El otro mundo sigue existiendo
Ya el a?o pasado Atalanta public¨® otro magn¨ªfico libro de Harpur, El fuego secreto de los fil¨®sofos, una historia de la imaginaci¨®n, escrita en el mismo esp¨ªritu y en la misma tradici¨®n de la "cadena ¨¢urea" que ¨¦ste. ?ste: un libro sobre apariciones y visiones de "otro mundo" (alien¨ªgenas, fantasmas, bestias extra?as, damas blancas, brujas, hadas, beb¨¦s sabios, enanos raptores, muertos danzantes, locos sabios, etc¨¦tera), temas poco respetables incluso para las iglesias, que desconf¨ªan de ellos a pesar de que negocian fundamentalmente con hechos sobrenaturales, y desde luego para academias, prensa o ciencia "serias", que piensan que son imposibles y que las personas que aseguran haberlos vivido son ilusas. El problema es que si es una ilusi¨®n, ha persistido a trav¨¦s de toda la historia, dice Harpur. Harpur busc¨® un libro que salvara los abismos entre la cultura oficial y la popular al respecto, al no encontrarlo decidi¨® escribirlo ¨¦l mismo. Era necesario encontrar alg¨²n marco en el que fuera posible contemplar lo imposible y pensar lo impensable. El resultado es aleccionador, inquietante, ameno y brillante. Adem¨¢s de didasc¨¢lico, porque, como ¨¦l mismo se plantea, ?a qu¨¦ o qui¨¦n pueden recurrir personas coherentes, no propensas a delirios o alucinaciones, cuando se topan con una visi¨®n y quieren saber su origen y prop¨®sito, comprender la naturaleza de algo que puede cambiar sus vidas en un instante?
REALIDAD DAIM?NICA
Patrick Harpur
Traducci¨®n de Isabel Margel¨ª
Atalanta. Girona, 2007
476 p¨¢ginas. 30 euros
Es evidente que las visiones no son prerrogativa de poetas y locos, ni las experiencias m¨ªsticas, de los santos. Convendr¨ªa, en estos tiempos adustos para la imaginaci¨®n, una reestructura radical de lo que llamamos com¨²nmente realidad. Porque lo irracional no es necesariamente insensato, ni lo inconmensurable incomprensible. Al contrario, ¨¦sos son los retos de siempre del pensar. Lo importante de los avistamientos, al menos, es que cuestionan la naturaleza de la realidad, de la mente, de ambas, y del mismo concepto de verdad con ellas. Eso pretende Harpur en este libro. La realidad tambi¨¦n es parad¨®jica, metaf¨®rica, po¨¦tica, simb¨®lica, m¨ªtica, es decir, daim¨®nica. Creer en una realidad literal, en lo literalmente real, es una locura de nuestra ¨¦poca, dice. El juego de la imaginaci¨®n es esencial para la salud del alma, obstaculizarlo es petrificarse en la letra, nos vuelve dogm¨¢ticos, fan¨¢ticos, fundamentalistas.
Hay toda una tradici¨®n de la
imaginaci¨®n que no considera sus productos, lo imaginativo, como algo irreal, imaginario, sino que les concede una vida aut¨®noma, "que incluye apariciones espont¨¢neas". Con este modelo de imaginaci¨®n, que Yeats resume, con el de inconsciente colectivo de Jung y con el tradicional de alma del mundo Harpur engrana su discurso. Con ellos se instala en esa tradici¨®n ¨¢urea referida, que va desde los fil¨®sofos neoplat¨®nicos y herm¨¦ticos, revividos en el Renacimiento por las traducciones de Ficino, pasando por los alquimistas, por Swedenborg o Boehme ("islas daim¨®nicas en un mar de racionalismo poscartesiano"), Goethe (segunda parte del Fausto), poetas rom¨¢nticos, sobre todo ingleses, hasta llegar, al menos, al Zaratustra de Nietzsche. ?sa es la ¨¢urea catena en la que Jung reconoc¨ªa a sus antepasados: los puntales de aquella vida imaginativa que hab¨ªa descubierto emp¨ªricamente en las psiques inconscientes de sus pacientes. Vida imaginativa que, plasmada en sus mitos, es lo que da la medida de la altura de una cultura o naci¨®n, seg¨²n Yeats.
En el pasado hubo caminos para dar sentido a apariciones y visiones ins¨®litas, caminos que nuestra ¨¦poca ya no comprende. No eran tiempos m¨¢gicos ni atrasados, los seres fe¨¦ricos y daim¨®nicos del otro mundo (el otro mundo siempre ha sido ¨¦ste, dice Harpur) siguen existiendo hoy, como siempre, s¨®lo que adoptan otras formas donde cobijarse y manifestarse en tiempos hiper-racionales. En el inconsciente, o en el misterioso universo de la f¨ªsica cu¨¢ntica o de la f¨ªsica estelar, por ejemplo, cuyos modelos manejan entidades tan esquivas, ambiguas, indeterminadas, burlonas como aqu¨¦llos. Para nuestra verg¨¹enza, los d¨¢imones, con el fin de llamar la atenci¨®n sobre su realidad, se han visto empujados a volverse fijos y f¨ªsicos, incluso, como en los c¨ªrculos de las cosechas. Este libro utiliza casos extra?os que, como ¨¦ste, se encuentran a mano, bien conocidos e investigados, sin perseguir ninguna fantas¨ªa cientificista de claridad y racionalismo: la pasi¨®n por la explicaci¨®n es un disparate t¨ªpicamente moderno, dice, siempre hay un "experto" dispuesto a ofrecerla. No es que creamos, es que dejamos la incredulidad en suspenso, "como si disfrut¨¢ramos de una representaci¨®n teatral". La verdad que hay tras las apariciones "se asemeja menos a un problema que resolver que a una iniciaci¨®n al misterio", menos a una investigaci¨®n de laboratorio que a una b¨²squeda de una forma de vida menos opaca. Puede uno cuestionarse seriamente si no hay hechos y preguntas que mantienen su sentido aunque no pueda d¨¢rseles una respuesta. Hay mucho de incomprensible, de otro, en nuestro mundo y vida diarios, literales.
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