La derecha arrasa en Francia

Los franceses concedieron ayer al presidente, Nicolas Sarkozy, un anticipo de lo que dentro de una semana podr¨ªa ser una mayor¨ªa aplastante en la Asamblea Nacional. En su discurso, el primer ministro, Fran?ois Fillon, euf¨®rico tras haber conseguido su esca?o, se qued¨® a un paso de pedir la desaparici¨®n de la oposici¨®n. A falta de la segunda vuelta, que tendr¨¢ lugar el domingo, los candidatos de la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP) y sus aliados consiguieron ayer el 42% de los sufragios, que los institutos de opini¨®n transforman en una horquilla de entre 405 y 445 esca?os del total de 577 que tiene la C¨¢mara de Diputados. La elevada abstenci¨®n, cerca de un 40%, contrasta con el 85% de participaci¨®n en las presidenciales del de mayo.

El total de la izquierda se sit¨²a en torno al 36% de los sufragios: un 25% para los candidatos del Partido Socialista (PS), un 4,10% para el Partido Comunista, cerca de un 3% para Los Verdes y el resto para otras formaciones. Las proyecciones conceden a la oposici¨®n entre 100 y 160 diputados, la mayor¨ªa del PS; entre seis y nueve para los comunistas y un m¨¢ximo de cuatro para Los Verdes.

El Movimiento Democr¨¢tico (MoDem) del centrista Fran?ois Bayrou se queda en un 7,4% y no m¨¢s de cinco esca?os. El Frente Nacional del ultraderechista Jean-Marie Le Pen se hunde aparatosamente. No m¨¢s de un 4,6% de los franceses han votado por sus candidatos, menos de un tercio de lo que consigui¨® en 2002, aunque a efectos pr¨¢cticos sea irrelevante porque ni entonces ni ahora consigui¨® un solo diputado.

Por la tarde, el primer ministro, Fran?ois Fillon, que consigui¨® su acta de diputado en la circunscripci¨®n de La Sarthe con mayor¨ªa absoluta, hab¨ªa reunido en Matignon, la sede del Ejecutivo, a buena parte de sus ministros y a una serie de figuras de peso de la UMP, como el ex primer ministro Jean-Pierre Raffarin y el que fuera titular de Exteriores Michel Barnier. Tras el cierre de las urnas y una vez conocidos los sondeos, Fillon les dijo a los franceses que se hab¨ªa producido "una revoluci¨®n".

La victoria supone, dijo "una esperanza para romper con el pasado, para relanzar nuestra naci¨®n, para que no sea traicionada". Con el jefe del Estado, a?adi¨®, "formamos un equipo s¨®lido, en el que existe la paridad entre hombres y mujeres, la igualdad y la apertura a personalidades del centro y de la izquierda; una revoluci¨®n pol¨ªtica destinada a acabar con la dualidad que tanto da?o hace a nuestro pa¨ªs".

Llamamiento al voto

Fillon, sin embargo, no olvid¨® hacer un llamamiento a los electores para ir a votar masivamente el pr¨®ximo domingo en la segunda vuelta, cuando verdaderamente se decidir¨¢ la composici¨®n de la C¨¢mara. Y los socialistas hac¨ªan otro tanto. Los primeros an¨¢lisis muestran que la abstenci¨®n ha sido especialmente fuerte en los suburbios de las grandes ciudades, entre un electorado que la izquierda hab¨ªa movilizado durante las presidenciales. Un regreso a las urnas de estos ciudadanos desencantados podr¨ªa tener un efecto importante el domingo que viene en m¨¢s de una circunscripci¨®n.

Tradicionalmente, la semana entre los dos turnos serv¨ªa para establecer pactos que decantaban en uno u otro sentido los esca?os, incluso retirando candidatos. Sin embargo, en esta ocasi¨®n faltan elementos. La posibilidad de que el MoDem de Bayrou pudiera jugar este papel parece esfumarse, tras quedar reducido a menos de un 8% de los sufragios, menos de la mitad de los que su l¨ªder obtuvo en la primera vuelta de las presidenciales. El propio Bayrou, que obtuvo un 37,25% en su circunscripci¨®n del Bearn, no escond¨ªa su decepci¨®n y lamentaba que la futura Asamblea Nacional tendr¨¢ "un desequilibrio terriblemente marcado, que un d¨ªa Francia lamentar¨¢".

El trazo m¨¢s significativo, en t¨¦rminos pol¨ªticos, de los comicios de ayer es el derrumbamiento del Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen, barrido ya en las presidenciales, donde se qued¨® en un 10%, pero rematado ayer con un resultado que lo sit¨²a en la marginalidad y muestra a las claras una de las claves del ¨¦xito de Sarkozy. Le Pen no escond¨ªa su ira. Calific¨® a Sarkozy de "ilusionista" y le advirti¨® de que ahora tendr¨¢ que afrontar la realidad, "que es testaruda".