Contaminar es pecado

Destruir la reserva verde de la Amazonia no s¨®lo tiene consecuencias catastr¨®ficas para el medio ambiente. Adem¨¢s, es pecado grave. El cardenal Renato Raffaele Martino, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, explic¨® ayer en una entrevista publicada por el diario Il Messaggero las posiciones de la Iglesia cat¨®lica sobre la cuesti¨®n ecol¨®gica. Y proporcion¨® una indicaci¨®n acerca del baremo de las ofensas a Dios por naturaleza interpuesta: "Tirar una bolsa de basura por la calle es pecado venial", declar¨®, "pero quien destruye la Amazonia comete un pecado grave".

"Destruir el gran pulm¨®n verde que es la Amazonia supone da?ar a toda la humanidad, no s¨®lo a las poblaciones aut¨®ctonas", a?adi¨®.

El cardenal Martino anunci¨® que su dicasterio preparaba un documento sobre el medio ambiente y asegur¨® que la Iglesia cat¨®lica siempre se hab¨ªa interesado en la materia. Apel¨® como prueba al catecismo, donde se lee que "la tierra y sus bienes son un don que podemos usar, mejorar, pero no destruir".

En abril pasado, el Pontificio Consejo de Justicia y Paz celebr¨® un seminario sobre el cambio clim¨¢tico que, siguiendo una antigua pr¨¢ctica cat¨®lica en lo referente a materias mundanas, se cerr¨® con conclusiones ambiguas y lejanas a cualquier alarmismo. "La naturaleza es para el hombre y el hombre es para Dios", coment¨® entonces Martino. "Incluso en las consideraciones de las problem¨¢ticas relacionadas con los cambios clim¨¢ticos se debe apreciar la doctrina social de la iglesia, que no avala ni la absolutizaci¨®n de la naturaleza, ni su reducci¨®n a mero instrumento".

Los expertos del Pontificio Consejo aconsejaron, en resumen, calma y confianza. "La iglesia propone una visi¨®n realista de las cosas, tiene confianza en el hombre y en su capacidad siempre nueva de buscar soluciones a los problemas que la historia le plantea. Esa capacidad nos permite a menudo solventar las recurrentes, infaustas e improbables previsiones catastr¨®ficas", indic¨® el cardenal en la sesi¨®n de clausura.

La situaci¨®n debe haberse agravado desde abril, cuando se celebr¨® el seminario, porque ayer el cardenal Martino habl¨® de "problema urgente" y reclam¨® "un cambio en el estilo de vida, sobre todo en Occidente". Tambi¨¦n urgi¨® a todos los pa¨ªses industrializados a que alcanzaran un acuerdo planetario para la protecci¨®n del ambiente. Los gobiernos de las grandes potencias, dijo, "s¨®lo podr¨¢n volver a ser cre¨ªbles si logran establecer algo que vaya m¨¢s all¨¢ de sus propios intereses y de su enriquecimiento".

El mismo cardenal que en abril se refiri¨® a "las improbables consecuencias catastr¨®ficas" denunci¨® ayer "la falta de educaci¨®n ambiental" y la "falta de percepci¨®n de las consecuencias que provoca la contaminaci¨®n sobre la naturaleza", y dijo que la degradaci¨®n del ambiente constitu¨ªa "un insulto a Dios".