Morbo Timberlake
Juventud, ¨¦xito y un nombre: Justin Timberlake. Tiene 26 a?os y durante 210 d¨ªas est¨¢ de gira por todo el mundo, 110 conciertos desde Asia hasta Estados Unidos, pasando por Europa y Australia. Tres millones de espectadores que disfrutar¨¢n de los 120 minutos de su ¨²ltimo espect¨¢culo, FutureSex / LoveSounds, basado en su segundo ¨¢lbum en solitario.
Una carrera a todo gas que convirti¨® a un jovenc¨ªsimo veterano del programa de televisi¨®n de Disney Mickey Mouse Club, primero en componente de la celebrada banda de chicos monos que fue *NSYNC, despu¨¦s en solista y ahora en incipiente actor, con tres pel¨ªculas en cartel para este a?o, Shrek Tercero, Alpha Dog y Black Snake Moan, adem¨¢s de tener su propia l¨ªnea de ropa, William Rast, y restaurantes. Si a esto le sumamos su constante presencia en la prensa rosa, primero con Cameron D¨ªaz, ahora con Scarlett Johansson o Jessica Biel, seg¨²n el d¨ªa, y hace a?os con Britney Spears, parece demasiado para un solo cuerpo, pero no para el de Timberlake.
Impecable y todo modales, su atuendo no resta brillo a la energ¨ªa que transmiten sus ojos azules ni a la sonrisa que nunca desaparece
"Simplemente amo el medio. La interpretaci¨®n es toda una inspiraci¨®n. As¨ª que dadme una oportunidad"
"Me cri¨¦ en un pueblito donde ser celoso de tu intimidad es una muestra de educaci¨®n. As¨ª pretendo seguir"
Este sure?o que naci¨® en las afueras de Memphis (Tennessee) en 1981 no da muestras de cansancio ni de que vaya a parar. Timberlake es todo modales. Llega a la entrevista impecablemente vestido con vaqueros de su propia marca, zapatillas Adidas blancas reci¨¦n estrenadas y una corbata roja met¨¢lica que da un toque de color a su camisa Yves Saint Laurent reci¨¦n planchada. Pero nada de su atuendo resta brillo a los faros azules que tiene por ojos y que brillan reflejando toda su energ¨ªa, ni a la sonrisa que nunca desaparece de su rostro.
"No te creas que no me doy cuenta del cansancio, estoy m¨¢s liado que nunca", reconoce. "Adem¨¢s de la gira tengo toda la promoci¨®n de Shrek Tercero. Har¨¦ todo lo que me pidan porque me parece una gran pel¨ªcula, pero es agotador. No el concierto. Eso es divertido. El p¨²blico es incre¨ªble y te da toda la energ¨ªa. Pero todo lo dem¨¢s?", deja en el aire un silbido.
Sin embargo, Timberlake siempre tiene ganas de hacer m¨¢s. La revista Time incluy¨® su nombre como una de las figuras m¨¢s destacadas del a?o y para explicarlo inclu¨ªa, entre otras, las declaraciones de Tim Timbaland Mosley, productor musical que ha trabajado en su ¨²ltimo ¨¢lbum: "Es dif¨ªcil expresar lo que Justin Timberlake significa para el mundo de la m¨²sica. Es un hombre del espect¨¢culo, un guionista, un productor, un actor, un hombre de negocios". La actriz Jamie Lee Curtis bromea y destaca otros aspectos: "Tiene talento y es muy atractivo, alguien con quien no me resistir¨ªa a quedarme encerrada en un ascensor en el que se pare el tiempo". Y Ryan Gosling, candidato al Oscar, de la misma quinta que Timberlake y compa?ero en su etapa del Mickey Mouse Club, afirma: "Siempre dijo que quer¨ªa hacer lo que est¨¢ haciendo ahora".
La verborrea de Timberlake, que acepta los halagos con la naturalidad de quien lleva escuch¨¢ndolos toda la vida, es ¨¢gil y precisa. Pero tambi¨¦n es f¨¢cil pillarle frases muy ensayadas o chistes que repite una y otra vez. Cuando habla de mujeres, se confiesa "un hombre, y por tanto, imperfecto". Si las preguntas van dirigidas hacia su nueva carrera de actor, siempre recuerda para conseguir la complicidad del interlocutor que "¨¦l ya tiene su trabajo diario" en la m¨²sica. Y si cree que sus respuestas se quedan a caballo entre zumbado y cursi, no para de disculparse por si suena muy new age.
No pod¨ªa ser perfecto, y ¨¦l lo deja tambi¨¦n claro: "No soy nada perfecto, nunca lo he sido". Me animo y le pregunto: ?qu¨¦ echa a faltar? Y la confesi¨®n, si es eso lo ¨²nico que echa de menos, suena casi pat¨¦tica: "No s¨¦ encestar".
Timberlake admira la m¨²sica de los Eagles, creci¨® con Al Green y Stevie Wonder y se prend¨® del cine con Mary Poppins, pero su sue?o siempre fue ser baloncestista. "Si quieres que te diga qui¨¦n me parece perfecto, es Michael Jordan. ?se es mi ¨ªdolo. No s¨®lo porque es capaz de hacer lo que yo no puedo, por su talento en la cancha, sino porque es una persona con ¨¦tica. Mi h¨¦roe", a?ade con timidez.
Pero para ¨¦l que quer¨ªa ser estrella del deporte, las cosas funcionaron de otra manera. El que ha sido confirmado por la revista GQ como el "m¨¢ximo representante de la cultura pop de este siglo" explica que lo suyo fue la m¨²sica por progresi¨®n natural. "Mi padre [Randall Timberlake] tocaba en una banda de bluegrass y yo crec¨ª cantando en la iglesia, as¨ª que todo fue natural hasta que tuve la suerte de caer en un programa de televisi¨®n. Y ah¨ª fue donde me pic¨® el bicho", resume. Su debut televisivo coincidi¨® con la ¨²ltima etapa del Mickey Mouse Club, entre 1989 y 1994, de la que surgi¨® toda una generaci¨®n de portentos medi¨¢ticos made in Canal Disney: Britney Spears, Christina Aguilera, el propio Gosling o J. C. Chazez, otro de sus compa?eros en la banda *NSYNC.
"Fue la experiencia m¨¢s completa que se puede tener", a?ade Timberlake, "all¨ª nos sent¨¢bamos con los guionistas o nos dejaban la c¨¢mara y nos ense?aban c¨®mo dirigir. El conocimiento que adquir¨ª no tiene precio". Tampoco es sencilla de cuantificar la fortuna de este joven talento que vive en una mansi¨®n de estilo espa?ol en Los ?ngeles acompa?ado ¨²nicamente por sus dos perros, Buckley y Brennan, y que procede de su experiencia televisiva y del quinteto que se convirti¨® en una de las mayores boy bands americanas de la d¨¦cada de los noventa. Pero m¨¢s all¨¢ de la fama, de sus romances y del dinero, su gran salto cualitativo ha sido triunfar en solitario hasta convertirse en la emblem¨¢tica figura de la m¨²sica que es hoy.
Los m¨¢s modernos, los que nunca se acercan a un autor capaz de situar sus canciones entre los 40 principales, se olvidan de los prejuicios ante el ritmo de Timberlake. Miembros de los Flaming Lips, Coldplay o Keane se han pasado por sus conciertos, y lo mismo que su talento es equiparado por algunos con el de Sinatra, quiz¨¢ por la comparaci¨®n facilona con sus ojos azules, su ritmo hace estragos entre los anarquistas m¨¢s punkis musicalmente hablando. "Bueno, acabar¨¦ sonroj¨¢ndome", dice Justin, "Obviamente me siento muy halagado, pero prefiero tom¨¢rmelo con sentido del humor y vivir con los pies en el suelo, que es lo que siempre me ense?aron mis padres. Lo importante es lo que siento mientras estoy en un escenario. Y lo que hago sentir porque quiero que cada uno de los espectadores sea parte del espect¨¢culo. Pero la idea de que puedo estar influenciando a toda una generaci¨®n que me escucha es un pensamiento que da sudores", se r¨ªe azorado.
?Y Justin qu¨¦ es lo que escucha? "Desde luego, mis canciones no est¨¢n en mi iPod. Ya las oigo suficiente en mis conciertos", dice riendo; "entre mis favoritos tengo a Fame, de David Bowie; R.A.G.U., Kings of Leon, Dreams, Fleetwood Mac; Mojo Pin, de Jeff Buckley. Una buena lista, ?no te parece?". E igual que favoritos, tiene alguna man¨ªa: "En el ¨²ltimo tour no sal¨ªa al escenario hasta que no toc¨¢bamos Clocks, de Coldplay, y esta vez no lo hacemos hasta no haber tocado Closer, de Nine Inch Nails. Una superstici¨®n", se encoge de hombros.
Pero aunque se tome su arte como un juego, lo hace dispuesto a ganar. La humildad, la honestidad y la educaci¨®n de chico bueno del sur que Timberlake exuda comparten espacio con otras caracter¨ªsticas, como el perfeccionismo, la perseverancia y la competitividad.
"Soy de los que piensan que si te metes en algo con las mejores intenciones, el resultado tiene que ser bueno", confirma el cantante. Y si el resultado de su experiencia musical ha sido bueno, ?por qu¨¦ lanzarse a la gran pantalla con la larga lista de int¨¦rpretes que han labrado as¨ª el principio del fin de sus carreras?
Porque Timberlake siempre quiso ser "un showman", un hombre del espect¨¢culo, y fue el destino el que decidi¨® por ¨¦l entre ser m¨²sico o actor. "Simplemente amo el medio. La interpretaci¨®n es toda una inspiraci¨®n para m¨ª. Lo que me detuvo antes es ese estereotipo de cantante que intenta hacer pel¨ªculas. Eso me fren¨® hasta que encontr¨¦ el coraje para decir que tengo lo que hay que tener para hacerlo. As¨ª que dadme una oportunidad", explica firme y decidido como un buen novillero en busca de la alternativa.
"No tuve m¨¢s que verle en Saturday night live para ver su talento como actor", zanja Jeffrey Katzenberg, al frente de los estudios DreamWorks y que incluy¨® la voz de Timberlake como el joven Artie, una nueva versi¨®n del rey Arturo, en Shrek Tercero. Craig Brewer, el realizador de Black Snake Moan, otro chico de Memphis, a?ade: "Justin podr¨ªa haber escogido el camino Glitter", cita recordando el desastre cinematogr¨¢fico de Mariah Carey, "pero no lo hizo". Y augura para su actor una carrera al estilo de la de Will Smith, al que nadie cre¨ªa hasta que le vieron candidato al Oscar.
A Timberlake hay que reconocerle la inteligencia en sus primeras elecciones. Por muy famoso que se sea, a nadie le viene mal participar en el estreno animado m¨¢s taquillero de la historia, y sus otros trabajos se limitan a papeles secundarios en filmes independientes, y ha conseguido con ellos hasta los comentarios m¨¢s amables de una cr¨ªtica que no ha sido tan ben¨¦vola con el resto de la cinta. "Te mentir¨ªa si no reconociera que ha sido toda una estrategia por mi parte participar en pel¨ªculas peque?as, historias ¨ªntimas, en lugar de meterme en filmes de acci¨®n o una gran comedia", reconoce Justin. "As¨ª he podido aprender lo que realmente significa actuar, un acto ¨ªntimo muy diferente a salir a un escenario, donde todo tiene que ser a lo grande, para epatar y que llegue de la misma forma al que est¨¢ en primera o en ¨²ltima fila. En el cine, lo gigantesco es tu rostro, y bastante grande tengo la cabeza de por s¨ª como para verla de 15 metros", dice riendo.
No todos est¨¢n tan contentos con los logros de Timberlake. El tema SexyBack ha dado que hablar, y junto con aquellos que ven en el cantante el nuevo modelo de atractivo sexual para ambos g¨¦neros los hay que gru?en por la arrogancia de este peque?o petimetre. "?Pero qui¨¦n se ha cre¨ªdo que es?", se indigna el cr¨ªtico del peri¨®dico The Guardian repitiendo una frase muy utilizada por los detractores de Timberlake. ?l se encoge de hombros. "Suena mejor cuando lo cantas", bromea sin dar importancia a estas cr¨ªticas a la sensualidad arrogante de su m¨²sica.
Tampoco quiere o¨ªr esas otras que a¨²n le recuerdan que durante la retransmisi¨®n de m¨¢xima audiencia de la Super Bowl deportiva, en el concierto que ofreci¨® junto a Janet Jackson, un "error de vestuario" dej¨® a la cantante mostrando su seno delante de 140 millones de telespectadores de todo el mundo cuando Timberlake le arranc¨® el cors¨¦ en un golpe de efecto. "No quiero volver a hablar de ese tema", comenta educado, pero tajante.
La misma l¨ªnea sigue cuando entra en juego su vida privada o la invasi¨®n constante de los paparazzi. "Mi pol¨ªtica es que no me pienso dejar influir por aquello que no puedo controlar. Y esto est¨¢ fuera de mi control. As¨ª que perm¨ªteme ser lo suficientemente humilde o lo suficientemente listo como para obviar toda esa parte de mi vida. No quiero que vuelvan a sacar de contexto mis comentarios y que parezca que critico a la prensa sensacionalista. Me limito a observar lo que est¨¢ ocurriendo, y lo que ocurre es que se est¨¢n construyendo culebrones de la vida de la gente. No lo critico, pero tampoco lo alimento".
Durante esta parte de la conversaci¨®n se siente la presencia de Britney Spears aunque la joven reina del pop no est¨¢ por ning¨²n lado. Pero es imposible no apreciar las comedidas referencias hacia Spears de alguien que confes¨® que estuvo "absolutamente colado" por ella. Junto a ella vivi¨® locas escapadas a las Bahamas a los 17 a?os y a ella dedic¨® sin mencionarla la canci¨®n Cry me river, el mayor ¨¦xito de su primer ¨¢lbum, Justified. Un tema con el que gan¨® un Grammy y se quit¨® el mal de amores.
En medio de todas las recientes crisis de Britney, el nombre de Justin siempre aflora como si fuera el caballero capaz de librarla de los entuertos en los que se mete ella sola. Una imagen cursi y rom¨¢ntica que el int¨¦rprete no comparte. Timberlake desmiente rotundamente los rumores acerca de un proyecto musical conjunto para relanzar la carrera de su antiguo amor. Pero sus palabras son m¨¢s cordiales cuando habla de la amistad que a¨²n les une: "Para m¨ª, mis verdaderos amigos son como familia, y cualquier cosa que necesiten, ah¨ª estar¨¦ por ellos. No quiero decir m¨¢s para que no se malinterprete. S¨®lo que el equipo Justin est¨¢ detr¨¢s del equipo Britney. En la misma esquina".
Cameron D¨ªaz tambi¨¦n pas¨® a la liga de sus amistades tras un romance de cuatro a?os lleno de surf y paparazzi. Ahora el chico bueno se ha desmelenado (pese a tener el pelo m¨¢s corto que nunca) con Scarlett Johansson o Jessica Biel, dos de las actrices m¨¢s sexy del momento, con las que mantiene relaciones no exclusivas y tampoco confirmadas por sus protagonistas, pero documentadas en la prensa del coraz¨®n. Timberlake vuelve a callar y a sonre¨ªr. "Los hay que llevan mejor que otros lo de exponer su vida p¨²blica, pero yo me cri¨¦ en un pueblito donde ser celoso de tu intimidad es una muestra de educaci¨®n. As¨ª crec¨ª y as¨ª pretendo seguir mi vida", a?ade. ?Y as¨ª educar¨¢ a sus hijos? Sin dudarlo un momento responde. "?Hijos? ?Primero tendr¨¦ que crecer!", se carcajea.
"La m¨²sica es mi vida, pero tambi¨¦n creo que he tenido mucha suerte", afirma. Suerte, por ejemplo, de rodearse de productores como Timbaland en FutureSex / LoveSounds o The Neptunes en Justified, de los m¨¢s importantes de esta industria, que han permitido que evolucione de un sonido m¨¢s Michael Jackson a algo que se acerca a Prince.
"Quer¨ªa algo m¨¢s rompedor, m¨¢s sucio, con m¨¢s energ¨ªa. Que haga que la gente se desnude y baile con todas sus ganas", explica sinti¨¦ndolo. Un sonido que por lo que cuenta le sale de forma natural. "Soy de la generaci¨®n de Internet y s¨¦ que la m¨²sica puede hacerse con m¨¢quinas. Las cosas han cambiado mucho. Pero no es mi caso. Yo me dejo llevar por la melod¨ªa y nunca escribo nada. Desde ni?o puedo cantar muy bien y eso marca mi estilo. Mi regla. No escribo mis melod¨ªas antes de llegar al estudio porque si no puedo recordarlas es que no merec¨ªan la pena. ?sa es mi regla de oro", confiesa.
Un proceso por lo dem¨¢s muy r¨¢pido. Por primera vez le siento enrojecer de verdad. "Cry me river, What goes around, Sexy bag my love, ninguna de ellas me ha llevado m¨¢s de dos horas. No s¨¦ qu¨¦ decirte. ?Que me pagan muy bien la hora?", se r¨ªe algo violento.
"Por primera vez no tengo nada que probar. No ser¨ªa honesto conmigo si no reconociera que Justified dec¨ªa eso de [imposta la voz] tomadme en serio, soy bueno", explica. Tres millones de ¨¢lbumes vendidos en Estados Unidos le dieron la respuesta. "Con ¨¦ste", contin¨²a hablando de FutureSex / LoveSounds, "se trata m¨¢s bien de un 'si te gusta, ven a m¨ª. Si no, ni te molestes".
Timberlake despliega la fuerza natural que le hace enganchar en el escenario y que en el t¨² a t¨² te hace pensar de nuevo qu¨¦ se le ha perdido a este dios de la m¨²sica en el campo de la actuaci¨®n. De nuevo risas: "Vale, como m¨²sico soy el guionista, el director, el productor, el actor de mi obra. B¨¢sicamente dios, es cierto". "Pero es posible encontrar el ritmo en todo", explica, "En Vince Vaughn, alguien que al actuar suena como un Dean Martin. O en Meryl Streep. Ella es un Beethoven, capaz de interpretar lo que en m¨²sica ser¨ªan cuatro melod¨ªas diferentes de manera simult¨¢nea y cambiar de marcha a voluntad. Todo tiene un ritmo y lo que necesito es encontrar el m¨ªo", resume satisfecho.
Mientras lo hace tiene otros proyectos. Lanzar su l¨ªnea de moda en Europa, ocuparse de su propio sello discogr¨¢fico reci¨¦n creado y colaborar con sus ¨ªdolos musicales, como Madonna, con la que repetir¨¢ actuaci¨®n el pr¨®ximo mes de julio.
Sabe por d¨®nde pisa porque el verdadero Justin es algo m¨¢s que su trabajo; es su familia: su madre, Lynn, y su padrastro, Paul Harless, que desde ni?o le ayudan con sus finanzas, o su prima Rachel, esa que vive junto a Timberlake en la casa de invitados de su mansi¨®n angelina y que le hace de ayudante. Su amigo y socio Ayala, que es como de la familia, lo mismo que Johnny Wright, su agente desde los d¨ªas de *NSYNC. "Yo soy mi familia, mis amigos, mis perros, mi golf", a?ade. ?Y el otro Timberlake? ?El famoso? "?se no soy yo. ?se es el que saco a pasear en la alfombra roja donde estoy trabajando. Claro que es uno de los mejores trabajos que se me pueden ocurrir", resume arqueando las cejas. "?No te parece?".
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