"Espa?a pinta poco aqu¨ª"
La democracia ha quedado en suspenso en Ondarroa. Los ediles, menos el del PP, no han tomado posesi¨®n por el miedo y las presiones
Espa?a es algo ajeno, un imperativo legal, para la mayor¨ªa de los 9.800 habitantes del puerto pesquero de Ondarroa, que habla euskera, piensa en euskera, baila el aurresku y resume sus aspiraciones en la pintada del dique fluvial con letras gigantescas: "Autodeterminazioa".La democracia fue secuestrada en este municipio vizca¨ªno porque 12 de los 13 concejales electos, todos vascohablantes, no recogieron sus credenciales al no soportar el hostigamiento de ANV, que reclama la alcald¨ªa, sus concejales y la independencia de Euskadi. Este partido niega haber secuestrado la democracia porque, sencillamente, rechaza la legalidad espa?ola. "Aqu¨ª lo que se ha usurpado es la voluntad del pueblo vasco", subraya un militante, aparentemente afable.
"?Para qu¨¦ cambiar la cristalera rota si la van a volver a romper?", se resignan en el 'batzoki'
-Hombre, pero apoyar a ETA, que mata y...
El periodista es abruptamente atajado: -?T¨² eres de Madrid, o qu¨¦?
Germ¨¢n L¨®pez, elegido concejal en la lista del Partido Popular, es el ¨²nico de los 13 ediles que ha recogido su credencial para ejercer su cargo en el Ayuntamiento de Ondarroa. Vive en Bilbao y casi le parten la crisma cuando entr¨® en el consistorio. "Me llamaron de todo: ?fascista! ?asesino! Lo de siempre". ANV reclam¨® como propios los 2.195 votos nulos, que traducidos en v¨¢lidos hubieran supuesto la mayor¨ªa absoluta. La formaci¨®n abertzale ya hab¨ªa anticipado sus intenciones antes de la jornada electoral: pidi¨®, por escrito, al PNV, EA y EB que renunciaran a sus esca?os al ser obtenidos en una consulta "antidemocr¨¢tica". Y sobrevolando todo, incluido el ¨¢nimo del nacionalismo moderado, el regreso de ETA, el miedo al terrorismo.
"Lo que ha pasado en Ondarroa no hab¨ªa pasado nunca, ni tan siquiera cuando se aplic¨® la Ley de Partidos hace cuatro a?os y Herri Batasuna no estaba legalizada. Estamos peor que entonces", dice Antonio Basagoiti, presidente del PP en Vizcaya. "La reacci¨®n de la gente del PNV la comprendo personalmente porque viven en el pueblo, donde la presi¨®n de los batasunos y del entorno de ETA es muy dura", agrega. Pero desde el punto de vista pol¨ªtico, no la entiende. "El PNV ten¨ªa que haber sustituido a los concejales porque es legal", agrega Basagoiti. La ley autoriza la sustituci¨®n de cargos p¨²blicos bajo amenaza terrorista por relevos de otras localidades. "Yo espero que esto sirva para que el nacionalismo comprenda por qu¨¦ ponemos paracaidistas, de Bilbao o de donde sea, en los pueblos donde tenemos votantes: porque les hacen la vida imposible".
La ecuaci¨®n del conflicto desencadenado en el basti¨®n nacionalista es ¨¦sta: prohibidas las listas de ANV por los tribunales, el Partido Nacionalista Vasco obtuvo 1.720 votos y nueve concejales; Eusko Alkartasuna, 347, y dos ediles; Ezker Batua Berdeak-Aralar, 194 votos y un concejal, y el PP, 191 sufragios y un edil.
El ayuntamiento trabaja casi de oficio. Hasta el nombramiento de un sustituto, el alcalde en funciones, Aitor Maruri (PNV), despacha los asuntos pendientes. Elude a la prensa. No quiere hablar. Tampoco el resto de concejales. "La situaci¨®n es muy delicada y tratamos de desactivarla. No conviene que hagan declaraciones", justifica, desde Bilbao, un portavoz de la direcci¨®n peneuvista. El activismo de los independentistas es incesante y ubicuo. Carteles, textos, convocatorias y fotograf¨ªas de presos de ETA nacidos en el municipio cubren las calles de Ondarroa y la empinada cuesta hacia el edificio municipal, coronado por la pancarta m¨¢s visible del pueblo: "Euskal Presoak, Euskal herrira [Los presos vascos, al Pa¨ªs Vasco]".
"Aqu¨ª seguimos trabajando, pero, claro, no es lo mismo", comenta el secretario del ayuntamiento, Agust¨ªn Olavarrieta. "No podemos abordar cosas nuevas. Estamos preparando las fiestas de agosto y contratando pero, qui¨¦n sabe, igual a los nuevos se le ocurre traer a la Pantoja", ironiza. El desasosiego de un funcionario es de ¨ªndole econ¨®mico-laboral: "Imag¨ªnese que no nos pagan la paga extra de este mes".
El bloqueo del consistorio apenas distrae la rutina vecinal, ni el peloteo de cuatro chavales en el front¨®n contiguo al Ayuntamiento, cerca del r¨ªo Artibai, que forma una marisma a la entrada del pueblo. Discretamente, sin identificarse como periodista de este diario, sino como pelotari aficionado, es posible acercarse a un espectador septuagenario y a las causas de su desafecci¨®n con Espa?a:
- Yo vivo en Madrid y la verdad es que all¨ª no se juega mucho a pelota vasca.
- S¨ª, en Espa?a no hay afici¨®n.
- Quien venga aqu¨ª de afuera, lo tiene dif¨ªcil ?eh? Las calles s¨®lo est¨¢n rotuladas en euskera y no en espa?ol.
- Es que Espa?a pinta poco aqu¨ª.
- ?Y eso?
- No hay tradici¨®n. El franquismo nos castig¨® mucho. Y le voy a dar otra raz¨®n: tengo un conocido al que reventaron un ri?¨®n en una comisar¨ªa de Madrid.
- Pero eso ser¨ªa con la dictadura.
- Bueno, vaya usted a saber...
La ofensiva abertzale contra su exclusi¨®n de las municipales, y contra los concejales participantes, ha sido dura e intimidatoria. Pasquines en las mejores fachadas y en las callejuelas m¨¢s angostas publican los nombres y apellidos de las listas legales, junto a la bandera espa?ola, y las ilegalizadas de ANV, enaltecidas por la ikurri?a: traidores frente a patriotas.
Varios plenos de la pasada legislatura debieron celebrarse a las ocho de la ma?ana, a escondidas. No pocas familias nacionalistas s¨®lo hablan de la nefasta liga de la Real Sociedad y del Athletic de Bilbao, o de la importaci¨®n del besugo de Tarifa, para no debatir, y re?ir, discrepando sobre ANV, ETA o las amenazas. La marea nacionalista, social y pol¨ªtica, arrincona a los espa?oles que se sienten espa?oles, apenas visibles, casi todos votantes, de tapadillo, del PP y del PSOE. Son mayores, marineros algunos del Canarias, el buque insignia de la Flota Nacional durante la Guerra Civil; inmigrantes gallegos otros, pescadores en los a?os del auge de capturas, vasco-espa?oles los dem¨¢s. La mayor¨ªa vot¨® por Germ¨¢n L¨®pez.
"Me molesta la imagen que damos. No es buena para el negocio", dice la due?a de un restaurante, votante del PNV. La ¨²ltima resoluci¨®n del sindicato ELA, mayoritario en Euskadi, subraya sin ambages la esencia de su ideario: "Desembarazarse de la tutela de esta Espa?a hosca y autoritaria no es una de las menores razones para querer ser un pueblo soberano".
La presencia de Espa?a es menguante. Cuatro a?os atr¨¢s, cerr¨® la casa cuartel de la Guardia Civil, y el 14 de mayo de 2003, Rosa D¨ªez, cabeza de lista del PSOE en Ond¨¢rroa en aquellas municipales, experiment¨® la orfandad del constitucionalismo. Pr¨¢cticamente la sacaron en volandas despu¨¦s de un mitin. Su amigo Carlos Mart¨ªnez Gorriar¨¢n, fil¨®sofo e historiador, portavoz de Basta Ya, solidario acompa?ante en la plazoleta del desamparo, rese?¨® lo ocurrido: Veinte escoltas, una docena de afiliados socialistas, dos concejales y un parlamentario auton¨®mico acudieron al acto de la socialista, "pero ni un solo vecino de Ondarroa". D¨ªez no consigui¨® el esca?o.
El batzoki, la sede social del PNV, tambi¨¦n aguanta lo suyo. La bandera vasca, almidonada a huevazos, ondea en la puerta de entrada y una pedrada quebr¨® la cristalera superior. "Ya la pagar¨¢ el seguro. ?Para qu¨¦ la vamos a cambiar si la van a romper", dice el cantinero del local. "Por aqu¨ª, todo tranquilo. Ya lo ve, trabajando". "?Tienes la acreditaci¨®n de periodista?", pregunta otro. La permanente desconfianza hacia el desconocido. ?Ser¨¢ acaso polic¨ªa?
Los primeros de la lista de ANV, Unai Urruzunu y Loren Arkotxa, ex alcalde (1999-2003) encarcelado por Garz¨®n hace cuatro a?os, tambi¨¦n se encuentran trabajando, cuando se pregunta por ellos, en la herriko taberna del pueblo, un parque tem¨¢tico del graffiti independentista. La atiende una risue?a chavala independentista, que pide la tarjeta al periodista "para que te llamen". No llamaron.
Las posiciones de ANV-HB, no obstante, son bien conocidas. El repliegue de los concejales les pareci¨® correcto. "Mantienen abiertas las puertas del Ayuntamiento para formar un consistorio de acuerdo a la voluntad popular", declar¨® Urruzunu. Pero el enconamiento de la voluntad popular es, en ocasiones, descorazonador.
- ?Tiene hora, por favor?
- Arratsaldeko ordu bat erdiak dira [la 1.30 de la tarde]".
- Perdone, pero no entiendo euskera.
- Pues aprende.
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