Cuatro a?os m¨¢s de privatizaciones

A un lado de la bancada, el liberalismo; al otro, la socialdemocracia con sus distintas corrientes. En la Asamblea de Madrid la primera de las doctrinas ha ganado la batalla de las urnas.

Por eso en el segundo d¨ªa del debate de investidura de la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (revalidada con los 67 votos de los diputados populares), se hizo abismal la distancia entre el discurso ultraliberal de la aspirante y el de las portavoces de la oposici¨®n, Matilde Fern¨¢ndez (PSOE) e In¨¦s Saban¨¦s (IU), defensoras a ultranza de lo p¨²blico.

"Cambiar¨¦ de opini¨®n si me demuestran que estoy equivocada", prometi¨® la presidenta

"La sociedad no puede permitirse el deterioro del sistema p¨²blico", advirti¨® Fern¨¢ndez

"La mayor¨ªa de las personas, de las que la han votado y las que no, no pueden permitirse el deterioro de los servicios de bienestar", le advirti¨® Matilde Fern¨¢ndez a la presidenta regional. "No desmonte los sistemas p¨²blicos que sirven para atender las necesidades de la gente".

Saban¨¦s defendi¨® lo mismo, pero con ejemplos. Entre ellos, habl¨® de la falta de plazas en las escuelas infantiles (y record¨® que a principio de curso se quedaron fuera 25.000 ni?os) o del modelo de construcci¨®n y gesti¨®n para los nuevos hospitales -est¨¢ previsto construir cuatro m¨¢s en esta legislatura- "que hipotecar¨¢ a la Comunidad durante los 30 a?os de pago de canon a la iniciativa privada".

Se qued¨® corta, porque en los presupuestos para este a?o est¨¢ contemplado el pago de 776 millones de euros en c¨¢nones a las empresas privadas que ofrecen a los ciudadanos servicios p¨²blicos privatizados por Aguirre, como los nuevos hospitales, la ampliaci¨®n de la red de metro, las carreteras, edificios del Ivima o los peajes en la sombra.

La propia presidenta regional reconoci¨® que el debate era, sobre todo, ideol¨®gico. Se extra?¨® de que, en pleno siglo XXI, sus oponentes opongan lo p¨²blico a lo privado. "Mientras la sanidad y la educaci¨®n sean universales, gratuitas y de calidad a los ciudadanos les preocupa poco la gesti¨®n", argument¨®. Por eso, anunci¨®, "el Gobierno regional seguir¨¢ colaborando con empresas privadas para ofrecer servicios de cada vez m¨¢s calidad".

La portavoz socialista, que tach¨® a Aguirre de ser la ¨²nica que "est¨¢ en el pensamiento ¨²nico", se neg¨® a ser encasillada en la defensa inamovible de lo p¨²blico. "No defiendo todo lo p¨²blico, defiendo el liderazgo de lo p¨²blico", replic¨®. "El mercado est¨¢ bien para asignar los recursos econ¨®micos, pero no lo ha hecho nunca bien para atender las necesidades de los ciudadanos".

Las tres, portavoces y aspirante, tuvieron un arranque de altura al principio, con los discursos que llevaban preparados, pero se convirtieron en casi sopor¨ªferas en las r¨¦plicas. Quiz¨¢ porque para entonces llevaban m¨¢s de tres horas seguidas de debate. Al espectador se le quedaba la idea de que, por mucho que se explicaran, nunca se iban a entender en lo m¨¢s profundo. Por eso, se agradec¨ªan los intentos de llegar a acuerdos, las muchas iniciativas propuestas -desde una ley para limitar la publicidad institucional a que la Asamblea nombre al presidente de Telemadrid y elija un consejo, sin olvidar los ansiados (por la oposici¨®n) debates de la Ley del Suelo y el Plan de Estrategia Territorial- y, sobre todo, las manos tendidas de uno al otro lado para el di¨¢logo.

Hubo hasta lecturas recomendadas. Fern¨¢ndez propuso la de El contrato social, de Jean-Jaques Rousseau: "Entre el d¨¦bil y el fuerte es la libertad la que oprime y las leyes las que liberan". Era un consejo con cr¨ªtica a?adida: la parquedad legislativa del Ejecutivo del PP. Aguirre, reconocida angl¨®fila, ofreci¨® una cita de Benjamin Disraeli, para atraerse a sus oponentes: "Ning¨²n Gobierno puede estar seguro si no tiene una buena oposici¨®n".

Saban¨¦s, la ¨²nica que se estrenaba en el hemiciclo, se dej¨® de florituras literarias en su esquema, que alternaba cr¨ªtica y propuesta. Para Aguirre, otro aviso: "No creemos, ni usted deber¨ªa creerlo, que las mayor¨ªas absolutas tengan nada que ver con las verdades ni las razones absolutas".

Por libre iba el portavoz del PP, Antonio Beteta, que se olvid¨® del consenso abanderado por todos los grupos y, en lugar de debatir con la oposici¨®n, ¨¦l se mont¨® su guerra particular con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Lo acus¨® de transgredir la "lealtad institucional" por reducir la inversi¨®n en la regi¨®n. Pero, pocos le escucharon. Como brome¨® un diputado socialista, deb¨ªa tener un acuerdo con el due?o del bar, porque cada vez que hablaba, se vaciaba el hemiciclo.

Al final, otra vez manos tendidas, que todav¨ªa quedan cuatro a?os para tirarse los trastos.

Matilde Fern¨¢ndez finaliz¨® con un consejo: "Se?ora Aguirre, con el populismo se puede ganar, nunca se gobierna".

La presidenta se despidi¨® con una promesa de buenas intenciones: "Ser liberal es no ser dogm¨¢tica. Cambiar¨¦ de opini¨®n si me demuestran que estoy equivocada".