La mirada del tiempo de Cristino de Vera

La extensa trayectoria del artista Cristino de Vera (Santa Cruz de Tenerife, 1931) se ha resumido para el p¨²blico gallego en 34 ¨®leos, a la vista hasta el pr¨®ximo 1 de julio en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural Caixanova de Vigo. El pintor, quien en 1963 fue seleccionado para la Bienal de Venecia, recibi¨® el Premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas en 1998. En 2002 los Reyes le impusieron la Medalla de Oro de las Bellas Artes y, en 2005, fue condecorado con el Premio Canarias de Bellas Artes.

De Vera, quien no pudo asistir a la apertura de la muestra en Vigo por problemas de salud, se traslad¨® a Madrid en 1951 para asistir a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y al C¨ªrculo de Bellas Artes. Ya no volvi¨® a residir en el archipi¨¦lago.

Mujer con libro, de 1957, abre la muestra, que concluye, cronol¨®gicamente, en Ventana, cr¨¢neo y Teide (2004). Las obras pertenecen al Fondo de Arte CajaCanarias y a la Fundaci¨®n Cristino de Vera. En este paseo por m¨¢s de 40 a?os de trabajo de De Vera se puede apreciar su evoluci¨®n desde el expresionismo hacia una austeridad que quiere descubrir lo esencial. El uso del color y de las formas amplias caracteriza sus primeras etapas, hasta mediados de los a?os sesenta, en donde lleg¨® a jugar con la abstracci¨®n.

Representantes de esta ¨¦poca son el ya referido Mujer con libro (¨®leo sobre lienzo, 1957), Juegos Infantiles (¨®leo sobre lienzo, 1957), Desnudo de la llave (¨®leo sobre lienzo, 1958) o Paisaje con horizonte (1963). Despu¨¦s, en un movimiento que algunos de sus cr¨ªticos han se?alado como coincidente con una crisis personal, sus pinceles marcharon por otros senderos.

La pintura de Cristino de Vera se despoja del trazo para concentrarse en la m¨ªnima expresi¨®n para ser, escribe Juan Cruz en el cat¨¢logo de la exposici¨®n, "esa mano que cuando se posa sobre la cantidad, es decir, el cuerpo, es como el aire que se quedara quieto sobre el objeto, limit¨¢ndolo, acarici¨¢ndolo, haci¨¦ndolo parte, prolongaci¨®n del alma".

En los a?os m¨¢s recientes, la reflexi¨®n sobre el tiempo y la muerte, dos grandes motivos del tinerfe?o, se detiene en muy pocos objetos. Un cr¨¢neo y un espejo, sobre todo, pero tambi¨¦n una vela, un cesto, una taza o una figura humana sin rostro que, precisamente por carecer de rasgos, pudiera acogerlos a todos, iguales en el tr¨¢mite final. Los ¨®leos rebajan sus colores, predominan el gris, el azul y los tonos arena. No hay prisas y s¨ª mucha soledad en este universo est¨¢tico creado por Cristino de Vera. Es una pintura que carece de todo ornato, que se despoja de lo innecesario hasta la ¨²ltima capa para quedarse con la impresi¨®n espiritual, con el alma detenida en el tiempo (Ventana al sur de Tenerife,1987; Castilla y rocas, 1988; Cr¨¢neo y espejo, 1997). Por encima, se levanta una brisa tenue que trae aires de profundo lirismo, de paciencia y de silencios que hablan de la existencia e incluso que preguntan sobre ella.

Es la primera vez que se re¨²ne en Galicia un panorama de la obra del pintor canario, a las puertas de la inauguraci¨®n, en 2008, de la sede de la Fundaci¨®n Cristino de Vera en la ciudad de La Laguna.