Arcaicos mimbres con boina
La democracia y la transici¨®n se hicieron sobre un riguroso monopolio televisivo estatal muy aburrido
Lo asombroso de aquellas primitivas elecciones de junio, con ser todo tan extraordinario, era la profunda miseria medi¨¢tica en la que entonces est¨¢bamos sumidos. No s¨®lo ¨¦ramos la ¨²ltima dictadura digamos seria del mercado occidental, todo un r¨¦cord, sino que al mismo tiempo que incurr¨ªamos patosamente en normalidad democr¨¢tica est¨¢bamos empezando a construir una econom¨ªa de consumo con dos d¨¦cadas de retraso sobre el horario previsto por el meridiano capitalista y la gran crisis energ¨¦tica, la del petr¨®leo de 1973, tambi¨¦n se?alaba el principio de lo que luego se llamar¨ªa globalizaci¨®n. Y todo esto de un tacazo -la democracia, la sociedad de consumo de masas y el despertar de la globalizaci¨®n- y desde aquellos arcaicos mimbres audiovisuales con boina que para lo esencial se reduc¨ªan a una televisi¨®n y media de riguroso monopolio estatal, pero sobre todo muy aburrida y para nada pop, y sin que existiera aquella m¨ªnima e imprescindible libertad y pluralidad de esas empresas no s¨®lo medi¨¢ticas y que entonces, no olvidemos en este aniversario, eran exclusiva del Opus Dei.
Lo asombroso es que hayamos salido vivos y coleando de aquellas primeras elecciones y de aquella transici¨®n que no s¨®lo era transici¨®n pol¨ªtica sino, sobre todo y al mismo tiempo, transici¨®n econ¨®mica, industrial, tecnol¨®gica, cultural y global. Detalle que siempre se nos escapa. Y precisamente de aquel embarullar transiciones privilegiando exclusivamente la pol¨ªtica proceden todas nuestras miserias hist¨®ricas, pol¨ªticas e industriales.
Seamos serios: sometidas a la prueba de la sincronizaci¨®n global, a la prueba del algod¨®n democr¨¢tico, aquellas elecciones de junio no hubieran pasado el examen democr¨¢tico y por much¨ªsimo menos son impugnadas en el globo de las nuevas transiciones pol¨ªticas.
Insisto. Entonces, en aquel junio lejano, el mundo ya hab¨ªa hecho pop (que es el ruido t¨ªpico del consumo de masas cuando la sociedad es libre), tambi¨¦n hab¨ªa hecho crac un par de a?os antes, en el 73, que fue el a?o inaugural de la globalizaci¨®n, y las nuevas m¨¢quinas con las que trabajaba el hombre ya hac¨ªa tiempo que murmuraban bit.
Y la prueba de que no ¨¦ramos un pa¨ªs raro, a pesar de tanto retraso, la miseria medi¨¢tica y aquella llamativa asincronizaci¨®n con las nuevas e in¨¦ditas transiciones del mundo, es que las elecciones de aquel asombroso junio fueron ganadas (KO) por el director general de la ¨²nica televisi¨®n entonces realmente existente. Un t¨ªo estupendo, simp¨¢tico y seductor de peli italiana, pero no precisamente ajeno a la todopoderosa influencia del Opus Dei, que entonces y muy sabiamente era el ¨²nico poder espa?ol que estaba interesado al mismo tiempo en las tres transiciones.
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