Las armas callan en Gaza
Los hombres enmascarados desaparecen, las tiendas reabren y el tr¨¢fico ya no es un caos
?Orden en Gaza? Incre¨ªble, pero cierto. El continuo tronar de fusiles y lanzagranadas, el miedo atroz de los ciudadanos metido en el cuerpo, el enclaustrarse en las casas por temor a los delincuentes, es cosa del pasado. Nadie sabe si se trata de un episodio pasajero. Pero, para tirios y troyanos, simpatizantes de Ham¨¢s y Al Fatah, no cabe duda alguna: los islamistas han atajado por lo sano el desmadre.
"El silencio est¨¢ bien, pero es el que antecede a la tormenta", afirma un comerciante
Desmantelados los cuerpos de seguridad leales al presidente palestino Mahmud Abbas, ya nadie se pavonea con su arma por las ciudades de la franja. "Ahora puedo abrir mi tienda hasta las doce de la noche. Y te aseguro que puedes dormir a pierna suelta en la calle", dice satisfecho el comerciante Hanish.
Los 1,5 millones de palestinos de este min¨²sculo y superpoblado territorio respiran hondo despu¨¦s de semanas de encierro en sus casas en medio de los combates. Toman aire, porque est¨¢n convencidos de que se avecinan tiempos duros.
Nada m¨¢s atravesar el edificio israel¨ª del cruce de Erez, aparece el caos. Curioso, porque tal vez era hasta ahora el ¨²nico lugar de Gaza inmune a la anarqu¨ªa. Un centenar de palestinos aguarda en condiciones deplorables para abandonar la franja. La mayor¨ªa son gente leal a los dirigentes de Al Fatah derrotados en la lucha por el poder con Ham¨¢s. Su mirada, nada agradable, es la de quien lo ha perdido todo.
S¨®lo un kil¨®metro m¨¢s al sur se alza el ¨²nico control militar visible. Son milicianos de Ham¨¢s. Sonr¨ªen, muy amables. Sus ojos rezuman satisfacci¨®n. Son los vencedores. Y en la ciudad de Gaza, donde el desorden ha sido el rey durante a?o y medio, es asombroso: no se observan hombres armados, no se escucha un solo tiro, ni siquiera quienes festejan una boda disparan al aire. Ham¨¢s se ha planteado el desaf¨ªo de imponer el orden.
A 100 metros en el interior de la franja, donde se hallaba la caseta palestina del control de pasaportes, tres tanques israel¨ªes taponan las v¨ªas de escape. No hay mucha m¨¢s gente que quiera huir ahora de la que ya lo deseaba desde hace meses.
"La tranquilidad de ahora es incre¨ªble, y t¨², si conoces esto, lo vas a comprobar", comenta el comerciante Ayman, quien no oculta sus simpat¨ªas por el Gobierno islamista de Ismail Haniya. No queda rastro de los controles y bloques de piedras que los milicianos montaban en cada esquina hace s¨®lo unos d¨ªas; nadie camina enmascarado; no se ven apenas fusiles; los mercados est¨¢n a rebosar, y la circulaci¨®n ya no es tan ca¨®tica.
Chavales pertenecientes a Ham¨¢s se han desplegado en los cruces de calles m¨¢s concurridos para ordenar el tr¨¢fico. Llevan chalecos verdes fluorescentes y, c¨®mo no, la gorra del movimiento fundamentalista. Hay que sacar tajada de la normalidad. Y tambi¨¦n -Ham¨¢s se considera una organizaci¨®n piadosa- de la amnist¨ªa que han decretado para cualquiera implicado en los combates fratricidas. Eso s¨ª, es imprescindible entregar las armas.
El decomiso de fusiles en un territorio inundado de Kal¨¢shnikov es objetivo prioritario del Ejecutivo de Ham¨¢s. S¨®lo uno de los clanes de Jan Yunis, una de las ciudades m¨¢s conflictivas, en el sur de la franja, entreg¨® m¨¢s de 700 armas. Evidentemente, pasar¨¢n a nutrir el arsenal de la polic¨ªa creada por Ham¨¢s en mayo de 2006 y de las Brigadas Ezzedin el Kassam. Por no hablar del material requisado a los agentes de los cuerpos policiales fieles al presidente. "Todo est¨¢ ya bien escondido", asegura una fuente muy pr¨®xima al movimiento fundamentalista. Queda el escollo de la liberaci¨®n del corresponsal de la BBC, Alan Johnston, que ya lleva 100 d¨ªas en cautiverio. Tambi¨¦n Ham¨¢s se ha propuesto resolver en breve este secuestro.
Abu Mohamed, comerciante que regenta una tienda de relojes en la c¨¦ntrica avenida Omar Mujtar, simpatiza con el presidente, Mahmud Abbas. "He tenido la tienda cerrada casi tres semanas en los ¨²ltimos dos meses. A m¨ª no me importa qui¨¦n gobierne, lo que me interesa es la situaci¨®n econ¨®mica. El silencio que hay ahora est¨¢ muy bien. Pero es el silencio que antecede a la tormenta".
Porque saben todos los palestinos que Israel, Estados Unidos y la Uni¨®n Europea van a volcarse en hacer la vida imposible al Ejecutivo de Haniya y a la milicia de Ham¨¢s. "Est¨¢ muy bien que ahora comiencen a reanudar las ayudas. Pero deber¨ªan haberlo hecho antes. Europa ha contribuido mucho al caos generado en Gaza. Desafortunadamente, los pa¨ªses europeos y ¨¢rabes no pintan nada. Seguro que el Gobierno de Salam Fayad (nombrado por el presidente Abbas en Ramala) va a intentar que el dinero tambi¨¦n llegue a la franja de Gaza para ganar apoyos. Porque cuantos m¨¢s ataques israel¨ªes haya y m¨¢s embargo, m¨¢s se va a reforzar Ham¨¢s", a?ade.
Todo es incertidumbre, pero los ciudadanos aprovechan los d¨ªas de calma. Y de ciertas medidas adoptadas por el Gobierno que manda en la franja. Marcar el n¨²mero 109 est¨¢ de moda. ?Que un comerciante pretende cobrar precios abusivos al amparo de la escasez de ciertos productos? Telefonazo y dos j¨®venes polic¨ªas se presentan raudos en la tienda para evitar el abuso.
Si todos coinciden en que el ambiente ha dado un vuelco radical, una preocupaci¨®n es tambi¨¦n com¨²n a todos los palestinos de este territorio ocupado: temen que el aislamiento completo entre Cisjordania y Gaza sea un hecho en poco tiempo. "Va a haber un Estado de Ham¨¢s y otro de Al Fatah. Es eso precisamente lo que deseaban los israel¨ªes", explica la estudiante de Derecho Mushira Abu Smash, simpatizante de Al Fatah.
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