Mart¨ªn Rivas naci¨® en un caf¨¦

A Marti?o Rivas le vuela la vida. En enero estudiaba teatro en la escuela Espacio Aberto y Comunicaci¨®n Audiovisual en la Universidad de Santiago. Ahora es actor en Madrid y en Internet sus seguidoras apuran la creaci¨®n de un club de fans. El despegue se produjo hace unos 10 a?os, cuando ten¨ªa 12 y viv¨ªa con su familia en Vimianzo. Su hermana lleg¨® un d¨ªa a casa contando, toda excitada, que en el tabl¨®n del Conservatorio de Carballo, en el que estudiaban m¨²sica los dos hijos de Manuel Rivas, se anunciaba un c¨¢sting de la serie Mareas Vivas.

"La prueba se iba a hacer en Camari?as, Laxe y Muros", quer¨ªan chavales con gheada y seseo, o al menos con buen gallego. El d¨ªa de la selecci¨®n, su madre se dispon¨ªa a llevar a su hermana, que era la que estaba interesada, y le dijo a Marti?o, "?vienes con nosotras o te vas a quedar ah¨ª tirado viendo la tele?". El chico cogi¨® el mando, apag¨® el aparato y fue. En la prueba, le pidieron que contara una an¨¦cdota. Y al final lo escogieron a ¨¦l y dejaron fuera a su hermana. M¨¢s tarde trabaj¨® en Maridos e mulleres (TVG), y en SMS (con Globomedia, para La Sexta). Y la productora de Emilio Arag¨®n debi¨® de quedar contenta con este trabajo, porque hace cuatro meses lo volvi¨® a llamar para El internado, una serie que combina el suspense con la habitual trama adolescente. Marti?o, en la serie, que lleva emitidos cuatro cap¨ªtulos, tiene 16 a?os y se llama Marcos. Claro que Marti?o, en su salto a la fama, ya no es Marti?o. Ahora, sin quererlo, se llama como una novela chilena del XIX.

Mart¨ªn Rivas dice ahora que se dio cuenta en una cafeter¨ªa de que deb¨ªa traducir su nombre. "En Madrid, en el Starbucks, el camarero te pregunta c¨®mo te llamas al tomar nota del pedido. All¨ª siempre entend¨ªan Martino, Martico, Martillo... As¨ª que decid¨ª cambiar". Cuando a Mart¨ªn se le pregunta qu¨¦ opina de ello su padre, contesta que prefiere "no meter a la familia en estas cosas" y que cambiar de nombre, entre los actores, "no es una costumbre extravagante".

Se castellaniza el nombre, s¨ª, pero el deje permanece. Algunas de las cr¨ªticas que se leen van por ah¨ª. Por su acento gallego. Y ¨¦l se defiende asegurando que es por exigencias del gui¨®n, porque interpreta a un coru?¨¦s. Si alg¨²n d¨ªa le toca interpretar a un murciano, dice que "habr¨¢ que adecuarse": "Un buen actor debe ser vers¨¢til", "como Leonardo DiCaprio" en Diamante de Sangre, "con su acento surafricano perfecto".

La serie va bien. 25% de cuota de pantalla y 4 millones de espectadores. Pero ¨¦l prefiere no enterarse. "Intento no mirar la audiencia desde Maridos e mulleres, porque grabamos 26 cap¨ªtulos y s¨®lo se emitieron tres".

Pero su fama repentina, por ahora, no le ha mejorado el contrato. "Me da para comer, pero comparto un piso en Callao con ocho que no conoc¨ªa". Espera ganar en cach¨¦, y terminar su cuarto curso de Audiovisual si alg¨²n d¨ªa le falta el trabajo. Luego, "a los 50", no descarta pasarse a la direcci¨®n, que era lo que le gustaba de peque?o.