Cuento de la jirafa y las sillas chinas
El director de Documenta 12, Roger Buergel, y la comisaria Ruth Noack convocan al arte del futuro frente al pasado
Kassel es una ciudad silenciosa y verde, situada en el coraz¨®n de Alemania, que cada cinco a?os recibe a m¨¢s de medio mill¨®n de visitantes a lo largo de 100 d¨ªas. Llegan a Documenta, gran muestrario del arte contempor¨¢neo que a lo largo de 60 a?os ha venido marcando pautas para el desarrollo de la creaci¨®n pl¨¢stica. La 12? edici¨®n que se inaugur¨® ayer pretende plantear algunas interrogantes sobre la relaci¨®n con el arte del pasado o la verdad que brota a veces de un gesto m¨ªnimo. Un lugar donde conviven al mismo nivel un sutil dibujo a l¨¢piz con una jirafa tama?o natural (Peter Friedl), o una escultura serpenteante que atraviesa un gran sal¨®n y se escapa por la ventana (Iola de Freitas). El director de Documenta 12, Roger Buergel, y la comisaria Ruth Noack han querido poner el ¨¦nfasis en la educaci¨®n hacia el arte. Hasta tres d¨ªas antes de la inauguraci¨®n no revelaron la lista completa del centenar de artistas invitados con cerca de 500 obras. S¨®lo hab¨ªan dejado trascender algunos nombres, como el del cocinero Ferran Adri¨¤, un gesto medi¨¢tico que ha tenido tanta repercusi¨®n que ha ensombrecido hasta ahora el proyecto expositivo. Aunque pr¨¢cticamente nadie ha cuestionado el genio creativo del chef de El Bulli, s¨ª que se ha criticado en los medios art¨ªsticos a Buergel por esta maniobra publicitaria.
Una gran exposici¨®n que huye del 'top 100' del mercado del arte
Pero quiz¨¢ los fuegos artificiales del chef medi¨¢tico hayan sido s¨®lo eso: el llamativo disparo de salida de una gran exposici¨®n que huye del top 100 del mercado para invocar la magia del arte nacido al cobijo de la idea y el silencio. ?Qu¨¦ es lo que muestra Documenta 12? Hay cinco grandes centros para las exposiciones. El museo Friedricianum recibe a los visitantes con un juego de espejos de reflejos infinitos y ?f¨²tbol! El checo residente en Berl¨ªn Harun Farocki estrena una instalaci¨®n de v¨ªdeo titulada Deep Play, basada en la final de la Copa del Mundo de 2006. Doce monitores diseccionan tecnol¨®gicamente el juego, la estrategia o los movimientos de los jugadores a trav¨¦s de estad¨ªsticas, cuadros y sensores. En la planta superior, la core¨®gra-fa norteamericana Trisha Brown mantiene a un grupo de bailarines en una performance casi continua, mientras el visitante empieza a encontrar por aqu¨ª y all¨¢ grupos de antiguas sillas de la dinast¨ªa Quing (1644-1911), todas distintas. Una presencia que se extiende a otras sedes. Son mil y una sillas que forman parte de la propuesta del chino Ai Weiwei, que ha invitado a Documenta al mismo n¨²mero de compatriotas suyos a una experiencia de inmersi¨®n cultural. Un proyecto titulado Cuento de hadas por Kassel, la ciudad de los hermanos Grimm.
En todas las exposiciones de Kassel hay un juego temporal por el que entran en relaci¨®n piezas de distintas ¨¦pocas. Ruth Noack explica esta decisi¨®n a partir de su responsabilidad hacia un p¨²blico amplio y no siempre familiarizado con las creaciones m¨¢s recientes. "No es una muestra s¨®lo para expertos sino tambi¨¦n para unos visitantes fascinantemente ajenos al arte", seg¨²n ella. "Necesitamos mirar hacia las ra¨ªces. Vivimos un tiempo de migraci¨®n de las formas y es interesante comparar distintas expresiones". As¨ª, en una sala pueden convivir antiguos grabados iran¨ªes junto a los grandes y laboriosos tapices o mosaicos fotogr¨¢ficos de Zofia Kulik. O los fin¨ªsimos bordados en seda blanca con motivos femeninos (los dedos de un pie, una vulva, una oreja con un pendiente) de la china Hu Xiaoyuan con las chocantes pinturas barrocas del chileno Juan D¨¢vila.
Cruzando un bell¨ªsimo parque se llega al Aue Pavillion, una especie de invernadero de 10.000 metros cuadrados construido para la Documenta. Pero es quiz¨¢ en la Neue Galerie donde se encuentra lo mejor. Resaltan las obras de dos norteamericanos, Mary Kelly presenta una instalaci¨®n autobiogr¨¢fica, y James Coleman, en un enorme espacio vac¨ªo, su v¨ªdeo Retake with evidence, en el que el actor Harvey Keitel asume un personaje de profundo y contenido dramatismo. En el alejado castillo de Wilhelmsh?he, hay unas escasas piezas que culminan el juego de contrastes que propone Documenta. En lo alto de una verde colina, se encuentra este museo que alberga colecciones de arte antiguo, con una importante colecci¨®n de rembrandts. Mezclados entre esas pinturas aparecen cuadros y v¨ªdeos contempor¨¢neos, y, disimulado, un exquisito grabado de Hokusai, de 1835: un premonitorio c¨®digo de barras. ?Es la modernidad nuestra antig¨¹edad?, es uno de los lemas de Documenta. ?Cu¨¢l es la vida al desnudo?, es otro. Hay 100 d¨ªas para ir al encuentro de estas preguntas y sus respuestas.
Sobre la modernidad
Adem¨¢s de Ferran Adri¨¤, se sab¨ªa ya desde hace algunos meses que hab¨ªa sido invitado el joven artista vasco Ibon Aranberri. La sorpresa de ¨²ltimo minuto fue la del fallecido maestro guipuzcoano Jorge Oteiza (1908-2003). Hay casi una veintena de esculturas suyas, adem¨¢s de un gran panel fotogr¨¢fico donde se recoge uno de los aspectos de su taller, con decenas de peque?as piezas alineadas en sus estanter¨ªas. "Oteiza es uno de los m¨¢s importantes artistas del siglo XX", afirma Roger Buergel. "Representa un asunto que nos interesa discutir en la Documenta 12: el de la modernidad. Perteneci¨® a una tradici¨®n ortodoxa de la modernidad pero fue capaz de transformarla a su propia medida. Entendi¨® que la modernidad es falsamente universal, tuvo muy claro que pod¨ªa ser moderno siendo provinciano, haciendo una obra a partir de lo local. Es m¨¢s f¨¢cil comprender la obra de Ibon Aranberri teniendo esto en cuenta. Sobre todo en lo relacionado a su tratamiento del espacio negativo. Algo que le llega a trav¨¦s de Oteiza y ¨¦l lleva al ¨¢mbito de lo conceptual". Aranberri (1969) expone en varios espacios de la Neue Galerie sus vistas a¨¦reas de la serie en proceso titulada Pol¨ªtica hidr¨¢ulica.
Otro artista espa?ol, residente en EE UU, I?igo Manglano-Ovalle, tiene una importante pieza titulada Phantom Truck, que alude a un laboratorio m¨®vil de armas biol¨®gicas. La argentina Sonia Abi¨¢n Rose, que trabaja en Barcelona, presenta una compleja caja de m¨²sica sobre amor y guerra.
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