Diversi¨®n garantizada

Nacidos en los a?os setenta del siglo pasado, los hermanos Conn y Hal Iggulden, autores de El libro peligroso para los chicos, pertenecen a aquella ¨²ltima generaci¨®n de ni?os pretecnol¨®gicos que, todav¨ªa sin videojuegos y sin ordenadores, viv¨ªan las largas vacaciones de verano al aire libre, subi¨¦ndose a los ¨¢rboles, construyendo sus propios juguetes, inventando aventuras y leyendo a escondidas de unos adultos que, por entonces, no ve¨ªan con buenos ojos el exceso de afici¨®n lectora de los ni?os porque leer cuentos y novelas ociosamente era "una p¨¦rdida de tiempo" que les llenaba la cabeza de fantas¨ªas y que, adem¨¢s, les distra¨ªa de lo verdaderamente importante, que era estudiar.

Quiz¨¢s por ello, El libro peligroso..., una singular miscel¨¢nea de actividades, habilidades y curiosidades, que los autores definen como "el libro que les hubiera gustado leer de peque?os", insiste en la lectura como una de las principales fuentes de entretenimiento. Y as¨ª, entre detalladas explicaciones sobre c¨®mo fabricar un tirachinas, un electroim¨¢n o una caba?a en un ¨¢rbol; sobre c¨®mo orientarse en la oscuridad o c¨®mo descifrar los c¨®digos secretos de los esp¨ªas; sobre las reglas del f¨²tbol, del p¨®quer o del ajedrez, el libro ofrece desde un conjunto de textos breves sobre grandes batallas, conquistas y descubrimientos cient¨ªficos (las Term¨®pilas, la conquista de Granada, Waterloo, Scott y la Ant¨¢rtida, Charles Lindbergh, Darwin, Marie Curie, Crist¨®bal Col¨®n, Magallanes, Armstrong en la Luna), pasando por una selecci¨®n de poes¨ªas y citas literarias "que hay que saberse" de memoria (Si, de Kipling; ?taca, de Kavafis; Rimas, de B¨¦cquer; La canci¨®n del pirata, de Espronceda) y, finalmente, un apartado de "los libros que cualquier muchacho deber¨ªa leer", en el que se recomiendan 27 t¨ªtulos, de Roald Dahl hasta Stephen King, pasando por Enid Blyton y J. K. Rowling, adem¨¢s de los grandes cl¨¢sicos de la literatura juvenil universal, acompa?ados por breves comentarios sobre el contenido y la edad de lectura. Faltan las referencias concretas a las ediciones espa?olas (un peque?o descuido en la muy cuidada edici¨®n que ha hecho Paid¨®s), pero, en general, son t¨ªtulos f¨¢ciles de encontrar en librer¨ªas y bibliotecas.

La apuesta de El libro peligroso... por un ocio activo, basado en la curiosidad y la creatividad, frente a la pasividad de las pantallas, es arriesgada, pero parece haber llegado en el momento oportuno, al menos en el mercado anglosaj¨®n, donde ni?os, y sobre todo adultos, han encontrado en ¨¦l un ins¨®lito y atractivo recetario de entretenimientos y lo han convertido en uno de los grandes best sellers del a?o.