grup¨²sculo ligado a Al Qaeda- debe de "servir de modelo para evitar otros conflictos y para dejar en manos de los palestinos el control y la seguridad de los campos".
"Llegaron con lo puesto, traumatizados, desesperados, sin una colchoneta donde sentarse", cuenta Walid al Sale, del millar de personas refugiado en la escuela en la que ¨¦l ense?aba hasta que hace 19 d¨ªas se convirti¨® en apoyo de las distintas ONG internacionales que han acudido en auxilio de las v¨ªctimas. La UNWRA trata de calmar la ansiedad para evitar que al final del conflicto, cansados de errar, los palestinos se precipiten hacia sus casas bombardeadas y se produzcan muertes por el hundimiento de sus plantas o sus muros.
[Por otra parte, al menos una persona muri¨® y tres resultaron heridas al explotar anoche un coche bomba en Zuk el Mosbeh, una zona industrial a unos 20 kil¨®metros al norte de Beirut, informa Efe].
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