El juez investiga si hubo un delito provocado por EE UU en la captura de Al Kassar

El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha exigido a EE UU un informe de la investigaci¨®n sobre el traficante de armas Monzer al Kassar para despejar si su captura en Madrid, el pasado 7 de junio, fue consecuencia o no de un delito provocado -inadmitido en Espa?a- por agentes de la DEA, la agencia antidroga norteamericana. Seg¨²n un primer informe de EE UU, Al Kassar no contact¨® con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) para venderles armas, sino con dos agentes de la DEA que fingieron trabajar para la banda y, adem¨¢s, le pagaron con dinero de la agencia.

Del Olmo reclam¨® el pasado 8 de junio, un d¨ªa despu¨¦s de la detenci¨®n de Al Kassar, "la secuencia temporal que permita analizar las actuaciones investigadoras realizadas por Estados Unidos, especialmente en orden al comienzo de la investigaci¨®n, razones de ello, intervenci¨®n de los agentes encubiertos referidos en la nota verbal, e inicial contacto de dichos agentes encubiertos con el reclamado [Al Kassar] u otros investigados".

La nota verbal de EE UU que da pie a tales interrogantes del juez sobre la legalidad de esta captura refleja lo siguiente: "Entre febrero y mayo de 2007, Al Kassar, junto con Tareq Mousa Al Ghazi y Luis Felipe Moreno Godoy, acordaron la venta de armas por valor de millones de d¨®lares, incluidas ametralladoras lanzadoras de granadas propulsadas por cohetes y sistema de misiles tierra aire a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC".

A rengl¨®n seguido, EE UU presenta sus pruebas: "Durante una serie de grabaciones telef¨®nicas de m¨®viles, correos electr¨®nicos y reuniones en persona, un n¨²mero de ellas grabadas en v¨ªdeo o audio, Al Kassar, Al Ghazi y Moreno Godoy aceptaron vender armas a dos fuentes confidenciales trabajando para la DEA que se presentaban a s¨ª mismos como trabajando para las FARC con el entendimiento concreto de que las armas se utilizar¨ªan para atacar intereses estadounidenses y para matar a funcionarios estadounidenses trabajando en Colombia".

La nota verbal despeja qui¨¦n financiaba realmente la supuesta compra de armas: "Durante sus reuniones, Al Kassar, Al Ghazi y Moreno Godoy proporcionaron a las fuentes confidenciales una fotograf¨ªa del barco que ser¨ªa utilizado para transportar las armas, especificaciones de los SAM que aceptaron vender a las FARC y las cuentas bancarias en Espa?a y en el L¨ªbano que finalmente utilizaron para ocultar los m¨¢s de 400.000 d¨®lares procedentes de una cuenta encubierta de la DEA y que las fuentes confidenciales presentaron, y Al Kassar crey¨®, proced¨ªan de los beneficios de las drogas de las FARC para el pago de las armas".

Por tanto, a tenor del relato oficial norteamericano, la DEA no intercepta una operaci¨®n real en marcha de venta de armas de Al Kassar a las FARC sino que la simula y financia con dinero propio para capturarlo. Incluso, aunque Al Kassar hubiera querido brindar armas a las FARC, si el delito fue provocado, no podr¨ªa ser penado seg¨²n el ordenamiento espa?ol. Pero adem¨¢s, Al Kassar ha declarado que los agentes de la DEA nunca le propusieron comprar armas para las FARC, sino para el Gobierno de Nicaragua, y que exigi¨® que le entregaran el certificado del destino final de las armas, ya que ser¨ªan compradas oficialmente al Gobierno de Rumania. Al Kassar ha alegado, como prueba de su transparencia, que frente al inter¨¦s de los fingidos compradores en pagarle en efectivo, les reclam¨® que fuera por banco. Tras recibir por esta v¨ªa 400.000 d¨®lares, un 15% del monto total, dejaron de abonarle el resto del monto pactado. Al Kassar recelaba ya tanto de la operaci¨®n que se puso en contacto con polic¨ªas espa?oles con quienes ha mantenido una hist¨®rica relaci¨®n informativa. Le sugirieron que tuviera cuidado.

Los agentes de la DEA, tras incumplir los pagos, le pusieron sucesivas citas en el extranjero, que Al Kassar desatendi¨® por temor a una encerrona. El 7 de junio, le convocaron en Madrid. El traficante pidi¨® ayuda a polic¨ªas espa?oles para saber qui¨¦nes eran sus fingidos interlocutores comerciales. Tal gesti¨®n no tiene ¨¦xito. Al Kassar es detenido en la capital madrile?a nada m¨¢s llegar al aeropuerto de Barajas.