Los mares de El Pardo

Hay un lugar en El Pardo que liga a Madrid con el mar de un modo fundamental. Son 4,5 hect¨¢reas junto a la Casita del Pr¨ªncipe, donde est¨¢ la piscina m¨¢s larga de Espa?a (320 metros), y otra de olas rugientes que baten en una playa de virutas de acero inoxidable, un espacio extra?o que es un centro de investigaci¨®n naval puntero.

El Centro de Experiencias Hidrodin¨¢micas de El Pardo (Cehipar, fundado en 1928 por la Armada) es un organismo aut¨®nomo de investigaci¨®n del Ministerio de Defensa. Sin parang¨®n en Espa?a, el canal tiene tres funciones encomendadas: la mejora hidrodin¨¢mica de los proyectos de buques, la experimentaci¨®n y la investigaci¨®n.

"Un buen barco, desde el punto de vista hidrodin¨¢mico, es el que usa la m¨ªnima potencia para conseguir la velocidad deseada", resume el principio de lo que hace el canal seg¨²n su director, el vicealmirante ingeniero Jos¨¦ Manuel Sevilla.

El trabajo del canal fue decisivo en la victoria de la vela espa?ola en Atenas 2004

Usted quiere construir un barco -pesquero, mercante, de guerra, o de vela, para ganar en los juegos ol¨ªmpicos- y lleva su proyecto al Cehipar. En s¨®lo ocho d¨ªas y tras ensayar la forma, potencia, h¨¦lice, maniobrabilidad y comportamiento en la mar, la idea saldr¨¢ lista para ir al astillero donde obtendr¨¢n el mejor rendimiento posible. El ahorro energ¨¦tico conseguido con los estudios del Cehipar es espectacular con 18.000 buques ensayados: 23.000 millones de euros (el presupuesto de la Comunidad es de 18.000 en 2007).

"De los 120 canales que hay en el mundo, el Cehipar se sit¨²a entre los 10 primeros en instalaciones y medios", asegura su director. El equipo espa?ol de vela de la clase 490, que gan¨® el oro en Atenas 2004, da fe de ello con una postal de agradecimiento colgada en el canal donde se ensay¨® su barco. "No pod¨ªamos tocar el casco porque es reglamentario, pero redujimos la resistencia al avance un 2%", recuerda Sevilla, "aunque no se puede contar c¨®mo...", se pone misterioso el almirante. Debieron dar con una gran mejora porque el velero no abandon¨® el primer puesto en 25 horas de regatas en el Egeo, gracias a la pericia de sus tripulantes y a la experiencia acumulada por los 100 trabajadores del Cehipar.

El canal de aguas tranquilas es una nave que alberga una piscina alargada. Suspendido hay un carro m¨®vil sobre ra¨ªles del que se cuelgan los modelos a ensayar hasta tocar el mar. Son maquetas escasas talladas en madera por ordenador que navegan para comprobar las condiciones hidrodin¨¢micas ante las olas gracias a un dinam¨®metro que recoge los datos.

El ambiente de la alberca, h¨²medo y l¨²gubre, hace que no se pudra el agua en movimiento que nunca ha sido renovada. Son 35.000 metros c¨²bicos, "?cosecha de 1928!", exclama Sevilla, "agua en perfectas condiciones" que se analiza cada seis meses.

Arranca el carro y una maqueta comienza a ganar velocidad. El casco de la miniatura va rasgando la superficie del falso mar cada vez m¨¢s r¨¢pido. Todo parece real, la proa corta el aire de El Pardo. Juan Carlos de la Rosa, ingeniero de T¨¦cnica Naval con 15 a?os de experiencia, est¨¢ al mando desde la plataforma que arrastra el modelo, controlando los ordenadores. "Puede circular a 11 metros por segundo y hemos probado barcos de hasta 72 nudos", explica con evidente orgullo. Los m¨¢s de 300 metros del canal permiten ensayar a altas velocidades.

En la otra piscina, la de olas, 60 flaps como los de los aviones son capaces de crear una mar arbolada en un momento. Es en esta nave, en el laboratorio de din¨¢mica de buques, donde se prueba el comportamiento de plataformas petrol¨ªferas y barcos en distintas posiciones. Junto a la piscina de olas, varios t¨¦cnicos est¨¢n poniendo a tono varios sensores que llevar¨¢ una maqueta. Piden que no se fotograf¨ªe "porque cada barco es ¨²nico y el dise?o de ¨¦ste todav¨ªa es in¨¦dito". La alberca mide 150 metros de largo, 30 de ancho y tiene hasta 10 metros en lo m¨¢s hondo. Una estructura de 200 toneladas mueve los modelos a placer para probar el comportamiento del buque ante cada tipo de mar.

Otra parte importante del Cehipar es un impresionante t¨²nel de cavitaci¨®n, en el que se comprueba el funcionamiento de las h¨¦lices en condiciones de presi¨®n que reproducen las reales. Al lado, una figurita de un saltador de trampol¨ªn llama la atenci¨®n. Sevilla lo explica: "La usamos en un estudio que nos pidieron de Alemania. Uno de sus saltadores ol¨ªmpicos no entraba bien en el agua... Con los ensayos le pudimos aconsejar c¨®mo poner los brazos".