La pol¨ªtica del miedo
Amnist¨ªa Internacional (AI, http://www.amnistiainternacional.org/) es una organizaci¨®n independiente que vela por los derechos humanos y que se financia con las aportaciones de 2,2 millones de personas. Sus informes son rechazados por los reg¨ªmenes totalitarios, constituyen una fuente de legitimidad para quienes luchan por las libertades y resultan molestos para algunos Estados democr¨¢ticos que aplican pol¨ªticas poco acordes con dichos derechos.
La principal reflexi¨®n de la secretaria general de AI, Irene Khan, sobre el informe de 2007 (2006) es que la agenda mundial la dicta el miedo, lo que genera inseguridad, intolerancia y el menoscabo de los derechos humanos en nombre de la seguridad. El miedo al "otro", al terrorismo, a las armas de destrucci¨®n masiva, fomentado por dirigentes sin escr¨²pulos, nos aboca al callej¨®n sin salida de la conculcaci¨®n del Estado de derecho y los derechos humanos, de las desigualdades, de la xenofobia y de la violencia. La pol¨ªtica del miedo se justifica por la amenaza de grupos armados que tambi¨¦n conculcan los derechos humanos. Unos y otros se retroalimentan y el miedo paraliza las mentes y otorga el poder a quienes lo saben manipular.
En las sociedades desarrolladas, el miedo a una invasi¨®n de inmigrantes produce leyes de extranjer¨ªa cada vez m¨¢s restrictivas, que afectan incluso a los refugiados y asilados pol¨ªticos. Los efectos perversos de la globalizaci¨®n -desigualdad y polarizaci¨®n social- engendran una falsa dicotom¨ªa -el miedo de los ricos a la emigraci¨®n no regulada y el de los pobres al capitalismo desenfrenado- que podr¨ªa superarse promoviendo "los derechos econ¨®micos y sociales".
Es, sin embargo, en la lucha contra el terrorismo "donde brotan las manifestaciones m¨¢s da?inas del miedo", pues justifica la discriminaci¨®n y la xenofobia y la persecuci¨®n de la disidencia. El cierre de diarios, los asesinatos de periodistas e intelectuales, la islamofobia y el antisemitismo est¨¢n a la orden del d¨ªa en muchos pa¨ªses. Paralelamente, crecen las manifestaciones antioccidentales que, a menudo, son h¨¢bilmente manipuladas por reg¨ªmenes autoritarios. Al mismo tiempo, se promulgan leyes restrictivas de las libertades, se mantienen situaciones de clara irregularidad jur¨ªdica (Guant¨¢namo) o se permiten "c¨¢rceles secretas", donde se practica la tortura con toda impunidad. Pocos gobiernos escapan a estos comportamientos: unos alent¨¢ndolos fuera de sus fronteras; otros poni¨¦ndose al servicio de aqu¨¦llos. Los gobiernos deben garantizar la seguridad, pero no a costa del Estado de derecho y los derechos humanos, ni adoptando unas pol¨ªticas antiterroristas ineficaces.
Adem¨¢s, el miedo supone un retroceso en la lucha por la igualdad de g¨¦nero. Se le utiliza para criminalizar a las defensoras de los derechos humanos que sufren una doble persecuci¨®n -como activistas y como mujeres- por parte de unos Estados autoritarios que no consienten la cr¨ªtica, ni el desaf¨ªo a unas "estructuras de poder patriarcales que sojuzgan a las mujeres, toleran la discriminaci¨®n y favorecen la violencia de g¨¦nero". Asesinatos, violaciones, discriminaci¨®n legal, laboral y educativa siguen siendo "los abusos m¨¢s graves y habituales que se cometen contra los derechos humanos". "?D¨®nde est¨¢n los recursos para combatir el terror sexual contra las mujeres?". Eso s¨ª, gastamos energ¨ªas en discutir sobre el velo de las mujeres musulmanas, que se ha convertido "en s¨ªmbolo de opresi¨®n" para unos y en "atributo esencial de libertad religiosa" para otros. Es inadmisible que se obligue a las mujeres a llevar velo en Arabia Saud¨ª o en Ir¨¢n, pero tambi¨¦n que se proh¨ªba por ley llevar la cabeza cubierta en Turqu¨ªa o en Francia. "Es un desatino que un trozo de tela es un obst¨¢culo serio para la armon¨ªa social... Los gobiernos y los l¨ªderes religiosos tienen la obligaci¨®n de crear un entorno en el que toda mujer pueda tomar esa decisi¨®n" libremente.
Por ¨²ltimo, el menoscabo de los derechos humanos propicia la aparici¨®n de grupos violentos que cuentan con apoyos crecientes entre poblaciones sometidas a todo tipo de abusos. En Afganist¨¢n, la no reconstrucci¨®n del pa¨ªs y la ausencia de un Estado de derecho han generalizado la inseguridad, la corrupci¨®n, la miseria y las v¨ªctimas de las operaciones militares de tal manera que los "talibanes se han aprovechado del vac¨ªo pol¨ªtico, econ¨®mico y de seguridad para controlar amplias partes del sur y el este del pa¨ªs". En Irak, la ocupaci¨®n ha desembocado en una violencia que "se ha cebado con los derechos humanos y el derecho humanitario" sin que el Gobierno ni las fuerzas de ocupaci¨®n hagan nada por impedirlo -m¨¢s bien al contrario-, mientras el pa¨ªs se desangra en una guerra sectaria y el mundo se ha convertido "en un lugar menos seguro". En Gaza y Cisjordania, la poblaci¨®n vive atrapada entre las luchas de las milicias de Ham¨¢s y Fatah, los bombardeos israel¨ªes, las restricciones a la libertad de circulaci¨®n, la expansi¨®n de los asentamientos y la construcci¨®n del muro. Todo ello ha estrangulado la econom¨ªa y ha radicalizado a una poblaci¨®n que no ve el final de la ocupaci¨®n. En L¨ªbano, el riesgo de la violencia sectaria es cada vez mayor tras la guerra de Israel contra Hezbol¨¢ del 2006. Hay analistas que ya pronostican "un panorama aterrador de Estados que se desintegran, desde el Hindu Kush hasta el Cuerno de ?frica".
Sin embargo, advierte Irene Khan, no debemos dejarnos invadir por el "s¨ªndrome del miedo" y apostar por un "enfoque basado en la sostenibilidad y no en la seguridad", porque la "estrategia sostenible fomenta la esperanza, los derechos humanos y la democracia... La sostenibilidad requiere un fortalecimiento del Estado de derecho y de los derechos humanos, en el ¨¢mbito nacional e internacional". Y concluye: "El poder de las personas transformar¨¢ el rostro de los derechos humanos en el siglo XXI. M¨¢s que nunca, la esperanza est¨¢ viva". Quiz¨¢s todav¨ªa estemos a tiempo.
Antoni Segura es catedr¨¢tico de historia contempor¨¢nea y director del Centre d'Estudis Hist¨°rics Internacionals de la Universidad de Barcelona.
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