"Tememos que los conflictos de Oriente Pr¨®ximo provoquen un estallido mundial"
"Un programa nuclear en la regi¨®n es una carga a?adida a nuestros problemas", declara el rey Abdal¨¢ Bin Abdelaziz al Saud, que hoy llega en visita oficial a Espa?a. Recuerda que su primera visita la realiz¨® "al final de la ¨¦poca de Franco", pero est¨¢ al tanto de lo que ha cambiado el pa¨ªs. "Luego he estado en dos ocasiones en visita privada", precisa sabedor del simbolismo de este nuevo viaje. No se trata s¨®lo del primero oficial de un rey saud¨ª desde hace 25 a?os, sino que se produce en un momento en que el monarca ha embarcado a su pa¨ªs en una actividad diplom¨¢tica sin precedentes para tratar de frenar el caos que se est¨¢ adue?ando de Oriente Pr¨®ximo.
"Tengo que destacar la iniciativa del presidente espa?ol, invitando al di¨¢logo y la Alianza de Civilizaciones. Nos parece una idea constructiva"
"Un programa nuclear en la regi¨®n es otra carga m¨¢s sobre ella. Apoyamos la no proliferaci¨®n de armas nucleares en la regi¨®n"
"Tenemos mucho inter¨¦s en consolidar la participaci¨®n de las mujeres dentro de nuestras costumbres, tradiciones y religi¨®n"
"En la ¨²ltima cumbre ¨¢rabe fuimos m¨¢s francos y m¨¢s transparentes respecto a c¨®mo se pueden afrontar los retos que afectan a la naci¨®n ¨¢rabe"
"No me veo a m¨ª mismo como un l¨ªder que simbolice la reforma, tal y como me describen en los peri¨®dicos; soy un hombre sencillo"
"Las c¨¦lulas terroristas est¨¢n extendidas por muchos pa¨ªses del mundo, en los cinco continentes, sin excepci¨®n"
"Albergamos grandes esperanzas de que Espa?a pueda contribuir de forma positiva a reavivar el proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo"
"En lo que respecta a las armas nucleares, estoy profundamente convencido de que el mundo estar¨ªa mucho mejor sin ellas"
Los conflictos de Palestina, Irak y L¨ªbano, y la crisis por el programa nuclear iran¨ª, han sumido la regi¨®n en una desesperanza sin precedentes. A punto de cumplir los 83 a?os, Abdal¨¢ tal vez no logre su sue?o de rezar en Jerusal¨¦n. Trata al menos de evitar el desastre.
Para hablar de sus esfuerzos, Abdal¨¢ recibi¨® ayer a la enviada de EL PA?S en uno de sus retiros favoritos, su finca de Buskura, un vergel en los alrededores de Casablanca (Marrueos) que le permite el contacto con la naturaleza que tanto aprecia. Nadie habla de "palacio". En consonancia con los gustos sobrios y discretos del monarca, la residencia, de estilo andalus¨ª, s¨®lo se distingue por la protecci¨®n policial en su per¨ªmetro.
"No me veo a m¨ª mismo como un l¨ªder que simbolice la reforma, tal como me describen en los peri¨®dicos; soy un hombre sencillo", confi¨® a esta enviada el Custodio de las Dos Mezquitas, el t¨ªtulo que seg¨²n sus asistentes prefiere. "Su Majestad lo reserva para el Alt¨ªsimo", aseguran. El monarca, que hab¨ªa contestado a un cuestionario previo, no tuvo inconveniente en responder a nuevas preguntas y se mostr¨® interesado en la experiencia de la periodista en Ir¨¢n. "?C¨®mo es el pa¨ªs?", pregunt¨® con genuina curiosidad.
Pregunta. Los atentados del 11-S pusieron a Arabia Saud¨ª en el punto de mira. ?De qu¨¦ forma puede contribuir su pa¨ªs a cerrar la brecha que abri¨® entre Occidente y el mundo isl¨¢mico?
Respuesta. El impacto negativo de los sucesos del 11-S no se limit¨® al Reino, sino que se ha extendido a la mayor¨ªa de los pa¨ªses del mundo, sin distinci¨®n de raza o cultura. Y eso nos llev¨® a desplegar enormes esfuerzos para disminuir sus efectos y reducir la brecha que ha causado. Esos esfuerzos emanaron sobre todo de los principios de nuestra religi¨®n, el islam, que predica el amor, la concordia y la convivencia pac¨ªfica entre los pueblos, y proh¨ªbe matar a inocentes. Este es el mensaje que hemos expresado con toda claridad tanto en nuestro entorno ¨¢rabe como isl¨¢mico, y tambi¨¦n en nuestros continuos contactos con los gobiernos y pueblos del mundo. Esperamos que Occidente haga un esfuerzo similar para profundizar el respeto entre las distintas culturas, religiones y creencias, con el fin de lograr la coexistencia pac¨ªfica entre los pueblos. En este sentido, tengo que destacar con mucha satisfacci¨®n la iniciativa del presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, invitando al di¨¢logo y la Alianza de Civilizaciones, y a la reconciliaci¨®n entre Occidente y el mundo isl¨¢mico. Nos parece una idea constructiva y le brindamos todo nuestro apoyo.
P. Muchos analistas han se?alado a Arabia Saud¨ª como una de las cunas del terrorismo internacional. A¨²n as¨ª, el pa¨ªs tambi¨¦n ha sufrido sus consecuencias. ?Qu¨¦ est¨¢ haciendo el Reino a ese respecto? ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s preocupa al Custodio de las Dos Mezquitas?
R. El desarrollo de los acontecimientos ha demostrado que se trata de una interpretaci¨®n err¨®nea. Las c¨¦lulas terroristas est¨¢n extendidas por muchos pa¨ªses del mundo, en los cinco continentes, sin excepci¨®n. Lamentablemente, al Reino le ha tocado parte de ello, igual que tambi¨¦n le sucedi¨® a Espa?a. Nuestra respuesta ha sido contundente y firme. As¨ª hemos podido, gracias a Dios y a la uni¨®n del pueblo saud¨ª como una pi?a, afrontar este fen¨®meno ajeno a nuestros principios religiosos y sociales, y combatir su pensamiento desviado. Vamos a continuar nuestros esfuerzos con la ayuda de Dios. Pero si queremos identificar las ra¨ªces del terrorismo internacional, debemos dirigir la mirada hacia los focos de los conflictos internacionales, que los terroristas aprovechan como terreno f¨¦rtil para promover sus planes criminales. Nuestra regi¨®n est¨¢ llena de esos conflictos. Su soluci¨®n no s¨®lo traer¨ªa la seguridad y la estabilidad para la regi¨®n y sus pueblos, sino que reforzar¨ªa los esfuerzos de nuestro pa¨ªs en la lucha contra el terrorismo y privar¨ªa a los terroristas de una justificaci¨®n para sus perversos fines.
P. Arabia Saud¨ª siempre ha sido un actor importante en Oriente Pr¨®ximo, pero recientemente hemos visto una pol¨ªtica exterior m¨¢s activa. ?Cu¨¢les son sus principales preocupaciones en la regi¨®n?
R. Oriente Pr¨®ximo ha sufrido uno de los conflictos m¨¢s largos de la historia contempor¨¢nea, el enfrentamiento israelo-palestino y sus secuelas que abarcan la ocupaci¨®n por Israel de tierras ¨¢rabes. A la vez que estamos desplegando enormes esfuerzos para resolver dicho conflicto, empezamos a la extensi¨®n de la inestabilidad a Irak y a L¨ªbano, sin olvidarnos de Darfur. A lo que debemos sumar el peso del dossier nuclear y el fen¨®meno del terrorismo. As¨ª pues la regi¨®n est¨¢ cargada de problemas y esto nos preocupa enormemente. Mis temores son similares a los de toda la gente sensata: que la continuaci¨®n de todos esos conflictos provoque un estallido que no se limite a la zona, sino que alcance dimensiones mundiales.
P. La ¨²ltima semana ha sido particularmente sangrienta en Oriente Pr¨®ximo. Todos aquellos lugares en los que Arabia Saud¨ª est¨¢ tratando de mediar (Palestina, Irak, L¨ªbano) se han visto golpeados. ?Qu¨¦ reacci¨®n le ha producido?
R. Hemos seguido los acontecimientos en todos estos puntos. Siempre estamos en contacto y ya hab¨ªamos notado signos de deterioro antes de los ¨²ltimos sucesos. Ofrecemos nuestro punto de vista y nuestro consejo y continuaremos haci¨¦ndolo. Pero me siento profundamente herido por lo que est¨¢ sucediendo en Palestina. Estamos en contacto con todas las partes implicadas dentro de la comunidad palestina. Nunca hemos dejado de hacerlo. Es una tradici¨®n saud¨ª. No es nuevo.
P. En la ¨²ltima cumbre ¨¢rabe, habl¨® con inusual franqueza sobre la falta de rendimiento de los l¨ªderes ¨¢rabes. ?Qu¨¦ propone para mejorar su trabajo y sus relaciones con la gente? ?Ha recibido alguna sugerencia de otros jefes de Estado?
R. En la ¨²ltima cumbre ¨¢rabe, fuimos m¨¢s francos y m¨¢s transparentes respecto a c¨®mo se pueden afrontar los retos que afectan a la naci¨®n ¨¢rabe, a su seguridad, su estabilidad y su desarrollo. Creo que mis hermanos, los dirigentes ¨¢rabes, y yo, hemos adoptado muchas decisiones importantes destinadas a desarrollar las instituciones comunes, hacerlas m¨¢s efectivas y que cumplan las expectativas de la gente. De esta forma, se podr¨¢n mejorar las relaciones entre nosotros y tambi¨¦n con el resto del mundo.
P. Existe una gran preocupaci¨®n internacional sobre la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n y su programa nuclear. En tanto que pa¨ªs vecino, ?cu¨¢l es la percepci¨®n de Arabia Saud¨ª? ?Cu¨¢l fue el resultado de la visita del presidente Mahmud Ahmadineyad?
R. Un programa nuclear en la regi¨®n es otra carga m¨¢s sobre ella. Nuestra posici¨®n se refleja, en primer lugar, en el apoyo a la no proliferaci¨®n de armas nucleares en la regi¨®n, y en trabajar para que se alcance un arreglo pac¨ªfico al dossier iran¨ª, lejos de la tensi¨®n y el nerviosismo que dominan el actual lenguaje. Todos los pa¨ªses tienen derecho al uso pac¨ªfico de la energ¨ªa nuclear de acuerdo con las normas del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica, siempre que este criterio se aplique a todos los pa¨ªses de la zona sin excepci¨®n. Mi entrevista con el presidente Ahmadineyad se produjo en el marco de los continuos contactos que mantenemos con l¨ªderes de la regi¨®n con el objetivo de coordinarnos e intercambiar puntos de vista para buscar soluciones pac¨ªficas a sus problemas.
P. ?Significa eso que la comunidad internacional debe hacerse a la idea de un Ir¨¢n nuclear? ?Qu¨¦ otra alternativa existe?
R. En lo que respecta a las armas nucleares, estoy profundamente convencido de que el mundo estar¨ªa mejor sin ellas. Ning¨²n pa¨ªs las necesita, por lo tanto no es necesario mantener ninguna capacidad nuclear.
P. Su pa¨ªs tiene una poblaci¨®n muy joven. ?C¨®mo afrontan las tensiones entre los deseos de cambio de las nuevas generaciones y las conservadoras tradiciones?
R. Esa tirantez entre generaciones es natural, incluso necesaria para el progreso de las sociedades humanas sobre bases s¨®lidas, que les ayuden a evolucionar y abrirse al mundo, sin perder su identidad cultural y patrimonio hist¨®rico. Creemos que nuestra rica experiencia en el desarrollo econ¨®mico y social constituye una prueba significativa de nuestra capacidad de desarrollarnos sin renunciar a esa identidad propia. Sean cuales sean las divergencias en puntos de vista o ideas en ese debate generacional, todos partimos de las bases y principios del islam, que es el pilar sobre el que se asienta la sociedad saud¨ª y que todos los saud¨ªes aceptan de forma un¨¢nime.
P. Arabia Saud¨ª se conoce como un pa¨ªs que, entre otras cosas, proh¨ªbe conducir a sus mujeres. No obstante, ellas se muestran cada vez m¨¢s activas en la sociedad y ha declarado su apoyo a esa participaci¨®n. ?Cu¨¢l es su aspiraci¨®n para las saud¨ªes?
R. Las mujeres saud¨ªes han demostrado a lo largo de los a?os sus capacidades cient¨ªficas, profesionales y sociales, a la altura de sus semejantes en el mundo. No podemos hablar del gran desarrollo global que est¨¢ experimentando nuestro pa¨ªs sin mencionar la importante contribuci¨®n de la mujer saud¨ª. Por eso tenemos mucho inter¨¦s en consolidar esa participaci¨®n, creando el ambiente y las circunstancias necesarias para motivarla y garantizarle el trabajo, dentro del marco de nuestras costumbres, tradiciones y religi¨®n.
P. Es su primera visita oficial a Espa?a como rey. ?Cu¨¢l es su objetivo y c¨®mo eval¨²a las relaciones bilaterales?
R. Nuestra visita a Espa?a, un pa¨ªs amigo, responde a una invitaci¨®n de Su Majestad el rey Juan Carlos, con quien mantengo una profunda y duradera amistad, y hacia quien tengo un gran respeto y estima. Nuestro objetivo es mejorar las relaciones bilaterales, que se han mantenido fuertes y s¨®lidas. Nos alegr¨® mucho la visita de Su Majestad el Rey Juan Carlos el a?o pasado. Entonces firmamos importantes acuerdos bilaterales. Ahora, esperamos estrechar a¨²n m¨¢s las relaciones. Espero que mis entrevistas con los l¨ªderes espa?oles incluyan asuntos regionales e internacionales. Albergamos grandes esperanzas de que Espa?a pueda contribuir de forma positiva a reavivar el proceso de paz para Oriente Pr¨®ximo que lleva el nombre de Madrid, porque la posici¨®n de Espa?a en este asunto siempre ha sido honorable.
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