Divinas ideas
Cuando Isabel II recibi¨® el pabell¨®n que su padre, el rey Felipe VII, hab¨ªa encargado construir para ella en el parque del Buen Retiro, no sospech¨® que, con el paso del tiempo, aquel edificio de estilo persa se convertir¨ªa en una sala de fiestas, el Florida Park, donde habr¨ªan de celebrarse eventos tan poco convencionales como la gala Miss Transexual Internacional del otro d¨ªa. O quiz¨¢s s¨ª, quiz¨¢s Isabel II estaba acostumbrada a codearse con esas gentes exc¨¦ntricas que con frecuencia atraen la Corona hacia s¨ª para dotarse de otro tipo de adorno. Su propio esposo, Francisco, fue tachado de homosexual y ella misma despreci¨® p¨²blicamente su gusto, el de ¨¦l, por los encajes. M¨¢s tarde, su hija menor, la infanta Eulalia, viajera y escritora, ser¨ªa considerada feminista por defender su derecho a expresarse, y por cuestionar los hilos que la ataban a ciertos rigores inherentes a su condici¨®n y a la severidad impuesta por su hermana, la Chata.
Quiz¨¢s, digo, aquella Isabel II que paseaba las armas de caza por la que entonces era su finca de recreo y recib¨ªa visitas privadas en el pabell¨®n orientalista concebido para ella por el padre que nunca conoci¨® llegara a sospechar los caprichosos usos que el destino reservaba a tan extravagante edificio. Puede que parte de los pecados carnales que se le atribuyen a esa reina tuvieran como escenario ese pabell¨®n oculto en la espesura, que velar¨ªa unos secretos cuya impronta no lograron borrar la capilla y el balneario a los que se destin¨® posteriormente, y que s¨®lo mediado ya el siglo XX hallar¨ªa, en su conversi¨®n en sala de fiestas, la expansi¨®n completa de su verdadero esp¨ªritu. Con su mezcla entre lujo desarrollista y brillo de cabar¨¦, el Florida Park ha sido ahora el espacio ideal para albergar la gala del primer concurso internacional de misses transexuales, conducido por Carla Antonelli y Deborah Ombres.
Yo me hab¨ªa puesto, para estar a tono, mi vestido negro Audrey y mis zapatos plateados de plataforma y taconazo, pero cuando aquellas mujeronas salieron al escenario qued¨® claro que la feminidad no tiene relaci¨®n alguna con la partida de nacimiento. Nuestra favorita era una rubia blanqu¨ªsima, con pinta de cheerleader y muslos lujuriosos, a la que no dieron ni una banda menor. Nosotros la animamos fervorosamente desde las filas de un club espont¨¢neo al que se fueron sumando dos gays colombianos, tres travestis guatemaltecos y un par de viejos amigos con quienes nos iremos a una estancia para cuatro personas en un resort en la Costa del Sol, de cuyo sorteo, promocionado por La Gu¨ªa Alternativa (Ocio y Placeres Adultos), fuimos felices ganadores. Cuando Samer, dando saltitos con sus pantalones cortos, sali¨® al escenario para recoger el premio pudo ver de cerca que nuestra favorita no era tan guapa como nos hab¨ªa parecido desde la entusiasta miop¨ªa, pero ya todo nos daba igual, alzados en la incomparable perspectiva del albornoz marbell¨ª. El jurado, en el que estaban la cantante Alaska, el escritor Eduardo Mendicutti, el modisto Modesto Lomba, el periodista Fernando Olmeda o la ex Miss Cantabria y madre ?ngela Bustillo, se decant¨® por la brasile?a Cristini Couto, que es una guapa-guapa, de verdad.
En un a?o en que el Orgullo Gay se celebra en Espa?a desde el triunfo vanguardista de la ley que recoge los principales derechos de las personas transexuales, este certamen ten¨ªa como objeto aportar una mayor visibilidad del mundo transexual, por cuya integraci¨®n social, seg¨²n se?al¨® Carla Antonelli, queda a¨²n mucho que hacer. Si bien las mujeres transexuales ya pueden, por poner un ejemplo que viene al caso, presentarse al concurso de Miss Espa?a, la discriminaci¨®n persiste en todos los ¨®rdenes de la vida. Para apoyar esa visibilidad, actuaron, bajo la emblem¨¢tica ara?a que corona el escenario del Florida Park, Carmen Extravaganza, Leopardo No Viaja y Dana Internacional, la cantante israel¨ª transexual que gan¨® Eurovisi¨®n en 1998 con su tema Diva. La verdad es que Dana no estuvo muy diva, pero dio a la gala un glamour transnacional. Y nosotros, que est¨¢bamos imbuidos de ese divismo que combina compromiso y diversi¨®n, frivolidad y dignidad, volvimos a Chueca a seguir celebrando en el Mito este Orgullo Europeo que comienza m¨¢s trans que nunca y cuya belleza, aunque se engalane por fuera con la coqueter¨ªa de la vitalidad, es en realidad la belleza, interior, de las ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.