200 intelectuales piden a Sarkozy que el Ministerio de Inmigraci¨®n no se llame de Identidad Nacional
Todo empez¨® el pasado 18 de mayo. Ocho historiadores e investigadores, miembros del comit¨¦ cient¨ªfico que define las tareas del a¨²n no inaugurado Museo de la Historia de la Inmigraci¨®n, dimit¨ªan de sus cargos. Para esos ocho sabios, que Nicolas Sarkozy se apresur¨® a calificar de "intelectuales de segunda", su misi¨®n era incompatible con la voluntad de tener un "Ministerio de Inmigraci¨®n, Integraci¨®n, Identidad Nacional y Codesarrollo", porque ese largo y pomposo enunciado da a entender varias cosas con las que est¨¢n en desacuerdo, entre ellas que "la identidad nacional es un problema causado por la inmigraci¨®n" o que "la identidad nacional es responsabilidad del Estado, de un ministerio".
Hoy, esos ocho "intelectuales de segunda" han encontrado el respaldo de otros muchos, hasta casi sumar 200, que piden al presidente, Nicolas Sarkozy, cambiar el nombre del Ministerio de Inmigraci¨®n, Integraci¨®n, Identidad Nacional y Codesarrollo.
Los firmantes solidarios trabajan en centros universitarios de todo el mundo (Harvard, Cambridge, Berl¨ªn, Sidney, R¨ªo de Janeiro, Nueva York, Tokio, Pek¨ªn o Toronto). Y los que no son profesores de Universidad son cineastas.
Los casi 200 intelectuales y artistas critican las atribuciones del nuevo ministerio, porque "ejerce prioritariamente poderes de polic¨ªa y control, as¨ª como de promoci¨®n de la llamada identidad nacional, y se ocupa asimismo de definir una pol¨ªtica de la memoria en materia de inmigraci¨®n". Para los firmantes, "la confusi¨®n de papeles es inquietante" en la medida en que abre la puerta a "un nacionalismo de Estado y una xenofobia de Gobierno".
Brice Hortefeux, el titular del cuestionado ministerio, simula no comprender la indignaci¨®n y repite la tesis sarkozyana: "Identidad nacional e inmigraci¨®n no son palabrotas. No veo por qu¨¦ no se puede hablar de ello". Para Hortefeux, todos esos sabios y artistas debieran ayudar "con su competencia a establecer una definici¨®n de la identidad nacional". Y eso es lo que irrita, por ejemplo, al profesor Edward Berenson, quien en el diario Lib¨¦ration recuerda: "El Estado no puede definir la identidad nacional, que no puede tener una significaci¨®n ¨²nica y definitiva. Un Ministerio de la Inmigraci¨®n y de la Identidad Nacional corre el riesgo de establecer la distinci¨®n entre la buena y la mala inmigraci¨®n a partir de criterios falsos y radicalizados de grupo ¨¦tnico, raza y religi¨®n".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.