¡®Los griegos¡¯, el alma de nuestra civilizaci¨®n

Entre el ¡°Todos somos griegos¡± de Percy B. Shelley y el juicio de Paul Val¨¦ry seg¨²n el cual ¡°la Grecia antigua es la m¨¢s bella invenci¨®n de los tiempos modernos¡± habr¨ªa que buscar, aristot¨¦licamente, el equilibrio del t¨¦rmino medio. Ambas m¨¢ximas son v¨ªctimas de un mismo aunque comprensible error de apreciaci¨®n: reducir la H¨¦lade a la antigua Grecia, a la cl¨¢sica especialmente, quiz¨¢s disculpable en el pasado, inadmisible e injusto en el siglo XXI, con suficiente perspectiva para valorar la herencia de Grecia: desde la bella Helena cantada por Homero a la interpretada por la bella Irene Papas, desde el mundo bizantino de Justiniano y las Cruzadas a la Grecia ortodoxa de la poes¨ªa de Odyss¨¦as El?tis y su Dignum est (Premio Nobel de Literatura en 1979), musicado por Mikis Theodorakis, compositor comprometido como nadie en acercar la poes¨ªa neogriega al mundo a ritmo de bouzouki. S¨ª, m¨¢s all¨¢ de la tragedia ¨¢tica de Esquilo, S¨®focles o Eur¨ªpides y la l¨ªrica de P¨ªndaro, podemos volver la vista atr¨¢s y poner en justo valor toda la literatura neohelena: la del Zorba el griego de Nikos Kazantzakis o la del sufrimiento de una Grecia tantas veces privada de libertad a lo largo de su historia como la de Madres e hijos de Theodor Kallifatides; palabras tambi¨¦n aladas las de Petros M¨¢rkaris que se desplazan en metro desde el Pireo al Plaka para denunciar con iron¨ªa y tristeza la crisis end¨¦mica de un pa¨ªs que vive de la nostalgia de las ruinas de la marm¨®rea Atenas de Fidias, S¨®crates y Arist¨®fanes.

Roderick Beaton, catedr¨¢tico em¨¦rito del King¡¯s College de Londres, ha asumido el reto audaz de ofrecernos una historia global de los griegos: desde la Grecia mic¨¦nica de Aquiles hasta el drama de los refugiados de la Lesbos de Safo; desde la invenci¨®n de la democracia con Pericles a la crisis de la deuda griega y el chantaje de los rescates de la Uni¨®n Europea denunciados por Yanis Varoufakis; desde la Guerra del Peloponeso a la Grecia romana de Adriano o de los rom¨¢nticos; desde las Guerras M¨¦dicas, el conflicto entre Oriente y Occidente y el sue?o de Constantino a la ca¨ªda de Constantinopla en 1453 y la lucha por la independencia contra los turcos proclamada en 1821 en el teatro de Epidauro y con Lord Byron comprometido para que la civilizaci¨®n helena regresase de entre los muertos; desde la Alejandr¨ªa de Alejandro y Cleopatra a la sensual y mestiza metr¨®polis de Cavafis; de una Grecia luchando por su libertad contra la ocupaci¨®n nazi, primero, a la guerra civil y al golpe de Estado, despu¨¦s, con el apoyo norteamericano, y el exilio interno de la libertad bajo el arresto domiciliario en 1967 del poeta Yannis Ritsos por orden de una junta de coroneles que apagaba la luz que brill¨® en 1963 con la concesi¨®n del primer Premio Nobel a un griego, el de Literatura, a la poes¨ªa melanc¨®lica y desgarrada de la Esmirna de Yorgos Seferis.

Beaton no peca de temeridad al pretender escribir una historia total, pol¨ªtica y cultural, de Grecia. Al contrario, su ensayo es una excelente introducci¨®n a la historia de un pueblo desde la memoria de un glorioso pasado, siempre pr¨®ximo, a la incierta expectaci¨®n del futuro de un incierto presente que se reivindica c¨ªclicamente solicitando la devoluci¨®n de los m¨¢rmoles del Parten¨®n como s¨ªmbolo del helenismo y de nuestra helenidad. Una prosa ¨¢gil y clara en la mejor tradici¨®n anglosajona y una acertada selecci¨®n de nombres y acontecimientos, as¨ª como una admirable armon¨ªa pitag¨®rica y habilidad dram¨¢tica al asignar a cada actor un papel principal para contar muchas cosas con muy pocas palabras, sin sucumbir al hechizo de la Grecia de Her¨®doto, del sacrificio de las Term¨®pilas o de Plat¨®n ni perder nunca de vista que Grecia tiene tambi¨¦n tras de s¨ª una fecunda historia de m¨¢s de tres mil a?os, algo que sabe muy bien el autor al ser especialista en Seferis, en Byron y la revoluci¨®n griega de los rom¨¢nticos y comendador de la Orden de Honor de la Rep¨²blica Helena.

Los griegos, una historia global, responde perfectamente a la pregunta que se formulaba la insigne helenista Jacqueline De Romilly: ?Por qu¨¦ Grecia? Porque su herencia, por su aspiraci¨®n a lo universal, se ha convertido en el alma de nuestra civilizaci¨®n. Ten¨ªa, pues raz¨®n, Shelley: todos somos griegos.

Los griegos. Una historia global

Roderick Beaton
Traducci¨®n de Raquel Bahamonde
?tico de los Libros, 2024
816 p¨¢ginas. 32,95 euros