350 a?os antes de Google Earth
Un libro disecciona el mapa de Madrid de Pedro Teixeira, de 1656, y lo compara con im¨¢genes a¨¦reas de la ciudad actual

La importancia de ver el aspecto que uno tiene mantiene una relaci¨®n directa con la posibilidad de permanecer cuerdo. Son coordenadas de uno mismo para seguir construyendo algo que se parezca a lo que fuimos. Le pasa tambi¨¦n a las ciudades y al v¨ªnculo que tienen con la cartograf¨ªa. Una cuesti¨®n de identidad.
En el Madrid del siglo XVII, cuando Google Earth ni se imaginaba, el portugu¨¦s Pedro Teixeira le entreg¨® a la ciudad la imagen de su rostro. El resultado fue el segundo plano de la historia de la capital de Espa?a. Una joya cartogr¨¢fica por la que Teixeira recibi¨® 700 escudos de manos del rey Felipe IV y que hoy se estudia en todo el mundo. Ahora, Luis Miguel Aparisi ha publicado un libro, El plano de Teixeira, 350 a?os despu¨¦s, editado por el Ayuntamiento, donde compara los l¨ªmites de aquel Madrid de 1656 con la misma zona actual. Y parece que no ha cambiado tanto.
Apenas quedan unos 90 edificios de la ¨¦poca. Han desaparecido el alc¨¢zar y 20 puertas
"Incluso despu¨¦s de un a?o de grandes obras, se ve c¨®mo Madrid ha sido muy ortodoxo con su historia urban¨ªstica", explica Aparisi, miembro del Instituto de Estudios Madrile?os. "La superficie, evidentemente, es distinta. La periferia es nueva. Pero en el mismo espacio, se observa que el 90% del entramado se mantiene. Madrid s¨ª tiene historia", proclama.
El de Teixeira, era un Madrid 15 veces m¨¢s peque?o que el actual y ten¨ªa una poblaci¨®n de 150.000 habitantes. Frente a las grandes capitales como Par¨ªs o Roma, que acometieron amplias reformas entre finales del siglo XIX y comienzos del XX y que ten¨ªan una poblaci¨®n ligeramente superior, el entramado del centro urbano madrile?o se ha conservado. Muchas de sus calles se llaman igual y aunque de distinto tama?o, su ubicaci¨®n es id¨¦ntica.
Los edificios son otra historia y apenas quedan unos 90 de la ¨¦poca. Unas de las p¨¦rdidas m¨¢s significativas son el alc¨¢zar madrile?o o las m¨¢s de 20 puertas que ten¨ªa la ciudad en el siglo XVII. Lugares de acceso y salida de la ciudad y emplazamiento habitual de los mercados. "Cuando Madrid se expande y se eliminan las puertas, se respetan esos lugares como espacio com¨²n. As¨ª, las primeras plazas de Madrid se organizan con los mercados espont¨¢neos", explica el arquitecto y urbanista, Jos¨¦ Mar¨ªa Ezquiaga.
En el Madrid de Teixeira apenas se aprecian tres grandes plazas: La plaza Mayor, la plaza de Palacio (plaza de Oriente) y la plaza de la Cebada. "La llegada de las glorietas es del siglo XIX", explica el historiador y experto en cartograf¨ªa, Francisco Javier Mar¨ªn. "Vienen a comunicar el casco antiguo con los nuevos barrios. La Puerta del Sol apenas ten¨ªa unos 14 metros de anchura en 1656", apunta. As¨ª, la puerta de Fuencarral pas¨® a ser la glorieta de Ruiz Jim¨¦nez; la puerta de Santa B¨¢rbara es hoy la glorieta de Alonso Mart¨ªnez o el portillo de Recoletos es la plaza de Col¨®n.
La capital que Teixeira dibuj¨® recorriendo cada calle carec¨ªa todav¨ªa de las costuras de las grandes avenidas. Un plano en el que todos los edificios miraban a poniente por cuestiones de perspectiva y en el que hasta finales del siglo XIX, y por influencia de una burgues¨ªa con voluntad cosmopolita, no aparecer¨ªa la Gran V¨ªa.
Las viviendas, que dicen que dibuj¨® el portugu¨¦s sin descontarse en ni una ventana, eran todas de una o dos plantas: las llamadas casas a la malicia. La reglamentaci¨®n real, recuerda Ezquiaga, obligaba a dar alojamiento a los funcionarios de la corte en los inmuebles que tuvieran m¨¢s de un piso. As¨ª que los madrile?os, que ya se las sab¨ªan todas, respondieron construyendo viviendas de una sola planta con una estructura que impidiera su partici¨®n.
El mapa de Teixeira contiene lecciones para el urbanismo actual. "Las manzanas de aquel Madrid eran muy grandes y su interior, donde sol¨ªa haber huertas, no estaba habitado. Eso explica la baja densidad de poblaci¨®n de la ciudad", se?ala Ezquiaga.
"Hoy, el interior de las manzanas est¨¢ cuajado. En el siglo XIX y a mitad del XX, las ordenanzas permitieron ocupar la totalidad de ese espacio. La especulaci¨®n de Madrid fue hacia el interior", explica el arquitecto. Y ¨¦sta es su propuesta para futuras remodelaciones. "Teixeira da las claves de lo que podr¨ªa ser la revitalizaci¨®n del centro. Volver atr¨¢s y eliminar los cuerpos interiores que se a?adieron en los ¨²ltimos a?os para recuperar la proporci¨®n de luz y sol adecuada. Ese plano ense?a lo que podr¨ªa ser el esponjamiento del centro de Madrid".
En el mapa de Teixeira ya estaban el ahora pol¨¦mico paseo del Prado, la calle de Alcal¨¢ o la Casa de la Panader¨ªa. No hab¨ªa ni rastro de la M-30. Pero la estructura de las calles por donde estiraban las piernas Lope de Vega o Quevedo, era la misma por donde hoy pasea usted. Si se fija en una de estas l¨¢minas del siglo XVII, probablemente reconozca alguna esquina de su propia biograf¨ªa.
El plano de Teixeira, 350 a?os despu¨¦s. 25 euros. Venta en la Concejal¨ªa de Urbanismo. Guatemala, 13.


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