30 a?os de esperanza y desencanto
Una veintena de protagonistas de la Transici¨®n repasa los factores que propiciaron aquel momento hist¨®rico
Han pasado tres d¨¦cadas desde que una serie de personas, de distinta clase social e ideolog¨ªa, que lucharon en la Guerra Civil, pusieran los mimbres del sistema actual. La dictadura franquista de casi 40 a?os dejaba paso a un Estado social, democr¨¢tico y de derecho. Una transformaci¨®n que, seg¨²n sus protagonistas, fue posible porque se opt¨® por la ¨²nica v¨ªa que evit¨® una matanza: la negociaci¨®n.
El mi¨¦rcoles y el jueves de esta semana, m¨¢s de una veintena de personas que fueron decisivas en aquellos a?os, se volvieron a reunir en Madrid en el debate La Transici¨®n entre la esperanza y el desencanto, organizado por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), el Colegio de Ciencias Pol¨ªticas y Sociales, y la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). No se trataba, dijo el soci¨®logo Jos¨¦ Vidal-Beneyto, moderador del encuentro, "de pelearse", algo harto complicado "en los tiempos que corren, donde imperan la acritud y el cuchillo".
Carrillo: "Lo que ocurri¨® fue que el capitalismo espa?ol no pod¨ªa dejar pasar el tren como ya hab¨ªa hecho en los siglos XVIII y XIX"
Oreja: "EE UU no mostr¨® ninguna impaciencia por la democratizaci¨®n de Espa?a; lo que les interesaba es que no se legalizara el PCE"
Vidal-Beneyto, que aprovech¨® la ocasi¨®n para presentar su nuevo libro Memoria democr¨¢tica, insisti¨® en que el debate no serv¨ªa para "destruir, sino construir", pues las m¨¢s de ocho horas de encuentro fueron grabadas en v¨ªdeo y audio con la intenci¨®n de editarlas para su posterior difusi¨®n, especialmente en universidades y a historiadores extranjeros.
Entre los participantes hubo una pr¨¢ctica unanimidad al considerar que la Transici¨®n hab¨ªa producido una verdadera democracia. De los nombres que surgieron en el encuentro hubo uno que destac¨® por encima de todos. Adolfo Su¨¢rez fue proclamado, incluso por Santiago Carrillo y Nazario Aguado, entonces l¨ªderes del PCE y del PTE, respectivamente, como el gran protagonista de la Transici¨®n.
Carrillo lleg¨® a decir que fue Su¨¢rez quien realiz¨® una "verdadera pol¨ªtica de ruptura", muy similar a la que ¨¦l defend¨ªa: "Legaliz¨® a todos los partidos pol¨ªticos y fue adem¨¢s el que concedi¨® la amnist¨ªa a los presos pol¨ªticos de Espa?a". M¨¢s sorpresa caus¨® la confesi¨®n de Nazario Aguado, quien adem¨¢s de ensalzar la figura del ex presidente del Gobierno, pidi¨® perd¨®n a Carrillo, con quien estuvo enfrentado durante la Transici¨®n: "Sin tu serenidad lo que se hizo no hubiese sido posible; te pido disculpas porque mi osad¨ªa juvenil no me permiti¨® escucharte", dijo dirigi¨¦ndose al l¨ªder comunista.
Fue la posici¨®n de los representantes de los partidos considerados de extrema izquierda, atenuando su radicalismo anterior, lo m¨¢s sorprendente del encuentro. La excepci¨®n fue Jos¨¦ Sanroma, el camarada Intxausti, quien, siempre con la perspectiva de entonces, justific¨® la oposici¨®n de la Organizaci¨®n Revolucionaria de Trabajadores frente al PCE. Sanroma, como la mayor¨ªa de los ponentes, rechaz¨® que la Transici¨®n fuese una ocasi¨®n perdida: "Lo hecho, hecho qued¨®; las tareas democratizadoras del presente tienen que abordarse teniendo en cuenta las situaciones actuales y no las de hace 30 a?os", recalc¨® Sanroma.
Las movilizaciones sindicales previas a las primeras elecciones democr¨¢ticas de 1977 tambi¨¦n fueron objeto de debate. Juli¨¢n Ariza, l¨ªder de Comisiones Obreras, reivindic¨® el papel del mundo del trabajo, a pesar de que su sindicato "estaba por la ruptura democr¨¢tica. Se hizo lo que se pudo, pero no ¨¦ramos los suficientes; a la larga, eso s¨ª, nos hemos dado cuenta de que la ruptura no era lo adecuado", coment¨® Ariza.
Marcelino Oreja, democristiano y europe¨ªsta convencido, centr¨® su intervenci¨®n en analizar el papel que tuvieron los pa¨ªses occidentales y subray¨® la importancia que los t¨¢citos, un grupo de intelectuales democristianos, tuvieron en el acercamiento de un amplio sector del establishment franquista a la democracia.
Rodolfo Mart¨ªn Villa, quien subray¨® estar "orgulloso de haber pertenecido a la UCD", dijo que no quer¨ªa presumir de dem¨®crata de toda la vida y que su conversi¨®n a la democracia sigui¨® los pasos de la modernizaci¨®n de Espa?a y de su alineamiento con la econom¨ªa de mercado y con las pautas pol¨ªticas del mundo occidental.
Las intervenciones m¨¢s concretas fueron las de Luis Otero y Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Pall¨ªn, que presentaron la raz¨®n de ser y las actuaciones de sus organizaciones, Uni¨®n Militar Democr¨¢tica y Justicia Democr¨¢tica, respectivamente. Ambos coincidieron en la necesidad y en el esp¨ªritu de la Transici¨®n: presi¨®n pero con negociaci¨®n, consenso sin negar el conflicto y la clara separaci¨®n de los poderes y esferas que eran competencias del Estado.
La derecha tambi¨¦n estuvo representada por los dem¨®cratas cristianos de la mano de Fernando ?lvarez de Miranda, de Jaime Gil Robles y del defensor de la monarqu¨ªa juanista Jaime Garc¨ªa de Vinuesa. Los tres insistieron en la necesaria funci¨®n mediadora que ellos representaron entre los aperturistas del r¨¦gimen y los dem¨®cratas hist¨®ricos.
Las entidades aut¨®nomas estuvieron representadas por Emilio Gast¨®n (Arag¨®n), Alfonso ?lvarez G¨¢ndara (Galicia) y Alejando Rojas Marcos (Andaluc¨ªa).
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