Venecia, arte de ayer y de hoy
La Bienal a?ade alicientes al recorrido hist¨®rico y literario
Hasta el 21 de noviembre, la ciudad italiana acoge el encuentro art¨ªstico m¨¢s vibrante del mundo. Es el momento para visitar a los cl¨¢sicos, como Tintoretto, y a los modernos, como Bill Viola y Damien Hirst.
Cualquier esquina tiene vistas memorables, haga sol o llueva. Los 'sestieri' de San Polo o Santa Croce, por ejemplo, son para ser recorridos al azar
Tintoretto, que huele a pigmento y colores, se llamaba en realidad Jacopo Comin. Merece la pena apartarse de la ruta tur¨ªstica y buscar su casa en el 'sestiere' (barrio) de Camnaregio. Casi se cae, se ahoga en el canal su fachada, pero qu¨¦ hermosos los siglos sobre ella
En una ocasi¨®n para admirar a muchos de los mejores artistas del momento, y para descubrir palacios privados, misteriosos y ocultos
No va a ser narcisista Venecia, siempre mir¨¢ndose en sus aguas? Aguas trajinadas, sucias, con manchas y posos, sedimentos, como sus muros. Sus casas y palacios -estilo bizantino, g¨®tico, renacentista, barroco- est¨¢n hechos, m¨¢s que de cualquier materia, de tiempo; ese tiempo desconchado que, salvo en el caso de los construidos con roca y m¨¢rmol, m¨¢s solemnes, deja visible tras la deserci¨®n parcial del estuco el fiel ladrillo, al fin y al cabo tambi¨¦n ¨¦l barro, tierra mezclada con agua. Y ese tiempo de los edificios, su sustancia, corre como en homenaje a Her¨¢clito de un lado a otro sobre el plano de la ciudad, seg¨²n sube o baja la marea.
?sta es, la marea, al tiempo que una amenaza constante de inundaci¨®n, un elemento salut¨ªfero para la ciudad, pues al henchir los canales los limpia, arrastra el lodo, cubre los detritos. La ONU ha alertado del peligro que corre medio planeta ante la m¨¢s que previsible universal subida de las aguas. Venecia ser¨¢, si esto sucede, una de las primeras bajas, por m¨¢s que el hombre, ese futuro ahogado, se las ingenie para guardarla con esclusas. Pasar¨ªa entonces a ser una de esas ciudades sumergidas de las leyendas c¨¦lticas.
Pero Venecia no necesita asimilarse a otras literaturas: ya ella es el lugar m¨¢s literaturizado del globo, y Shakespeare, Pound, Browning, Byron, Morand, James, Mann, Brodsky, Hemingway..., se han encargado de transmitir su magia por escrito. Con el pincel lo han hecho, am¨¦n de los artistas nativos, ese maestro del apunte y la sugerencia que es Turner, cuyos lienzos sobre Venecia se admiran hoy junto a otras aguas, las del T¨¢mesis. Y el pintor-escritor Ram¨®n Gaya, que vivi¨® temporadas en la ciudad, ha dejado sobre ella p¨¢ginas de un diario y cuadros. Y Hugo Pratt, dibujante-escritor, ha hecho lo propio con sus c¨®mics de Halc¨®n Malt¨¦s. Y...
La fantas¨ªa de Canaletto
No esperemos ser exactos, fotogr¨¢ficos, milim¨¦tricos, con Venecia. Detallistas, s¨ª, que hay tanto que apreciar y descubrir. Pero sin olvidar que Canaletto se invent¨® o deform¨® seg¨²n su mag¨ªn tantas cosas, retratista al por mayor de su fantas¨ªa. Qu¨¦ extra?o determinismo el de los apellidos de los grandes artistas venecianos. Antonio da Ponte hizo el que durante mucho tiempo fue ¨²nico puente sobre el Gran Canal, el de Rialto. Y Canaletto se llamaba en realidad Giovanni Antonio Canal, como si estuviera abocado a arrastrar sus pinceles por las v¨ªas acu¨¢ticas. Sin embargo, Tintoretto, que huele a pigmento y colores, se llamaba en realidad Jacopo Comin.
Merece la pena apartarse de la ruta tur¨ªstica y buscar su casa en el sestiere (barrio) de Cannaregio, junto al Campo dei Mori. Casi se cae y ahoga en el canal su fachada (como Narciso), pero qu¨¦ hermosos los siglos sobre ella. Hasta fecha reciente, el Museo del Prado ha acogido una gran exposici¨®n sobre el pintor. Pero en Venecia ¨¦sta es permanente en San Rocco o en San Giorgio Maggiore (de Palladio), perfecta excusa para deambular por ella.
Rincones especiales
Un poco m¨¢s all¨¢ de su casa natal, pasando un puente, la iglesia de Santa Maria dell'Orto, de ladrillo oscuro, como la de los Frari en la distancia. Otros templos religiosos o seculares (las scuole, sedes de beneficiencia y mecenazgo) son de m¨¢rmol blanco: la mencionada de San Rocco, o la iglesia de San Barnaba, o la de los Descalzos, sobre el Canal Grande. Una fachada que ahora no se ve (la est¨¢n arreglando) es la del Palazzo Vendramin Calergi, casino y residencia en su d¨ªa de Wagner, que en ¨¦l compuso parte del Trist¨¢n e Isolda. Una c¨²pula que tambi¨¦n hay que adivinar ahora tras sus abombados andamios es la de Santa Maria della Salute, junto a la Dogana del Mar. Esta antigua aduana, cu?a que el barrio de Dorsoduro pone entre San Marco y la Giudecca, al sur, ser¨¢ pronto un museo de arte contempor¨¢neo gestionado por el magnate franc¨¦s Pinault, ya titular del Palazzo Grassi, c¨¦lebre por sus exposiciones de arte contempor¨¢neo o sobre civilizaciones antiguas. En la lid se ha impuesto sobre el Museo Guggenheim, vecino del barrio, que esperaba extenderse hacia ese oriente que dista s¨®lo doscientos metros. Del otro y lejano se trajo Marco Polo pasta y peripecias. La que fue su casa est¨¢ cerca de la mitad del Gran Canal.
Los puentes sobre ¨¦ste son pocos, pero para paliar la carest¨ªa est¨¢n, adem¨¢s del nuevo y pol¨¦mico de Calatrava, los traghetti, esas otras embarcaciones que pasan de una orilla a otra en lugares estrat¨¦gicos. Y tambi¨¦n el vaporetto de la l¨ªnea 1, que haciendo continuamente escala en una y otra orilla viene a pespuntear de puentes m¨®viles el ancho surco de agua. Los embarcaderos, las plataformas desde las que se sube o baja de los vaporetti, son tambi¨¦n flotantes como ellos mismos, para que en la subida o bajada de las mareas muelle y barco est¨¦n a la misma altura, dado que el acqua alta es no s¨®lo t¨ªtulo de una novela policiaca de Donna Leon (ambientada, como el resto de las suyas, en Venecia), sino una realidad que lava con frecuencia el rostro de la Seren¨ªsima, el m¨¢s hermoso submarino, a veces, de la Tierra.
M¨¢s all¨¢ de las grandes atracciones, algunos rincones favoritos: el bacaro Al Tim¨®n, en Fondamenta dei Ormesini, donde hay excelentes vinos italianos por copas. Yo tomo all¨ª el asequible y rico Ripasso, de la denominaci¨®n Valpolicella, acompa?ado de cichetti, tapas a un euro. O la osteria Ai Asassini, en una calle sin salida en lo m¨¢s enrevesado del centro, donde tampoco hay carta en ingl¨¦s u otra lengua que no sea el italiano (todo viajero sabe que los mejores lugares son siempre monoling¨¹es). Tambi¨¦n, para hacer una pausa, el jardincillo p¨²blico que est¨¢ en el extremo de la calle Larga Foscari, junto a los Vighili del Fuoco: un lugar recoleto con bancos de piedra blanca, lisa y desgastada, verdor junto al canal y triunfo abrumador de las glicinias.
O tambi¨¦n la gabarra convertida en puesto de frutas y verduras en el r¨ªo de San Barnaba, junto al Ponte dei Pugni y camino del enorme Campo Santa Margheritta y sus terrazas, en las que siempre es gozoso dar cuenta de un spritz o un bellini, esas ambros¨ªas v¨¦netas, por una fracci¨®n de lo que cuestan en el elusivo Harry's Bar o en el caf¨¦ Flori¨¢n, de la plaza de San Marcos (en la ciudad s¨®lo hay esta piazza, m¨¢s la adjunta piazzetta hom¨®nima y el piazzale Roma, donde dejan los autobuses: el resto son campi, gloriosos descampados, como el de Sant' Angelo o el de San Stefano).
Para viajar bien y aprovechar al m¨¢ximo lo que los lugares guardan para brindarnos, en Venecia como en cualquier otra parte no basta con llegar sin m¨¢s a los sitios; hay que hacerlo desde el punto indicado. As¨ª, uno recomendar¨ªa llegar a Santa Maria dei Miracoli desde el Campo de Santa Maria Formosa, siguiendo por la calle que termina en una casa cuyo jard¨ªn abre su espesura ante el canal, para as¨ª darse de bruces, casi, con su fachada y su acopio de m¨¢rmoles distintos.
Pasi¨®n de los poetas
El peque?o milagro lo hizo Pietro Lombardo, todo para arropar el icono milagroso de principios del siglo XV, que de un nicho pas¨® a una capilla, y de ah¨ª a ¨¦sta, una de las iglesias m¨¢s bonitas, perm¨ªtaseme el sencillo adjetivo tan verdadero en este caso, que ha quedado como una madonna joven con la cara reci¨¦n lavada tras su primorosa y mod¨¦lica restauraci¨®n. Rode¨¢ndola por la derecha se abre la contemplaci¨®n del Campo de Santa Maria Nova, con su librer¨ªa, que saca su nutrido puesto a la plazuela, con mucho de lo que se ha escrito sobre Venecia. El canal la besa por el costado izquierdo, de piedra de Istria, resistente a las sales del agua.
Toda Venecia est¨¢ llena de interiores espl¨¦ndidos, pero quien quiera gozar de la ciudad en unas breves vacaciones lo mejor que har¨¢ es perderse en su d¨¦dalo de canales y callejas: cualquier esquina tiene vistas memorables, haga sol o llueva. Los sestieri de San Polo o Santa Croce, por ejemplo, son para ser recorridos al azar. M¨¢s de verso libre que de soneto.
Hubo en Espa?a una corriente po¨¦tica que se vino a denominar venecianismo, cuyo m¨¢ximo exponente es Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez. La misma senda la recorrieron hacia distintos destinos Gimferrer, Villena, Carnero y Colinas. Tambi¨¦n F¨¦lix de Az¨²a, que escribi¨® La Venecia de Casanova. Y hoy, Molina Foix, autor de Tintoretto y los escritores, o Garc¨ªa Mart¨ªn, en Arco del para¨ªso. Pero ?lvarez, zorro de los nov¨ªsimos, sabe que signando con la zeta el nombre de Venecia (escribiendo Venezia como ¨¦l lo hace, al it¨¢lico modo) consigue dar sabor y trasladar algo que hace propio, naturalizarse all¨ª. As¨ª lo escriben los venecianos. Y as¨ª ha ido perseverando en este mito de Venezia con zeta de desgarradora belleza en su obra Museo de Cera.
Otro poeta, Joseph Brodsky, antes de publicar en ingl¨¦s su famoso libro Marca de agua, dio a la imprenta en traducci¨®n italiana la misma obra con el t¨ªtulo de Fundamenta degli Incurabili. Pero Watermark es un t¨ªtulo perfecto donde los haya. Recuerda a la filigrana que es Venecia toda. Tard¨¦ en encontrar su tumba en el cementerio de San Michele, la isla de los muertos, pues fuera del recinto donde est¨¢n enterrados Stravinsky y Diaghilev no esperaba hallar caracteres cir¨ªlicos. Bajo su nombre en ruso -ya en letra latina, pero con la forma Brodskij-, la l¨¢pida del gran poeta rusoamericano, quiero decir veneciano, destino que am¨® sobre todos. Nacido en San Petersburgo, tambi¨¦n ciudad con una red de canales, en el B¨¢ltico, Brodsky se sinti¨® como en casa (es decir, en el exilio interior que lleva todo poeta) en la ciudad del Adri¨¢tico. Dej¨® en 1972 la gran prisi¨®n que era la URSS, el mismo a?o en que muri¨® aqu¨ª Pound.
La Venecia de Brodsky y Pound
Hay una Venecia para cada cual. A Brodsky le enamor¨® la de las algas congeladas, del fr¨ªo y de la niebla. Para mejor apreciarla, aunque parad¨®jicamente se pierda parte del significado, su libro hay que leerlo no en su traducci¨®n espa?ola ni en el original ingl¨¦s, sino en italiano, lengua que para un espa?ol es inteligible a medias y que precisamente por ello pone un lienzo de niebla ante los ojos, velando el paisaje, transfigur¨¢ndolo, como un g¨¦lido espectro. Preferimos el sol, pero el invierno era la estaci¨®n preferida de Brodsky en la laguna, adonde iba todos los fines de a?o.
Siempre amante de la ciudad (aqu¨ª hizo imprimir su primer libro en 1902, con t¨ªtulo en italiano, A lume spento), Ezra Pound vivi¨® con Olga Rudge (la redescubridora de Vivaldi) en una humilde vivienda ("Con usura, nadie tiene una casa de buena piedra", Canto XLV) de la calle Querini, cerca de la Dogana. Hay otras calles Querini en la ciudad, pues aqu¨ª los nombres se repiten como espejeados en las aguas: cada sestiere, por no decir cada campo, eran anta?o mundos parvos y aut¨®nomos. Adem¨¢s, hay nombres escritos a la veneciana o en italiano oficial, a?adiendo confusi¨®n, encanto. Otra particularidad es la numeraci¨®n de las puertas, que no atiende a un orden en la calle, sino al del total del caser¨ªo de Venecia.
Pero, repito, como ese puente por el que ya hemos pasado (?o no?), como ese trozo de canal ya visto (?o era otro?): Venecia es para perderse. Nunca se puede ir por error demasiado lejos, y cada esquina es a¨²n m¨¢s bella que la anterior. Fluvial, no hay ciudad como ella para andarla. Venecia: la mejor acuarela, viva, de la Tierra.
- Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963), poeta y traductor, es autor del libro Viaje sentimental por Inglaterra (Almuzara).
UNA MUESTRA DE ARTE, CINE, TEATRO Y M?SICA
Arte.La 52? Bienal de Venecia, bajo el t¨ªtulo Piensa con los sentidos. Siente con la mente y cuyo comisario es el cr¨ªtico y artista estadounidense Robert Storr, acoge hasta el 21 de noviembre hasta 100 creadores de 77 pa¨ªses diferentes y cerca de 60 pabellones nacionales. Durante la Bienal se celebran m¨¢s de una treintena de eventi collateralli. El Pabell¨®n Central de Giardini presenta una secuencia de grandes cl¨¢sicos de las ¨²ltimas d¨¦cadas: artistas como Sigmar Polke, Nancy Spero, Ellsworth Kelly, G. Richter, Bruce Nauman, Louise Bourgeois y Sol Lewitt; los espa?oles Ignasi Aball¨ª y Miquel Barcel¨® estar¨¢n representados en el Arsenale, mientras que en el pabell¨®n espa?ol destacan la instalaci¨®n de Jos¨¦ Luis Guerin, la fotograf¨ªas de Vilari?o, la obra en v¨ªdeo de Rub¨¦n Ramos y las performances de Los Torreznos. (www.labiennale.org)Cine .La cinta Expiaci¨®n, del brit¨¢nico Joe Wright, inaugura la 64? Mostra de Cine (entre el 29 de agosto y el 8 de septiembre), en el Lido.M¨²sica.Del 4 al 10 de octubre, conciertos de 61 compositores de medio mundo (Corea, Israel, China...).Teatro.El 18 de julio, a las 21.30, se estrena La famiglia dell'antiquario, dirigida por Llu¨ªs Pasqual.Informaci¨®n pr¨¢ctica- Las entradas pueden adquirirse en www.labiennale.org y en los tel¨¦fonos 00 394 15 21 87 11 (arte), 00 394 15 21 88 78 (cine), 00 394 15 21 88 98 (teatro). Precio: 15 euros; estudiantes, menores de 26 a?os y mayores de 65, 12 euros. Dos adultos y dos menores de 14 a?os, 35. Visitas guiadas de dos horas (reserva previa) para grupos de 10 personas y m¨¢ximo de 25. En italiano, 75; en otros idiomas, 85 euros.
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos- Prefijo internacional: 00 39.- Poblaci¨®n: Venecia tiene alrededor de 250.000 habitantes.C¨®mo llegar- Vueling (902 33 39 33; www.vueling.com) tiene una oferta para volar en julio entre Madrid y Venecia por 60 euros, ida y vuelta, tasas incluidas.- Iberia (902 40 05 00; www.iberia.com) tiene vuelos a Venecia a partir de 163 euros, con tasas y gastos de emisi¨®n incluidos. Tarifas de ida y vuelta con salida desde Madrid y Barcelona.- La aerol¨ªnea de bajo coste My Air (www.myair.com) vuela a Venecia desde Madrid y Barcelona. El precio de un billete de ida y vuelta en julio, saliendo de Madrid, ronda los 168 euros, con tasas y cargos.Dormir- Hotel Rio Alto (www.rioalto.it; 04 12 41 39 31). San Marco, 5.466. C¨¦ntrico. 110 euros la doble en julio y agosto.- La central de reservas Venice Hotels (www.venicehotel.org) dispone de ofertas de ¨²ltimo minuto y un calendario con los d¨ªas en los que se consiguen las mejores ofertas.Comer- Oster¨ªa Alla Vedova (04 15 28 53 24). Barrio de Cannaregio. De 25 a 30 euros.- Al Mascaron (04 15 22 59 95). Zona de Castello. Unos 40 euros.- Trattoria Ai do Forni (04 15 23 21 48; www.doforni.it). Barrio de San Marco. Pescados. Entre 60 y 90 euros.Venecia fuera de ruta- Los misterios del Ghetto Vecchio, el viejo barrio jud¨ªo, iglesias como la de Madonna dell'Orto, la casa de Tintoretto en la plaza Campo dei Mori... La Venecia m¨¢s aut¨¦ntica y enigm¨¢tica se oculta en las fondamentas y plazas del sestiere (barrio) de Cannaregio, a 15 minutos a pie del hormigueo de turistas del Rialto y la plaza de San Marcos. O en las islas de la laguna: Burano, Murano, Torcello, Sant'Erasmo, San Giorgio Maggiore, Lido, o las menos conocidas y diminutas San Francesco del Deserto, Sacca Sessola, Santo Spirito, Poveglia, San Clemente y San Servolo, Santa Maria della Grazzia o San Lazzaro degli Armeni, una de las m¨¢s sugerentes, con un jard¨ªn por donde se pasean los pavos reales, un convento de monjes y un museo que guarda la memoria de lord Byron. Para descubrirlas s¨®lo hay que embarcar en uno de los vaporetti (autobuses acu¨¢ticos; l¨ªneas LN, T, 20, 13, 11...) que parten de la Fondamenta Nove y otros lugares de Venecia. La empresa I Batelli di Brenta (www.battellidelbrenta.it) realiza traves¨ªas entre Venecia y Padua a lo largo del canal de Brenta.Informaci¨®n- Oficina de turismo de Italia en Madrid (915 67 06 70; www.enit.it).- Oficina de turismo de Venecia (04 15 29 87 11; www.turismovenezia.it).
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