Botas de cuero espa?ol
La m¨²sica y la poes¨ªa de Bob Dylan logran el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes
Asombro y deleite. El ¨²ltimo reconocimiento oficial a Bob Dylan llega de un pa¨ªs que ignor¨® su obra durante sus a?os ¨¢lgidos: en los sesenta, en Espa?a apenas se publicaron discos de Dylan. No estaban en las tiendas, no se pinchaban en las grandes emisoras, no exist¨ªan para TVE. Los derechos de su compa?¨ªa, Columbia Records, hab¨ªan ca¨ªdo en manos de Discophon, disquera barcelonesa que no entend¨ªa c¨®mo aquello se pod¨ªa considerar m¨²sica. No eran los ¨²nicos pillados fuera de juego: en una revista musical de la ¨¦poca, se excusaban de publicar la letra de Like a rolling stone por ser, aseguraban, "intraducible".
M¨¢s all¨¢ de las an¨¦cdotas, propias de la autarqu¨ªa cultural del franquismo, resulta comprensible el desconcierto de la vieja guardia: Dylan no era un cantante m¨¢s. Hasta su electrificaci¨®n, en 1965, su m¨²sica sonaba ¨¢rida, una guitarra de palo y una voz nasal. Y si se entend¨ªa su ingl¨¦s, el desconcierto aumentaba: pod¨ªa hacer canciones de amor pero no trataban de dilemas tipo "ella me quiere / ella no me quiere"; de hecho, era capaz de regodearse ante las miserias de antiguos objetos del deseo, como en la cat¨¢rtica Like a rolling stone. Le adjudicaban el papel de cantante protesta pero eso constitu¨ªa una porci¨®n menor de su repertorio.
Tras sus gafas oscuras, Dylan dinamit¨® muchas convenciones de la m¨²sica popular. En un momento de candor, ¨¦l mismo se pasmaba de su brutal impacto: se atribu¨ªa el haber hundido Tin Pan Alley, como se conoc¨ªa al entramado de compositores y editoriales neoyorquinos que generaban el cancionero que animaba Broadway, Hollywood y los clubes nocturnos. Hasta los conjuntos brit¨¢nicos, encabezados por los Beatles y los Rolling Stones, acusaban su influencia: con Dylan, se renovaba el lenguaje literario del rock y se ampliaba su tem¨¢tica. Todo se pod¨ªa cantar, incluso de la manera m¨¢s personal y compleja.
El liderazgo social de Bob Dylan en los sesenta no ten¨ªa parang¨®n. Gracias a The times they are a-changin o Blowin' in the wind, se hab¨ªa convertido en profeta de la insurgencia juvenil, un movimiento generacional que estallar¨ªa en 1968 en Praga, Par¨ªs o M¨¦xico DF. Para entonces, cierto, Dylan ya hab¨ªa renunciado simb¨®licamente a cualquier papel de portavoz o gu¨ªa espiritual. Refugiado en una casa de Woodstock, en la zona monta?osa de Nueva York, ignoraba al mundo hippy y cuidaba de su familia.
Se pueden entender sus ¨²ltimos 40 a?os como un constante intento de escapar de aquel personaje de gur¨² generacional. Nadie, ni siquiera John Lennon, era seguido tan estrechamente por sus adeptos: hasta se fund¨® un Dylan Liberation Front, que vaciaba su cubo de basura en busca de informaci¨®n sobre un m¨ªtico pacto seg¨²n el cual renunciaba a ser el Lenin del rock a cambio de tranquilidad y -seg¨²n una teor¨ªa delirante- tolerancia para una supuesta adicci¨®n a las drogas.
Esa vigilancia desemboc¨® en un antagonismo latente que ha marcado la relaci¨®n de Dylan con parte de su parroquia. Aparte de su retirada del politiqueo contracultural, se atragantaron inicialmente decisiones como la aproximaci¨®n a la m¨²sica vaquera (Nashville skyline, 1969) o al gospel, que comenz¨® con Slow train coming (1979). Sus vaivenes religiosos, de la recuperaci¨®n del juda¨ªsmo familiar a la integraci¨®n en una secta fundamentalista, no le impidieron actuar ante Juan Pablo II. Un divertido tema del cantautor vizca¨ªno I?igo Coppel, Blues hablado sobre el mayor fan de Bob Dylan del mundo, especula sobre la existencia de "un malvado hermano gemelo", al cual se responsabiliza de discos penosos como Self portrait o Dylan & The Dead.
La relaci¨®n de Dylan con Espa?a ha sido menos estrecha de lo que podr¨ªa hacer creer la abundancia de t¨ªtulos con la palabra spanish: s¨®lo Boots of spanish leather se refiere espec¨ªficamente a Espa?a, y lo hace en un contexto doloroso (el abandono de una novia, Suze Rotolo). En 1977, tambi¨¦n por motivos sentimentales, se plante¨® editar un elep¨¦ en espa?ol, aunque el proyecto -consist¨ªa en a?adir letras traducidas a las pistas instrumentales ya grabadas- result¨® impracticable.
Tard¨® en debutar en Espa?a; su estreno en el madrile?o estadio del Rayo Vallecano, en 1984, fue un significativo acto social de la era socialista. Desde entonces, ha venido con regularidad y hemos podido disfrutar del arriesgado placer que supone verle en directo, su especialidad consiste en reinventar su cancionero, no siempre con resultados estimulantes, ignorando al respetable. Una cuidadosa explotaci¨®n de sus archivos ha servido para recordar sus inmensas aportaciones a la m¨²sica popular. Ahora mismo, la recopilaci¨®n de grabaciones con los Traveling Wilburys es n¨²mero uno en el Reino Unido. Este jugador siempre tiene un as en la manga.Bob Dylan (Minnesota, 1941) fue galardonado en Oviedo con el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes. El revolucionario m¨²sico recibe as¨ª su ¨²ltimo reconocimiento en un pa¨ªs que ignor¨® su obra en sus momentos cumbres y donde actu¨® por primera vez en 1984. La familia real se puso en contacto con el m¨²sico para felicitarle y comunicarle la concesi¨®n del premio. El galard¨®n, dotado con 50.000 euros y una escultura de Joan Mir¨®, le ser¨¢ entregado, previsiblemente, en octubre.
A¨²n no ha oscurecido
Bob Dylan (Minnesota, 1941) fue galardonado en Oviedo con el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes. El revolucionario m¨²sico recibe as¨ª su ¨²ltimo reconocimiento en un pa¨ªs que ignor¨® su obra en sus momentos cumbres y donde actu¨® por primera vez en 1984. La familia real se puso en contacto con el m¨²sico para felicitarle y comunicarle la concesi¨®n del premio. El galard¨®n, dotado con 50.000 euros y una escultura de Joan Mir¨®, le ser¨¢ entregado, previsiblemente, en octubre.
Caen las sombras y llevo aqu¨ª todo el d¨ªa,
Hace demasiado calor para dormir y el tiempo se escapa
Siento como si mi alma se hubiese vuelto de acero,
A¨²n tengo las cicatrices que el sol no san¨®
Ni siquiera hay sitio suficiente como para estar en ning¨²n lado
A¨²n no ha oscurecido, pero no va a tardar
Mi sentido de la humanidad se ha ido por el desag¨¹e
Detr¨¢s de cada cosa hermosa ha habido siempre alg¨²n tipo de dolor,
Ella me escribi¨® una carta y la escribi¨® tan amablemente
Puso por escrito todo lo que se le pas¨® por la cabeza
No acabo de ver por qu¨¦ habr¨ªa de preocuparme
A¨²n no ha oscurecido, pero no va a tardar
He estado en Londres y tambi¨¦n en el alegre Par¨ªs
Segu¨ª el r¨ªo hasta llegar al mar,
He alcanzado el fondo de un mundo lleno de embustes,
No estoy buscando nada en los ojos de nadie
A veces mi carga es m¨¢s pesada de lo que puedo soportar
A¨²n no ha oscurecido, pero no va a tardar
Nac¨ª aqu¨ª y aqu¨ª morir¨¦ en contra de mi voluntad
Ya s¨¦ que parece que me muevo, pero estoy quieto y de pie
Cada nervio de mi cuerpo est¨¢ ausente e insensible,
Ni siquiera recuerdo de qu¨¦ me estaba escapando cuando llegu¨¦ aqu¨ª
Ni siquiera oigo el murmullo de una oraci¨®n.
A¨²n no ha oscurecido, pero no va a tardar.
Canci¨®n del disco Time out of mind, 1997.
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