El ni?o que juega sin presi¨®n
Un balonazo le rompi¨® un brazo cuando ten¨ªa "tres o cuatro a?os". Estaba detr¨¢s de una de las porter¨ªas del campo de tierra del Arguinegu¨ªn, el equipo de Tercera Divisi¨®n en el que jugaba su padre, Fernando, un interior izquierdo diestro de buen toque y escaso trabajo. El m¨¦dico se lo enyes¨® y le advirti¨® de que tendr¨ªa que quedarse en casa una temporada. De ninguna manera. El ni?o volvi¨® pronto al estadio del Arguinegu¨ªn. Por mucho que su madre tratara de abrirle otras aficiones al comprarle aquel cami¨®n enorme en el que apenas repar¨®. S¨®lo quer¨ªa material futbol¨ªstico. Aquel chaval es hoy David Silva, de 21 a?os, que ha causado sensaci¨®n en la Liga por su juego burbujeante y maduro a la vez, caliente o fr¨ªo seg¨²n le convenga. As¨ª se ha presentado en la Liga de Campeones, en la que dej¨® goles para el recuerdo. En escenarios m¨ªticos, como San Siro, le endos¨® una volea desde fuera del ¨¢rea al Inter; en Stamford Bridge, un misil desde 30 metros al Chelsea.
Un balonazo le rompi¨® un brazo a los tres a?os. Estaba tras la porter¨ªa viendo jugar a su padre
A ¨¦l le da igual actuar en San Siro que en Arguinegu¨ªn. No siente la presi¨®n, asegura su padre, que recuerda una an¨¦cdota para ilustrarlo: "Un d¨ªa, cuando era infantil, el Arguinegu¨ªn se enfrent¨® a Las Mesas, el equipo de un barrio de Las Palmas. El entrenador de Las Mesas nos dijo que iba a plantear un marcaje individual sobre ¨¦l. Acabada la primera parte, el Arguinegu¨ªn ganaba por 0-6. Y David hab¨ªa marcado cinco goles".
Cayeron sobre ¨¦l los ojeadores y, en su primer a?o de infantil, fue a pasar una prueba con el Real Madrid. Vicente del Bosque le dijo que volviera al a?o siguiente. Volvi¨®. Pas¨® una segunda prueba. Y nunca m¨¢s supo del Madrid. Varios meses despu¨¦s, en agosto, se desplaz¨® a Valencia y, esta vez s¨ª, le dieron cama y mantel en la escuela de Paterna. El entonces jefe de la cantera valencianista, Jes¨²s Garc¨ªa Pitarch, actual director deportivo del Atl¨¦tico, advirti¨® de inmediato que se trataba de una joya. El Valencia acababa de perder la final de la Champions, en Par¨ªs, ante el Madrid y Silva, con 14 a?os, se dispon¨ªa a estrenarse con el equipo cadete. La calidad de su zurda atrajo la atenci¨®n de la selecci¨®n espa?ola, en la que se convirti¨® pronto en una referencia y fue, junto al atl¨¦tico Jurado, subcampe¨®n de Europa sub 17 en Portugal 2003 al perder s¨®lo ante la anfitriona.
Existen dudas sobre si Silva es media punta o extremo izquierdo. Lo indudable es que su rendimiento es alto en cualquiera de las dos posiciones. Quique Flores lo prefiere de enganche en el Valencia mientras que Luis Aragon¨¦s, en la selecci¨®n, lo sit¨²a por la izquierda. Su debut, en noviembre, en C¨¢diz y ante Rumania (0-1), anunci¨® que llegaba para quedarse. A Quique le impresion¨® que en la pretemporada le pidiera llevar el n¨²mero 21 dejado por Aimar, traspasado al Zaragoza. No tem¨ªa la comparaci¨®n. Intu¨ªa que saldr¨ªa ganando.
Silva siempre ha superado los prejuicios que le acarreaban ser peque?o, l¨¢nguido, muy fino, de pura estirpe canaria. Contra ellos, ha resultado muy duro f¨ªsica y mentalmente. No se le cayeron los anillos cuando hubo de pisar el barro de Mendizorroza, cedido en el brillante Eibar de Mendilibar. Ni cuando, rechazado por el m¨¦dico del Getafe, que le diagnostic¨® una pubalgia insuperable, se march¨® al Celta de Fernando V¨¢zquez. Entre medias, Arrigo Sacchi le quiso para el Lazio. Lo evit¨® la intervenci¨®n judicial del club italiano.
"Tiene ahora un gran reto para el curso pr¨®ximo", concluye Quique; "seguir creciendo".
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