Hugo Ch¨¢vez o el advenimiento de una monarqu¨ªa medi¨¢tica
Los autores sostienen que el presidente venezolano ha actuado contra los medios de comunicaci¨®n privados incumpliendo la legislaci¨®n de su pa¨ªs e instaurando un nuevo modelo de r¨¦gimen.
Hugo Ch¨¢vez mantuvo su palabra. El 27 de mayo de 2007, a medianoche, dej¨® de emitir Radio Caracas Televisi¨®n (RCTV) -la televisi¨®n m¨¢s antigua y m¨¢s popular de Venezuela- oficialmente por falta de renovaci¨®n de la licencia de emisi¨®n, que finalizaba ese mismo d¨ªa. ?Simple medida administrativa? No, una artima?a de calendario para una actuaci¨®n pol¨ªtica, anunciada por el propio jefe del Estado. "No habr¨¢ m¨¢s concesiones para ese canal c¨®mplice del golpe de Estado que se llama Radio Caracas Televisi¨®n", hab¨ªa advertido el inquilino del Palacio de Miraflores cuando felicit¨® las Navidades al Ej¨¦rcito, el 28 de diciembre de 2006.
V¨ªctima de un intento golpista que le apart¨® del poder entre el 11 y el 13 de abril de 2002, Hugo Ch¨¢vez hab¨ªa intentado a su vez, el 4 de febrero de 1992, un golpe de Estado "bolivariano" que fue r¨¢pidamente abortado y del que, por otra parte, en febrero pasado celebr¨® el decimoquinto aniversario. Desde entonces, el teniente-coronel de paracaidistas convertido en presidente se ha cuidado mucho de distinguir entre "golpes" e "insurrecciones populares"; entre "buenos" y "malos" golpes de Estado.
En 2002 hubo tres canales que apoyaron el golpe. De ellos, s¨®lo RCTV se mantuvo despu¨¦s como oposici¨®n
El Gobierno cuenta ahora con una veintena de radios, cinco canales p¨²blicos de televisi¨®n y otros dos privados
Pero admit¨¢moslo. S¨ª, Hugo Ch¨¢vez, presidente electo, fue v¨ªctima de un golpe de Estado en 2002. Y s¨ª, ese golpe de Estado fue ampliamente un asunto de los grandes medios de comunicaci¨®n privados -y entre ellos RCTV- y de una oposici¨®n que no siempre tiene muy en cuenta la legitimidad democr¨¢tica.
Pero, ?c¨®mo explicar que en cinco a?os no se les haya abierto ning¨²n procedimiento judicial a esos medios que propiciaron el golpe, ni a sus direcciones? Seg¨²n la ley, para negar a RCTV el derecho a seguir emitiendo durante otros 20 a?os se requiere una condena judicial por "falta grave". Y eso no ha ocurrido en ning¨²n momento. Primer incumplimiento del derecho.
En 2002 hubo tres canales nacionales privados de televisi¨®n que apoyaron el golpe de Estado: Venevisi¨®n, Telev¨¦n y RCTV. Despu¨¦s, los dos primeros juraron fidelidad a Hugo Ch¨¢vez, mientras que el tercero sigui¨® manteniendo su l¨ªnea de oposici¨®n. Merced a un gran azar jur¨ªdico, Venevisi¨®n, cuya concesi¨®n finalizaba el mismo d¨ªa que la de RCTV, consigui¨® el derecho a seguir emitiendo durante cinco a?os m¨¢s. Est¨¢ claro que existen dos pesos y dos medidas. Segundo incumplimiento.
El 25 de mayo de 2007, y en menos de 48 horas, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela orden¨® el embargo del material de RCTV para d¨¢rselo al nuevo canal p¨²blico Televisora Venezolana Social (Tves), que le sucede en el segundo canal. Pero es que la ley org¨¢nica de telecomunicaciones, del 12 de junio de 2000 -aprobada ya durante el mandato de Hugo Ch¨¢vez-, establece que el material pertenece a los medios de comunicaci¨®n, y que s¨®lo las frecuencias son propiedad del Estado. Tercera denegaci¨®n de justicia.
Finalmente, la alta jurisdicci¨®n venezolana crucific¨® a RCTV el pasado 27 de mayo al destituir a la magistrada encargada de que se aplicaran las medidas de protecci¨®n al canal, y a su personal. Cuarto incumplimiento, esta vez del derecho internacional. Porque Venezuela, en tanto que pa¨ªs miembro de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), debe atenerse a la jurisprudencia de las instituciones que dependen de ella.
Recientemente, Hugo Ch¨¢vez advirti¨® que eventualmente podr¨ªa terminar con otras concesiones, antes de la fecha inicial de expiraci¨®n. El ataque iba dirigido a Globovisi¨®n, que ahora es el ¨²nico canal considerado cercano a la oposici¨®n, pero que s¨®lo emite en Caracas y cuatro ciudades de los alrededores.
Las numerosas reacciones internacionales al caso de RCTV no han hecho m¨¢s que afianzar al presidente bolivariano en su l¨®gica. Quien le critica es golpista. Quien se opone al cierre de RCTV -incluso entre quienes le apoyan- pretende su ca¨ªda o su muerte. La invocaci¨®n del golpe de Estado de 2002 le sirve de coartada para hacerse con el control autoritario del espacio p¨²blico, y sobre todo medi¨¢tico. Ahora, Hugo Ch¨¢vez cuenta con la benevolencia del principal diario nacional, ?ltimas Noticias, una veintena de radios, cinco canales p¨²blicos de televisi¨®n y dos privados. Tambi¨¦n es el protagonista de su propio programa -Al¨® Presidente- en el canal estatal Venezolana de Televisi¨®n. Dispone, en fin, de poder para requisar todos los medios audiovisuales, radios y televisiones, tanto p¨²blicas como privadas, para retransmitir sus discursos ¨ªntegros gracias a ese famoso sistema de las cadenas que, entre 1999 y el primer trimestre de 2007, ha utilizado en 1.542 ocasiones. Hugo Ch¨¢vez ha totalizado 1.000 horas en antena, a las que hay que a?adir otras 1.000 horas de su programa Al¨® Presidente, en el mismo periodo.
Con el cierre de RCTV, ?Hugo Ch¨¢vez ha dado un primer paso hacia una "dictadura", como le acusan sus detractores? La realidad es mucho m¨¢s matizada. Pero, en todo caso, ha ratificado un nuevo modelo de r¨¦gimen: la monarqu¨ªa medi¨¢tica.
Robert M¨¦nard y Beno?t Hervieu. Reporteros sin Fronteras
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