Marcados a fuego
En los potros que empiezan a nacer tras los incendios se evidencian graves malformaciones
Los peores augurios empiezan a cobrar forma. Arranca la temporada de curros y los expertos advierten de que es ahora cuando comienza a palparse la masacre que supuso para la caba?a equina de Galicia, la m¨¢s importante de Espa?a, la oleada de incendios de agosto. Ya se han registrado varios casos de potros con malformaciones, que algunos ganaderos atribuyen a la ingesta de ceniza y a la inhalaci¨®n de humo de las yeguas pre?adas.
"Los incendios no terminaron cuando se apag¨® el fuego, continuaron despu¨¦s, durante d¨ªas". Lo dice Roberto Mini?o, ganadero de la Serra da Groba que estuvo en primera l¨ªnea de fuego y que pudo ver c¨®mo muchos de los caballos que sobrevivieron cayeron vencidos tras quemarse las patas por ese otro calor invisible, retenido bajo tierra. "En un solo regato, junto a Tomi?o, aparecieron 29 animales muertos", recuerda.
Las bajas son palpables en los curros: 300 cabezas menos en Torro?a y otras tantas en Moug¨¢s, alrededor de un 40% de ejemplares desaparecidos, aunque nadie atribuye la totalidad del dato a los incendios que arrasaron aqu¨ª unas 2.800 hect¨¢reas. La peor parte se la han llevado los potros, con una mortandad estimada del 50%. S¨®lo cinco de un a?o de edad se contaban ayer en Moug¨¢s. "Quedan los que estaban guardados, del resto no ha sobrevivido ninguno", explica Mini?o.
Pero la cara m¨¢s cruel de la cat¨¢strofe s¨®lo ha empezado a asomar y amenaza a los fetos de entonces y reci¨¦n paridos hoy. En esta zona ya se han registrado tres casos de malformaciones. Los que lo han visto cambian el gesto al explicarlo: patas que se doblan y columnas vertebrales torcidas son algunas consecuencias. Los ganaderos, pendientes de que se produzca el grueso de los alumbramientos, atribuyen las mutaciones, ya notificadas a la Xunta, a la ingesta de ceniza y la inhalaci¨®n de humo de las gestantes.
Pero adem¨¢s de lamentarse, los afectados aportan sugerencias. El presidente de la Asociaci¨®n Pura Raza Cabalo Galego, Xacobe P¨¦rez, afirma que "lo normal" es que se aprovechen los cierres de los montes que la Xunta dedic¨® a la reforestaci¨®n para cr¨ªar caballos que actuar¨ªan como "bomberos de cuatro patas", procurando un desbroce natural de la superficie arbustiva. Una experiencia que ya se est¨¢ llevando a cabo en la parroquia de San Mamede, en Carnota, donde disponen de 900 hect¨¢reas en las que combinan las especies aut¨®ctonas con una manada de 15 yeguas y un semental, cifra susceptible de aumentar, ya que basta una hect¨¢rea por animal. La iniciativa, en concierto con la comunidad de montes, se podr¨ªa poner en marcha pronto en toda Carnota, Baro?a, O Incio y Taboada. Y tambi¨¦n Medio Ambiente podr¨ªa hacer uso de este m¨¦todo en el Parque do Invernadoiro de Ourense.
P¨¦rez reconoce que se trata de "un problema medioambiental important¨ªsimo". Si bien en Lugo y Ourense la repercusi¨®n de los fuegos fue bastante menor, en A Coru?a y Pontevedra han dejado una huella profunda en todo el ecosistema. O Barbanza, Vimianzo, Oia o Monte Pindo parecen ser algunos de los puntos calientes donde aparecieron en mayor n¨²mero no s¨®lo los cuerpos inertes de los animales, sino otros que ciegos, sin orejas, inv¨¢lidos o con media cabeza destrozada deambulaban por los negros parajes d¨ªas despu¨¦s de la cat¨¢strofe. Desde la asociaci¨®n recuerdan que el desbroce mec¨¢nico de todo el monte "es imposible por su coste", de ah¨ª que sugieran echar mano de los cuadr¨²pedos para mantener la vegetaci¨®n a raya gracias a que "consumen m¨¢s de 21 kilos de masa arbustiva por caballo y d¨ªa".
Y en este panorama se teje otra realidad que es la del caballo gallego de pura raza, especialmente dotado para el deporte y la doma. Existen alrededor de 1.400 cabezas registradas y, como aquellas especies que no superan los 5.000 ejemplares, se encuentra en peligro de extinci¨®n. Hasta que no finalice la temporada de curros no se podr¨¢ determinar cu¨¢ntos se han perdido, pero lo visto hasta ahora en los dos celebrados en Serra da Groba no arroja buenas perspectivas. Un dato especialmente tr¨¢gico, dado que el municipio de Oia est¨¢ considerado la cuna del pura raza, donde habita un 20% de la caba?a gallega que, en total, se estima en "unas 30.000 cabezas", entre los aut¨®ctonos y el resto, seg¨²n apuntan desde el colectivo.
"Dejar una raza en peligro de extinci¨®n en manos de los propietarios no es razonable", dicen, y piden a la Administraci¨®n que retire los vallados de cierre de los montes que tras los fuegos se encuentran tirados y suponen un riesgo a?adido para la integridad de los animales.
Cuerpo a cuerpo
Existen vestigios que certifican que en la ¨¦poca de los romanos ya se celebraba el curro. Este rito que estrecha el cuerpo a cuerpo entre hombres y caballos es tan exclusivo de Galicia como la empanada de lamprea. Una singularidad que "va a menos", y lo dice uno de los fundadores de la Asociaci¨®n Pura Raza Galega, el ex alcalde de Oia ?lvaro Mini?o. "Esto no es un negocio, es una tradici¨®n", sentencia. Todo un ritual que empieza un d¨ªa antes cuando los acurradores recorren los montes a pie, a caballo, en moto o (ahora) en quad y van cercando las reses con sus gritos y el retumbar de latas vac¨ªas, s¨®lo cortado por el estallido de un cohete que avisa del paso de la manada guiada por la yegua m¨¢s vieja.
Despu¨¦s de este primer contacto es cuando el curro ofrece la imagen m¨¢s pintoresca, donde los cuadr¨²pedos salvajes que relinchan en busca de sus consangu¨ªneos comparten espacio cerrado con ni?os, adultos, pulpeiros, barracas, perros y turistas. All¨ª, no s¨®lo se marcar¨¢n a fuego y se rapar¨¢n, tambi¨¦n se decidir¨¢ su suerte: caballo de vida o de matadero, donde acabar¨¢n los potros de patas m¨¢s carnosas y cuyo precio se calibra al peso. El resto volver¨¢ a los montes, a los que miran con preocupaci¨®n los vecinos de la zona. "Como no llueva cada 15 d¨ªas no va a quedar nada", lamentan. Y es que a las dificultades para controlar un fuego se suma el estado de las pistas, casi impracticables por las riadas.
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