El Senado de EE UU resucita la reforma migratoria de Bush
La nueva ley propone la regularizaci¨®n de 12 millones de inmigrantes
El Senado aplic¨® ayer una peque?a raci¨®n de ox¨ªgeno a la moribunda ley de inmigraci¨®n y aprob¨® por mayor¨ªa suficiente volver a discutir la dif¨ªcil y trascendente pieza legislativa con nuevas y m¨¢s dr¨¢sticas enmiendas. La decisi¨®n de ayer es s¨®lo eso, una autorizaci¨®n para devolver la ley al Pleno, pero no existe ninguna garant¨ªa de que ¨¦sta sea aprobada en la pr¨®xima votaci¨®n, probablemente antes del fin de semana.
De los 64 senadores que votaron a favor de reanudar los debates, varios advirtieron que su pronunciamiento favorable ayer no debe interpretarse como un seguro respaldo a la ley. Ni que decir tiene hasta qu¨¦ punto son hostiles los 35 senadores que votaron en contra.
La ley sobre inmigraci¨®n, que pretende la regularizaci¨®n de 12 millones de inmigrantes sin papeles, as¨ª como la creaci¨®n de una nueva estructura migratoria con vistas al futuro, ya fue votada a principios de este mes y obtuvo el respaldo ¨²nicamente de 45 senadores.
Esta legislaci¨®n encuentra una muy fuerte resistencia entre los republicanos m¨¢s conservadores, que creen que se trata de una amnist¨ªa encubierta, y entre los dem¨®cratas m¨¢s a la izquierda, que temen que perjudique a la calidad de los actuales puestos de trabajo.
El presidente, George W. Bush, que ha hecho campa?a a favor de esta ley en cuerpo y alma, volvi¨® ayer a urgir al Senado a encontrar una soluci¨®n sin vencedores ni vencidos que permita sacar adelante esta reforma que, seg¨²n ¨¦l, el pa¨ªs tanto necesita.
Los secretarios de Comercio, Carlos Guti¨¦rrez, y de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, han vivido pr¨¢cticamente en el Capitolio en las ¨²ltimas semanas, como emisarios del presidente Bush, tratando de convencer a los congresistas de que le den luz verde a esta iniciativa.
Concesiones conservadoras
Con ese fin, la Casa Blanca ha hecho ya una important¨ªsima concesi¨®n a la mayor¨ªa conservadora de su partido: la inclusi¨®n de 4.400 millones de d¨®lares (unos 3.300 millones de euros) destinados a medidas de vigilancia en la frontera con M¨¦xico para evitar el coladero tradicional en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Pero ¨¦sa no es la ¨²nica concesi¨®n. Se ha incluido tambi¨¦n una mayor flexibilidad en la capacidad de las empresas para contratar trabajadores extranjeros y se est¨¢n estudiando otras medidas para favorecer en ciertos aspectos y recortar en otros los permisos de residencia por reunificaci¨®n familiar.
Se intentan, adem¨¢s, establecer garant¨ªas para que todos los inmigrantes irregulares que quieran regularizar su situaci¨®n tengan previamente que abandonar Estados Unidos. En conjunto, decenas de nuevas enmiendas que empezaron a ser discutidas ayer mismo y que hacen imprevisible el destino final de esta legislaci¨®n.
Incluso si, finalmente, consigue superar el obst¨¢culo del Senado, la reforma migratoria tendr¨¢ que pasar por la C¨¢mara de Representantes, donde muchos congresistas de ambos partidos han advertido ya de que la esperar¨¢n con la espada desenfundada.
Para decenas de miembros de la C¨¢mara y del Senado, sus posibilidades de reelecci¨®n el a?o pr¨®ximo dependen de su posici¨®n sobre esta ley, sobre todo en los ocho Estados en los que se concentra el 68% de la inmigraci¨®n ilegal. ?ste es un asunto de alta sensibilidad que cada d¨ªa se encargan de incendiar un poco m¨¢s los conductores de varios programas radiof¨®nicos de gran audiencia popular y fuerte impacto electoral. Por eso el presidente Bush, que ya no tiene que volver a competir, se permite el lujo de apoyarla con tanto ¨¦nfasis. Y por eso sus propios colegas le abandonan.
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