Colecci¨®n de guapos
En el a?o de gracia de 1998, cuando mont¨® la que mont¨® para que salieran a buscarle como soldado Ryan, Matt Damon ten¨ªa ya 28 a?os, pero una carita de ni?o que a¨²n hoy nos enternece y que no resultaba en absoluto adecuada para su papel de asesino amoral en la pel¨ªcula que sigui¨®, la injustamente aclamada El talento de Mr. Ripley, una de las versiones m¨¢s inanes que se han realizado sobre las aventuras del personaje creado por Patricia Highsmith.
No he empezando este art¨ªculo hablando de fechas porque s¨ª. Es muy importante que recordemos la edad de los cinco que protagonizan Ocean's Thirteen, as¨ª como que conozcamos qui¨¦n hac¨ªa qu¨¦ cuando el otro hac¨ªa lo que hac¨ªa. Tambi¨¦n me gustar¨ªa contarles que Ellen Barkin -una de mis actrices raras favoritas, y superatractiva, tanto ahora como antes- ha pasado los ¨²ltimos quince a?os rodando irrelevancias, o interviniendo en episodios sueltos televisivos, porque es mujer y tiene 53 a?os. Pero esto va de hombres, ya ven. As¨ª que vamos a dejarlo, cari?o.
La primera 'Ocean' rescat¨® a Andy Garcia como actor con carisma
Est¨¢bamos en que 1998 fue un a?o importante para Matt Damon, el m¨¢s joven de los oce¨¢nicos de primera fila. Para su colega algo m¨¢s madurito, Brad Pitt, nacido en 1963, aquel a?o result¨® completamente insulso: hizo de la Muerte en ?Conoces a Joe Black?, una tonter¨ªa en donde se lo merendaba crudo Anthony Hopkins, que tambi¨¦n pasaba por all¨ª. Para Pitt, la fecha de su descubrimiento fue 1991, cuando Geena Davis pirope¨® su espectacular traserillo (espero que Angelina lo cuide) en Thelma y Louise. Pas¨® el trienio posterior reforzando su imagen con papeles peque?os y semipapeles en buenas pel¨ªculas (Kalifornia, Amor a quemarropa) o con minipapeles en malas pel¨ªculas (Contacto; nada que ver con la de Jodie Foster, que era mala, pero con vertiente sensiblera y nauseabunda), o con un protagonista, en Johnny Suede, cuya interpretaci¨®n dej¨® insatisfecho al director, Tom DiCillo. Mas no nos alarmemos, pronto se convertir¨ªa en el pat¨¦tico detective de Seven, que pasaba su tiempo encerrado con sus perros en un siniestro apartamento o recogiendo las v¨ªsceras y dem¨¢s delicias desperdigadas por el psic¨®pata robaplanos Kevin Spacey. Por no hablar de su interpretaci¨®n algo temblorosa en Siete monos y de su duelo a chupetones con Tom Cruise (que nunca intervendr¨ªa en un filme semicoral como la serie Ocean; le gusta poco a este ciencio-il¨®gico astro trabajar con compa?eros masculinos macizos; la vanidad se est¨¢ convirtiendo en su sarc¨®fago cinematogr¨¢fico).
Prosigo. Mientras Pitt, encarnando a la Parca, pero con corbata y morritos, se llevaba a Hopkins al M¨¢s All¨¢, y Damon acababa criando las malvas que Spielberg le hab¨ªa preparado, observemos el siguiente de la lista, nacido en 1961 y el m¨¢s guapo de todos. Como es natural, en 1998, George Clooney manten¨ªa Un romance muy peligroso con Jennifer L¨®pez, soltando qu¨ªmica los dos, pero muy en especial ¨¦l (esa mezcla de seducci¨®n y cachondeo que supura el caballero). Y llevaba cuatro a?os tratando a los ni?os como a seres humanos y a las mujeres como a ni?os en Urgencias, serie de la que se descabalg¨® en 2000, y no es de extra?ar. El suyo es uno de los pocos casos en que la peque?a pantalla no puede contaminar a alguien con su mediocridad: Clooney, por crianza (hijo de la cantante Rosemary, sobrino del gran Jos¨¦ Ferrer) y porque la vida es as¨ª, es alguien claramente destinado a comunicar su estilo y a alegrarnos la vista desde la gran pantalla. Aunque nadie lo habr¨ªa dicho cuando apareci¨®, en 1987, en un episodio de Se ha escrito un crimen, sobrado de peso y con unas patillas desmesuradas. Pero ah¨ª le tienen. Y dirige sabiendo lo que hace.
La mejor etapa de Andy Garcia, nacido en 1956, fue la que transcurri¨® entre 1987 y 1997. Es decir, entre Los intocables de Elliot Ness y La noche cae sobre Manhattan. Desde ah¨ª se despe?¨® en ca¨ªda libre y por voluntad propia (Muerte en Granada), hasta que la primera Ocean le rescat¨® como actor de car¨¢cter, algo fond¨®n y con carisma, que no es poco. La gran suerte de su vida fue recibir la mejor herencia que puede obtener un actor de 34 a?os: que Ford Coppola le convirtiera -inventando el personaje, me parece- en el hijo que James Caan hab¨ªa tenido fuera del matrimonio 18 a?os atr¨¢s. Cuando pis¨® el plat¨® de El padrino III para meterse en la piel de Vincent Mancini-Corleone, Garcia ya hab¨ªa a?adido a su corta filmograf¨ªa dos pel¨ªculas de acci¨®n, pero notables: Black rain, de Ridley Scott, y Asuntos sucios, de Mike Figgis. Pero es su papel de Vincent lo que le introdujo en la historia del cine. Aparte de que estaba para com¨¦rselo, con sus tejanos ce?idos, su cazadora de cuero y todo el cuajo de los padrinos anteriores en la entrepierna. Pero s¨®lo mordi¨® ¨¦l: la oreja de Joe Mantegna, que no es poco. Y tal vez la posibilidad de ser, ya redondito y grasiento, el cuarto padrino, san Francis me oiga.
Para su t¨ªo padrino n¨²mero tres y el m¨¢s veterano de los chicos de Ocean's Thirteen, Al Pacino, las malas rachas fueron muy cortitas. Este hombre, ayudado sin duda por el hecho de haber nacido en 1940 y por un talento fuera de lo com¨²n ?el ¨²ltimo de los grandes: no se les ocurra compararle con Nicholson ni con Beatty, ni siquiera con De Niro, que cree que es un buen c¨®mico?, tuvo la suerte de inaugurarse como protagonista al iniciarse la d¨¦cada de los setenta del siglo pasado. Y floreci¨® durante la ¨²ltima d¨¦cada prodigiosa del cine; al menos de eso tenemos pruebas, y ni Sarkozy puede terminar con semejante certeza. Son innumerables las nominaciones y premios que Al Pacino ha recibido a lo largo de su carrera, pero en los setenta se puso las botas, sobre todo en Europa, y eso incluye dos BAFTA y un David de Donatello. Rod¨® P¨¢nico en Needle Park (de Jerry Schatzberg, seleccionada en Cannes), los dos primeros Padrinos, Espantap¨¢jaros (tambi¨¦n de Schatzberg: esta vez obtuvo la Palma de Oro), Serpico y Tarde de perros (ambas de Sidney Lumet), Un instante, una vida (est¨²pido t¨ªtulo espa?ol para la bell¨ªsima Bobby Deerfield, de Sidney Pollack), y remat¨® la d¨¦cada con Justicia para todos, de Norman Jewison. No voy a insistir m¨¢s. A nuestro Pacino no le rescata el nuevo filme de Steven Soderbergh, que siendo un tipo inteligente empez¨® rodando Sexo, mentiras y cintas de v¨ªdeo, la sensaci¨®n del festival de cine de Sundance, y se ha convertido en partidario de repetir f¨®rmulas seguras. Pero en esta ocasi¨®n se ha lucido contratando a Pacino. Es ¨¦l quien aporta consistencia a todos los dem¨¢s, incluido el director.
De la enumeraci¨®n anterior, quiz¨¢ demasiado plagada de datos, deben ustedes deducir la misma conclusi¨®n a la que he llegado yo al leer las andanzas de nuestros h¨¦roes. Y es que cuanto m¨¢s j¨®venes son, peores pel¨ªculas han hecho. O por decirlo sin ofenderles (a ellos y quiz¨¢ a alguien entre ustedes), los de m¨¢s edad alcanzaron a trabajar cuando el cine era mayoritariamente bueno. Lo cual es muy distinto de ahora (de los ochenta para ac¨¢), en que se hacen bastantes buenas pel¨ªculas, pero el cine ha cedido su terreno a la PlayStation.
Andy y Al, en El padrino III resumen, echando la vista atr¨¢s, tantos y tantas cosas m¨¢gicas que el cine ya no nos procura. El encuentro entre un actor veterano y uno que empieza, perfectamente resumidos en la relaci¨®n padrino-sobrino. Los estragos del paso del tiempo, ese tren cansino en que acabamos todos convertidos, con suerte, se reflejan en el rostro de Pacino, en el cansancio que inclina sus hombros. Garcia, por el contrario, es la potente locomotora que se va a comer el mundo, como actor (o eso cre¨ªamos ¨¦l y nosotros, por entonces: ten¨ªa que haber vivido los setenta) tanto como heredero de los Corleone. Es tambi¨¦n ese d¨²o un muestrario de una forma de interpretaci¨®n que cundi¨® precisamente durante aquellos a?os, influenciada por el Actor's Studio, por Marlon Brando y James Dean. Se trata de un estilo muy f¨ªsico que los mejores depuran, pero que los peores y hasta los medianos actores han convertido en mera gesticulaci¨®n, y siempre agitando el dedo ¨ªndice: qu¨¦ in¨²til dispendio, cuando son los rostros los que deben hablar; a los cuerpos hay que dejarlos lo m¨¢s tranquilos posible, haciendo lo justo.
Cinco grandes estrellas, pues, para una pel¨ªcula que s¨®lo aspira a entretener. Lo que no es poco. ?Cinco grandes actores? S¨ª, los cinco son muy buenos. Pero del mismo modo que su atractivo f¨ªsico y sus cualidades como estrellas les hacen destacar, de entre los 13 de Danny Ocean uno solo de ellos, Al Pacino, merece tratamiento de monstruo sagrado.
Pens¨¢ndolo bien, hay razones para que no nos perdamos Ocean's Thirteen. Hay 12 m¨¢s una.
George Clooney: la perfecci¨®n
Se apost¨® con Michelle Pfeiffer y Nicole Kidman 10.000 d¨®lares a que no ser¨ªa padre ni se casar¨ªa de nuevo al cumplir los 40 a?os. Logrado el objetivo, ha repetido doble contra nada a que todo eso no ocurrir¨¢ antes de que alcance los 50. La fecha: el 6 de mayo de 2011. Este amante del baloncesto nacido en Lexington (Kentucky) roza la perfecci¨®n. A Clooney, perteneciente a una familia de periodistas y artistas, le lleg¨® la fama muy tarde, con 33 a?os, gracias a la serie de televisi¨®n Urgencias. Ahora dedica sus esfuerzos a hacer buen cine, a concienciar al mundo sobre el drama que se vive en Darfur (Sud¨¢n) y a disfrutar de su villa en el italiano lago de Como. Un deseo. Dirigir. Est¨¢ montando su tercera pel¨ªcula, Leatherheads. Su secreto. Le encanta la cerveza. Su papel. Danny Ocean, el l¨ªder de este grupo de ladrones. Por un amigo har¨ªa lo que fuera?, incluido robar a Al Pacino.
Matt Damon: el ni?o bonito
M¨¢s bostoniano que los Kennedy, que para eso naci¨® hace 37 a?os en Cambridge, el pueblo en el que est¨¢ la Universidad de Harvard; su amigo Ben Affleck asegura que de peque?o no ten¨ªa tanta cara de repelente ni?o Vicente. Su mujer es una camarera argentina llamada Luciana Barroso. De Matt Damon hablan maravillas Francis Ford Coppola (tras 'Leg¨ªtima defensa' ha repetido con ¨¦l en 'Youth without youth') y Martin Scorsese, culpables de que De Niro le reclamara para 'El buen pastor'. Un deseo. Escribir m¨¢s guiones (tiene un Oscar en este apartado). Su secreto. Dej¨® de fumar tras un tratamiento de hipnosis. Y le encanta jugar al p¨®quer. Su papel. Linus Caldwell, pardillo del grupo. Y ahora el gal¨¢n.
Al Pacino: el actor
En su familia est¨¢ la clave: sus abuelos proced¨ªan de Corleone (Sicilia). Si eso no es una revelaci¨®n... Este neoyorquino de 67 a?os, aficionado a la ¨®pera y a la obra de Shakespeare, a punto estuvo de no participar en el filme de Coppola: los jerifaltes del estudio Paramount cre¨ªan que Diane Keaton era m¨¢s alta que ¨¦l, y s¨®lo hasta que no los vieron juntos, no se lo creyeron. Adicto al teatro, acaba de dirigir su segunda pel¨ªcula, 'Salomaybe?'.Su pr¨®ximo trabajo supone su debut en el mundo de los videojuegos: va a doblar al teniente Hannah digital de 'Heat'.
Un deseo. Recuperar sus inicios como actor de mon¨®logos humor¨ªsticos. Un secreto. Al principio de su carrera se plante¨® cambiarse el nombre por el de Sonny Scott. Sonny era su apodo de cr¨ªo. Su papel. Willy Bank, un magnate de los hoteles, tipo duro y apasionado de los diamantes.
Brad Pitt: 'Bradelina'
Era la tercera opci¨®n para encarnar a J. D. en Thelma y Louise, con la que se convirti¨® en una estrella. Y si no lo era lo suficiente, su emparejamiento con Angelina Jolie, conformando ese monstruo que es Bradelina, le ha convertido en el rey del planeta de los famosos. Aunque no lo parezca, ya ha cumplido 43 a?os. Lejos quedan los tiempos en los que no acab¨® la carrera de periodismo y se ganaba la vida disfrazado de pollo en el restaurante El Pollo Loco. Ya es padre, biol¨®gico y adoptivo, gracias a Angelina; su amigo George Clooney se echa unas risas cada vez que le ve rodeado de cr¨ªos. Como el buen vino, se ha asentado, escoge mejor los guiones (Babel) y se dedica a labores humanitarias de la mano de Angelina y de George. Nunca un culito tan estupendo (seg¨²n Geena Davis en Thelma y Louise) lleg¨® tan lejos.
Un deseo. En realidad, truncado. Compr¨® los derechos de la asi¨¢tica Infernal affairs, para protagonizarla junto a Tom Cruise. Al final se convirti¨® en Infiltrados, de Martin Scorsese, y Pitt aparece acreditado como productor. Su secreto. Se lesion¨® el tal¨®n de Aquiles durante el rodaje de Troya, ¨¦l que encarnaba a Aquiles. Su papel. Rusty Ryan, el m¨¢s gamberro de la pandilla de Ocean's Thirteen.
Andy Garc¨ªa: el eterno gal¨¢n
A Andr¨¦s Arturo Garc¨ªa Men¨¦ndez (Andy Garcia en Hollywood), nacido en La Habana hace 51 a?os, pero criado en Miami desde los cinco, se le fundi¨® la carrera el 20 de diciembre de 1990, el d¨ªa que estren¨® el cierre de El padrino III. Nunca lo ha mejorado. Rechaza cualquier papel que signifique ense?ar cacha. Mucho m¨¢s interesante es su labor como productor musical. Un d¨ªa de su adolescencia entr¨® en una tienda de discos y escuch¨® una grabaci¨®n de descargas de Israel L¨®pez, Cachao. D¨¦cadas m¨¢s tarde se convirti¨® en el hombre que recuper¨® la carrera del m¨ªtico m¨²sico cubano. En los conciertos de Cachao, Andy toca los bongos. Un deseo. Volver a dirigir. Ya lo hizo en La ciudad perdida (2005). Su secreto. En la espalda tiene una cicatriz, porque al nacer le extirparon los restos del feto malformado del que hubiera sido su gemelo. Su papel. Terry Benedict, propietario de casinos.
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