Herc¨²leo Madrid

En uno de los partidos m¨¢s tensos que se recuerdan, el Madrid meti¨® la cabeza en la final de la ACB. Le espera todo un Bar?a, pero resulta dif¨ªcil pensar que puedan sufrir m¨¢s de lo que lo han hecho frente a un Joventut encomiable no s¨®lo por su resistencia heroica, sino por el valor t¨¦cnico y t¨¢ctico que han puesto sobre la cancha. Al final, en el quinto y ¨²ltimo partido, se quedan sin nada, ni final ni Euroliga, pero est¨¢ claro que su futuro se presenta halague?o. La serie se decant¨® por el valor de la ventaja de campo y unos recursos del Madrid algo m¨¢s amplios que los de sus rivales, mermados por algunas cuestiones f¨ªsicas y demasiado empe?ados en ir de tres en tres. Los blancos no est¨¢n para tirar cohetes pero, a estas alturas del curso, el coraz¨®n vale tanto como la cabeza.

El ¨²ltimo acto de esta apasionante serie se vivi¨® siempre con la tensi¨®n por la nubes. El mundo del deporte cuenta con una particularidad. No es que haya m¨¢s presi¨®n que en otros ¨¢mbitos profesionales, pero s¨ª que de vez en cuanto se concentra en tan breve espacio de tiempo que resulta dif¨ªcilmente manejable. Con el cuerpo en reserva de energ¨ªa, Madrid y Joventut se jugaban tanto en tan pocos minutos que no tardaron nada en confirmar que no era el momento de deslumbrar, sino de sobrevivir. Y para ello, basta con meter un punto m¨¢s que el rival. Aunque sean guarismos casi de balonmano. Y eso que el Madrid decidi¨® en su puesta en escena recuperar una de las esencias que le convirtieron al principio de esta temporada en la gran sensaci¨®n de la Liga: la velocidad. Durante cuatro partidos el dinamismo del Joventut le hab¨ªa convertido m¨¢s en tortuga que en liebre, y al menos durante unos minutos pudo estirar las piernas y abrir el campo (14-6, m. 7). Fue el primero de unos cuantos arreones, que siempre se vieron respondidos. Tiene muchas virtudes este Joventut. Lleva creciendo desde hace dos temporadas, cuenta en sus filas con jugadores muy interesantes y en la banda Aito est¨¢ demostrando que como estratega no tiene igual. Cada arre¨®n del Madrid terminaba por ser neutralizado a base de mucha inteligencia defensiva. Con Bullock y Rudy reclamando el protagonismo, el partido se fue a tomar un respiro al vestuario con un marcador que no dejaba dudas (33-32).

A la vuelta, el ritmo se fue ralentizando a¨²n m¨¢s y el encargado del marcador no corr¨ªa peligro de sufrir de estr¨¦s (46-47, final del tercer cuarto). Con el Bar?a triunfando en Vitoria, la serie, el paso a la final y la Euroliga se iban a jugar en cinco minutos, a los que se lleg¨® en un estado de par¨¢lisis ofensiva tal que las canastas se cantaban como goles. Entre las habilidades defensivas y los estragos provocados por la extrema exigencia al sistema nervioso de los jugadores, todo quedaba a expensas de una aparici¨®n estelar. El Joventut la tuvo en Rudy, que gracias a dos triples consecutivos puso a su equipo a tiro de ¨¦xito (59-57, a minuto y medio del final). El Madrid opt¨® por sacar petr¨®leo de la l¨ªnea de tiros libres. Nueve de sus ¨²ltimos 11 puntos llegaron as¨ª. Una antideportiva a Vazquez termin¨® con el sue?o verdinegro, que deber¨¢ ser aplazado al menos un a?o. El Madrid comienza el suyo este mismo domingo.