Muerte a lo superfluo
Adi¨®s a las armas ret¨®ricas, adi¨®s a las descripciones profusas navegando por el relato como islas a la deriva. Adi¨®s a todo eso. Hemingway impuso en el cuento y para siempre las leyes de la concisi¨®n, la elipsis, la omisi¨®n, el distanciamiento objetivo y la ambig¨¹edad, nacidas de su "teor¨ªa del iceberg", aquella que le explicaba a George Plimpton en la c¨¦lebre entrevista de The Paris Review, "el t¨¦mpano de hielo conserva siete octavas partes de su masa debajo del agua por cada parte que deja ver. Uno puede eliminar cualquier cosa que conozca, y eso s¨®lo fortalece el t¨¦mpano. He tratado de eliminar todo lo que sea innecesario para comunicarle una experiencia al lector".
Hemingway escribe una octava
CUENTOS
Ernest Hemingway
Traducci¨®n de Dami¨¢n Alou
Lumen. Barcelona, 2007
594 p¨¢ginas. 24,90 euros
parte y oculta siete octavas partes cuya ausencia inquietar¨¢ al lector hasta el extremo de convertirlo en un arque¨®logo de textos. Y as¨ª es, ha eliminado adjetivos, pre¨¢mbulos y antesalas narrativas porque se trata de que el lector deduzca, sospeche, llene los intersticios, indague y a?ada en su lectura el texto no escrito. En cambio, ha dejado muy visibles los verbos, que dibujan la acci¨®n. Seguramente Ernie suscribir¨ªa aquella frase que Scott Fitzgerald anot¨® al final de El ¨²ltimo Tycoon: "Action is character", que los personajes se describan a s¨ª mismos por medio de sus actos, y que el lector los conozca sin farragosas intermediaciones, sin p¨¢rrafos introductorios. El Hemingway periodista le exig¨ªa al Hemingway narrador celeridad y precisi¨®n, para que todo un mundo emocional quedase encerrado en una sucesi¨®n telegr¨¢fica de frases secas y fuertes como un trago de alcohol, de frases verdaderas: "Nick se bebi¨® el caf¨¦. El caf¨¦ era amargo. Nick ri¨®. Era un buen final para esa historia. Su mente se puso en marcha" como la del lector de este volumen de Cuentos que traduce al espa?ol el volumen can¨®nico que en 1938 public¨® Scribner's con el t¨ªtulo de The First Forty-Nine Stories y un ¨ªndice en el que figuran los 49 relatos escogidos por el propio Hemingway con voluntad antol¨®gica. Cuesta creerlo, pero lo cierto es que, librer¨ªas de lance y bibliotecas al margen (ya casi inencontrable la ¨²ltima edici¨®n de Relatos de Luis de Caralt Editor), hasta la publicaci¨®n de esta edici¨®n de Lumen le estaba resultando demasiado dif¨ªcil al lector en espa?ol hacerse con los cuentos del gran maestro de la orden del cuento del siglo XX. Podr¨¢ ahora degustar la po¨¦tica de la precisi¨®n y de la as¨¦ptica objetividad en obras maestras como Gato bajo la lluvia, aparecido en En nuestro tiempo (1926), Los asesinos, uno de los cuentos imprescindibles de la ficci¨®n contempor¨¢nea (escrito junto a Hoy es viernes y Diez indios, de forma febril, en una sola tarde, viendo nevar en Madrid desde el cuarto de su pensi¨®n), o El invicto, relatos ambos que hab¨ªan sido publicados en el volumen Men without Women (1927), y en relatos ya m¨ªticos y universales como Las nieves del Kilimanjaro, La breve vida feliz de Francis Macomber o Colinas como elefantes blancos, en los que tambi¨¦n se encontrar¨¢ el lector con un Hemingway ebrio de oralidad y envalentonado y pol¨ªticamente incorrecto en el manejo de sus temas obsesivos, la soledad, la violencia, la caza, o la competencia, ilustrados con im¨¢genes de virilidad, f¨¢bulas de hero¨ªsmo, tentaciones nihilistas y, siempre, un "severo dominio t¨¦cnico", como se?ala Gabo en la refrescante evocaci¨®n que abre el volumen.
El minimalismo, el realismo s
ucio, en buena medida el nuevo periodismo -de Capote a Wolfe-, m¨¢s de la mitad de los autores de cuentos contempor¨¢neos y hasta el nouveau roman tienen una deuda contra¨ªda con la endiablada precisi¨®n y la obsesiva econom¨ªa del autor de Por qui¨¦n doblan las campanas, enfrascado, como aparece en la espl¨¦ndida foto de Robert Capa de la cubierta de The Essential Hemingway de Vintage, en tachar, borrar y revisar los manuscritos hasta lograr que cada frase resulte esencial, imprescindible, verdadera, pues "todo lo que hay que hacer", escribi¨® m¨¢s tarde en Par¨ªs era una fiesta, "es escribir una frase verdadera", rastrillar la hojarasca verbal y hacer del cuento, de la literatura, un lugar limpio y bien iluminado donde muere lo superfluo.
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