Unidos por la imaginaci¨®n

Se admiran desde hace a?os pero, hasta el pasado jueves, s¨®lo hab¨ªan podido imaginarse. Y leerse. Cabe la posibilidad de que se hubieran mirado a los ojos en las solapas de sus respectivos libros, intuy¨¦ndose. Y puede que por eso los escritores Paul Auster y Enrique Vila-Matas hayan escogido -primera casualidad- vestir chaquetas, camisas y pantalones negros, y zapatos pr¨¢cticamente id¨¦nticos para su primer encuentro en persona, que tuvo lugar en el Instituto Cervantes de Nueva York.

"Recuerdo con fascinaci¨®n 'La trilog¨ªa de Nueva York'. Las dos veces que he estado en Nueva York he acabado en Central Park por ese libro"

"A menudo me gustar¨ªa ser otro. Levantarme por la ma?ana y descubrir que soy, por ejemplo, Louis-Ferdinand C¨¦line" (Vila-Matas)

"Siempre me ha extra?ado que en las novelas la gente no lea libros. As¨ª que, en las m¨ªas, los protagonistas s¨ª leen"

"Cada vez que huyes de ti mismo, al final te vuelves a encontrar contigo. Yo escribo para alguien que no s¨¦ qui¨¦n es" (Auster)

All¨ª acudieron para leer fragmentos de sus respectivas obras, coincidiendo con la reciente edici¨®n en ingl¨¦s del libro de Vila-Matas El mal de Montano y aprovechando que comparten la misma editorial, tanto en Estados Unidos (New Directions, donde tambi¨¦n se ha publicado Bartleby y compa?¨ªa) como en Espa?a (Anagrama). Y ¨¦sta podr¨ªa ser la segunda casualidad.

Aunque no es necesario forzar la b¨²squeda de puntos en com¨²n. Ni tratar de describir la situaci¨®n como si ocurriera dentro de alguno de sus libros. La tentaci¨®n es grande y ni siquiera Eduardo Lago, director del Cervantes y tambi¨¦n escritor, puede escapar de ella al presentar el acto utilizando un inteligente juego cruzado sobre novelas y personajes nacidos en la imaginaci¨®n de sus invitados. M¨¢s osada a¨²n, se escucha una voz entre el p¨²blico que se atreve a afirmar que ha visto al huidizo Thomas Pynchon, el escritor fantasma, y que se ha interesado por las creaciones literarias de ambos escritores.

Es lo que ocurre cuando se sienta frente a frente a Auster, "artista del azar", seg¨²n Vila-Matas y al propio Vila-Matas, demiurgo de la metaliteratura. Que dan unas ganas irrefrenables de jugar con el lenguaje, las casualidades, la realidad y la ficci¨®n. A lo largo de la conversaci¨®n con EL PA?S, previa a la lectura, y durante su encuentro posterior con el p¨²blico que abarrota el Cervantes, afloran las coincidencias de las que tanto se alimenta la obra de Paul Auster, Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras. Pero tambi¨¦n las acrobacias entre ficci¨®n y realidad que han convertido la obra del barcelon¨¦s en una de las m¨¢s valoradas y premiadas del panorama literario nacional e internacional.

Vila-Matas, con voz queda, se declara uno de los m¨¢s antiguos lectores espa?oles de Paul Auster. "Descubr¨ª el libro El arte del hambre y desde entonces lo le¨ª todo", asegura. "Recuerdo con fascinaci¨®n al detective de La trilog¨ªa de Nueva York. Y las dos veces que he estado en Nueva York he acabado, sin darme cuenta, en Central Park, acord¨¢ndome sin querer de ese libro. Esta ma?ana a las siete ya estaba all¨ª otra vez".

A ambos se les cuela la vida en la literatura, la ficci¨®n en la vida y, sobre todo, la literatura en sus novelas. Y de ello han hecho un arte. "En mi caso es una casualidad absoluta. Una vez escrib¨ª un texto en el que me planteaba esto mismo. Lo titul¨¦ De lo contrario ser¨ªa Auster. Y en ¨¦l me cuestionaba por qu¨¦ no era Auster. Indign¨® a los lectores mexicanos de la revista Letras libres, porque dijeron que ya sab¨ªan que yo no era ¨¦l". En el caso de Auster, en cambio, se trata casi de una reivindicaci¨®n: "Siempre me ha extra?ado que en las novelas la gente no lea libros. As¨ª que en las m¨ªas, los protagonistas s¨ª leen. Y me apasionan las historias que nacen de otras historias, no s¨¦ por qu¨¦".

Auster quiere saber si Vila-Matas cambia de registro cuando pasa de la novela al ensayo. "No", responde Vila-Matas, "pero a menudo me gustar¨ªa ser otro. Levantarme por la ma?ana y descubrir que soy, por ejemplo, Louis-Ferdinand C¨¦line. Al final, sin embargo, siempre acabo encontr¨¢ndome conmigo mismo". "S¨ª", a?ade Auster, "cada vez que huyes de ti mismo, al final te vuelves a encontrar contigo. A m¨ª tambi¨¦n me pasa".

Vila-Matas confiesa haber cometido el error de intentar a veces escribir pensando en otro, algo que Auster dice no haber hecho nunca. "Yo no escribo para nadie en concreto, escribo para alguien que no s¨¦ quien es".

Para Vila-Matas, "escribir es una aventura, y parte de esa aventura tiene que ser divertida". Auster coincide en llamarlo "aventura". Pero para ¨¦l no es "divertida". Prefiere definirla como "una forma de abandono". "Yo me pierdo a m¨ª mismo en las palabras y la historia", asegura.

Adem¨¢s de compartir pasi¨®n por la literatura francesa -ambos vivieron en Par¨ªs durante sus a?os de formaci¨®n como escritores-, hay franceses m¨¢s all¨¢ de la literatura que se han introducido en la vida de ambos y, de ah¨ª, han dado el salto a sus libros. La multif¨¢c¨¦tica artista Sophie Calle le pidi¨® recientemente a Vila-Matas que escribiera un relato para ella. "De este modo tendr¨ªa con qu¨¦ llenar su vida el a?o pr¨®ximo, me dijo". A Auster la propuesta le lleg¨® a?os antes. "La idea me puso muy nervioso, porque si le dec¨ªa que se hiciera terrorista ella lo habr¨ªa hecho. Es capaz de todo", asegura Auster, que se inspir¨® en Calle para su personaje de Mar¨ªa, en su libro Leviathan.

Vila-Matas escribi¨® para la artista un relato que consist¨ªa en tener que ir a las Azores a buscar un fantasma. "Pero despu¨¦s su madre muri¨®, hubo algunos malentendidos y yo me qued¨¦ Bartleby por completo. As¨ª que, para salvarme a m¨ª mismo, escrib¨ª un relato de ficci¨®n sobre esta historia real titulado Porque ella no me lo pidi¨®". Forma parte del libro de relatos Exploradores del abismo, que se publicar¨¢ en septiembre. Otro viaje entre la ficci¨®n y la realidad, de la mano de un instigador de la imaginaci¨®n.