Obras maestras

Hay quien dice que la historieta es un arte demasiado joven como para tener obras maestras. Una afirmaci¨®n arriesgada, contra la que algunos argumentar¨ªan intentando remontar los or¨ªgenes de la historieta a los dibujos de las tumbas egipcias o al tapiz de Bayeux. Loable intento, sin duda, pero que posiblemente abrir¨ªa un segundo debate m¨¢s complejo todav¨ªa, el de la definici¨®n de historieta. Optemos pues por el pragm¨¢tico empirismo, dando ejemplos de obras que se merecen sobradamente el adjetivo de magistrales. Y que se acaban de publicar en nuevas ediciones.

- Ni?os. En los primeros meses de la transici¨®n, la revista Muchas Gracias acogi¨® el punto de partida de una de las experiencias m¨¢s demoledoras de memoria hist¨®rica que se han hecho en nuestro pa¨ªs: la primera de las historias de Paracuellos. Narrando la vida de unos ni?os en los hogares de acogida del Auxilio Social, Carlos Gim¨¦nez consegu¨ªa una impresionante cr¨®nica de la posguerra. Peque?as an¨¦cdotas de la vida diaria de ni?os de grandes ojos y zapatillas ra¨ªdas que se construyen a golpe de recuerdo, humanidad y ternura, para alzarse como un grito rabioso contra los horrores de una ¨¦poca que forma parte de nuestra historia. Las vi?etas de Paracuellos son esencia destilada de sentimientos y pasiones, de los dolores y alegr¨ªas de unos ni?os que se contagian necesariamente al lector, logrando que la lectura de este tebeo sea una de las experiencias m¨¢s emotivas e intensas que se puedan recordar. Con el t¨ªtulo Todo Paracuellos, la editorial Random House Mondadori acaba de publicar una edici¨®n en un ¨²nico volumen que recopila los seis ¨¢lbumes de esta obra magistral. Una ocasi¨®n perfecta para entrar en nuestra historia, que puede ser completada con la lectura de Barrio, continuaci¨®n natural de la anterior y de la que acaba de aparecer la cuarta entrega, publicada primorosamente por Ediciones Gl¨¦nat.

- Ratones. Dicen algunos que Maus gan¨® el Pulitzer porque es un tebeo sobre el Holocausto. Para otros, es un tebeo que representa a los jud¨ªos como ratones y a los nazis como gatos. Sin embargo, me temo, en ambos casos los que opinan s¨®lo se han quedado con la superficie de una de las obras m¨¢s importantes que ha dado el noveno arte, porque Maus es bastante m¨¢s: es la historia de la relaci¨®n entre un hijo y su padre. Es una larga conversaci¨®n entre Art Spiegelman y su padre, Vladek Spiegelman, pr¨¢cticamente dos desconocidos; uno, artista buscando inspiraci¨®n para hablar del genocidio nazi; otro, superviviente de un campo de Auschwitz que tiene que vivir condenado al recuerdo de lo que ocurri¨®. El testimonio vital de las atrocidades del campo de concentraci¨®n va dejando lugar a un repaso sobre aquellas peque?as cosas que dan sentido a la vida y que, quiz¨¢s, se aprecian s¨®lo cuando has visto el horror de cerca. Vladek y Art hablan de la vida, del amor y de la muerte, de las alegr¨ªas y de las penas, convirti¨¦ndose as¨ª en un conmovedor relato sobre la fuerza de la vida y su rabiosa querencia a triunfar frente a la desgracia. Una obra fundamental, presentada ahora en un cuidado volumen que edita, tambi¨¦n, Random House Mondadori.