Una ciudad, dos mundos
Al norte de Mitrovica viven los serbios que rechazan la secesi¨®n, y en el sur, los albanes que quieren tener un Estado
La ciudad de Mitrovica est¨¢ dividida por el r¨ªo ?bar y por siglos de odio acumulado. Es el s¨ªmbolo de los problemas de Kosovo y donde en marzo de 2004 se produjeron los incidentes m¨¢s graves desde el final de la guerra en 1999. Nadie duda de que en el caso de una independencia sin el apoyo t¨¢cito de Serbia, ¨¦stos podr¨ªan repetirse a gran escala.
En el norte viven 20.000 serbios. Belgrado subvenciona desde hace ocho a?os una estructura paralela de poder municipal, paga salarios y pensiones y controla los servicios. Un ejemplo: la red el¨¦ctrica no est¨¢ conectada a la de Pristina, sino a la de Serbia.
En el sur de la ciudad no hay serbios, fueron expulsados tras los bombardeos de la OTAN. En el norte quedan 2.000 albaneses concentrados en cinco aldeas de la Colina de la Mina y en las Tres Torres. Ambos enclaves est¨¢n conectados directamente con el sur alban¨¦s. Ya no est¨¢n defendidos como hace a?os por alambres de espino y tropas de la OTAN. Pero ning¨²n serbio entra en esa zona ni ellos la abandonan. La frontera es s¨®lo visible desde el temor.
La red el¨¦ctrica del norte no est¨¢ conectada a la de Pristina, sino a Serbia
"La secesi¨®n de Kosovo abrir¨¢ la caja de Pandora de los separatismos. Ser¨¢ un golpe de viento para los volcanes dormidos, a los que dar¨¢ impulso", asegura Milan Ivanovic, director del hospital y presidente de la radical Asociaci¨®n Serbia Nacional para el Norte de Kosovo. Recuerda orgulloso c¨®mo repelieron en el a?o 2000 un intento alban¨¦s de tomar la ciudad y desmenuza una retah¨ªla de abusos padecidos por su comunidad sin incluir los da?os del otro, al que califica de "mafioso" y "terrorista". "?Qu¨¦ pasar¨¢ si nos atacan de nuevo? Son muchos y est¨¢n bien armados. ?Esperan que pongamos la cabeza debajo del hacha?".
Rasdosav Janicijevic dirige un peri¨®dico nacido en 1944, escrito en alfabeto cir¨ªlico y que ahora, despu¨¦s de tanto tiempo, tiene el nombre equivocado: Unidad. Rechaza la independencia y la posibilidad de que las tres municipalidades del norte, donde se concentra m¨¢s de un tercio de los casi 100.000 serbios que siguen en Kosovo (el resto vive diseminado en enclaves), responda con otra secesi¨®n, que es lo que propugnan muchos en Belgrado: "Imposible. Somos parte de Serbia". La redacci¨®n est¨¢ junto al puente, zona de batalla campal en 2004. Janicijevic asegura que hay mucho miedo. Por eso guarda una cuerda para escapar por una ventana lateral en caso de emergencia.
Bajram Rexhepi es alban¨¦s. Fue alcalde de Mitrovica desde agosto de 1999 hasta que se convirti¨® en primer ministro de Kosovo en octubre de 2002. Reconoce que la divisi¨®n de hecho de Mitrovica representa un riesgo potencial cuando se apruebe la independencia. "Belgrado la utiliza como plataforma para lograr la partici¨®n. No le importa perjudicar a la mayor¨ªa de los serbios de Kosovo que viven en enclaves fuera de ese norte. Han infiltrado paramilitares, armas y agentes de los servicios secretos que son los vigilantes del puente [j¨®venes que observan la frontera desde el caf¨¦ La Dolce Vita]. Ivanovic tiene m¨¢s de 800 empleados en un hospital con 800 camas y s¨®lo 50 pacientes. Se trata de su guardia pretoriana lista para actuar".
Los coches que circulan por el norte llevan matr¨ªcula serbia; los que se mueven por el sur, las aprobadas por la Misi¨®n de Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK). En la Bosnjacka Mahala (barrio donde viven los bosniacos, eslavos islamizados) hay un cuarto puente. Es el lugar donde los serbios que van o vienen del sur por negocios cambian una placa por otra. Nadie quiere moverse con los s¨ªmbolos equivocados.
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