Nosotros, los Kaczynski
Los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, presidente y primer ministro de Polonia, respectivamente, tienen evidentes dificultades para comprender lo que significa ser miembros de la Uni¨®n Europea m¨¢s all¨¢ de su muy leg¨ªtimo derecho a defender con ah¨ªnco los intereres de su pa¨ªs. En la agenda de los hermanos y l¨ªderes del conservador partido Ley y Justicia, varios asuntos relativos al respeto de los derechos humanos y la discriminaci¨®n de las minor¨ªas figuran en letra muy peque?a, o simplemente no existen, pero sobre todo chocan con la filosof¨ªa de la UE. En ese sentido, resultan improcedentes sus pretensiones de que el futuro tratado de reforma de la Uni¨®n recoja una especie de cl¨¢usula de moralidad, que en la pr¨¢ctica impedir¨ªa a los ciudadanos polacos recurrir a las instancias comunitarias cuando se les acuse de violar la moral p¨²blica y la integridad f¨ªsica y familiar.
Polonia es uno de los 10 Estados que entraron en la UE en mayo de 2004. Lo hizo tras satisfacer en duras negociaciones los principios de adhesi¨®n y percibe justamente, en funci¨®n de su poblaci¨®n, el mayor volumen de fondos comunitarios: m¨¢s de 65.000 millones de euros para el periodo 2007-2013. La adhesi¨®n la negociaron los socialdem¨®cratas, ahora en crisis. Varsovia lleg¨® a Bruselas, y se hizo notar, pero no est¨¢ claro que Bruselas haya llegado a Varsovia. No, al menos, desde que hace m¨¢s de un a?o y medio gobiernan los gemelos en coalici¨®n con otros dos peque?os grupos ultraconservadores.
Los Kaczynski han exhibido desde entonces una serie de propuestas exc¨¦ntricas, retr¨®gradas y sobre todo contrarias al esp¨ªritu liberal europeo, como la eventualidad de reinstaurar la pena de muerte, enarbolar la bandera contra los homosexuales o la promulgaci¨®n de una ley (luego mitigada por el Tribunal Supremo) por la que centenares de miles de polacos estar¨ªan obligados a declarar si colaboraron con el anterior r¨¦gimen comunista. Sus m¨¦todos rezuman intolerancia aderezada de un trasnochado moralismo cat¨®lico. ?Pobres polacas, que corren peligro de ser multadas si exhiben sus pechos este verano en la playa!
Pero, adem¨¢s, han excitado un peligroso virus nacionalista con su evocaci¨®n al pasado de ocupaci¨®n nazi y su utilizaci¨®n como moneda de cambio del exterminio de casi seis millones de polacos como argumento para resistirse al sistema de voto en el Consejo de Ministros de la UE. Europa se construye para superar nuestras guerras civiles, de forma que es indecente esgrimirlas unos contra otros como baza de negociaci¨®n.
Es muy probable que esa cl¨¢usula de moralidad tenga escaso futuro jur¨ªdico ante las instancias comunitarias. En cualquier caso, crea precedente y establece un derecho pol¨ªtico nacional contrario al comunitario. Es de esperar que la conferencia intergubernamental que se abre el mes pr¨®ximo para la redacci¨®n final del tratado la elimine. Si los gemelos persisten en la idea de construir un escudo moral frente a Europa, alguien deber¨ªa ense?arles d¨®nde est¨¢ la puerta o confiar en que los polacos se la ense?en en las urnas en las pr¨®ximas elecciones dentro de dos a?os.
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