Mas afirma que un Gobierno CiU-PSOE acabar¨ªa con los "mangoneos" de Montilla
El l¨ªder de CDC dice que el pacto con el socialismo espa?ol debe imponer condiciones al PSC
La pol¨ªtica catalana y la espa?ola de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica (CDC) forman parte de un conjunto inseparable. A partir de esta premisa, advirti¨® ayer Artur Mas, CDC no podr¨¢ "salvar la cara" en Madrid a los mismos que se la "rompen" en Catalu?a. Por tanto, un eventual Gobierno de coalici¨®n entre CiU y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero tendr¨ªa consecuencias en el escenario pol¨ªtico catal¨¢n. Una de ellas, la imposici¨®n al PSC de un "c¨®digo ¨¦tico" para que respeten la lista m¨¢s votada y acabar as¨ª con los "mangoneos" poselectorales de Jos¨¦ Montilla.
Converg¨¨ncia no rechaza de entrada integrarse en un Gobierno de coalici¨®n tras las legislativas de marzo de 2008, si la aritm¨¦tica parlamentaria la sit¨²a en una posici¨®n de bisagra. Mas est¨¢ dispuesto, dijo, a dialogar con el PP y con el PSOE, pero a cambio de determinadas condiciones y contrapartidas. Para los populares, la retirada de su recurso ante el Tribunal Constitucional contra el nuevo Estatuto. Para los socialistas, su compromiso de desplegar ¨ªntegramente la carta auton¨®mica y aplicar un programa conjunto de gobierno. "Podemos convertirnos en ¨¢rbitros de la pol¨ªtica del conjunto del Estado y tener la sart¨¦n por el mango", manifest¨® en su intervenci¨®n ante el Consejo Nacional de CDC -m¨¢ximo ¨®rgano entre partidos-, reunido en Bellaterra.
Al enumerar las contrapartidas pol¨ªticas, Mas se mostr¨® suficientemente cauto y ambiguo para que su discurso no desentonara ni pudiera herir a su hom¨®logo democristiano Josep Antoni Duran Lleida, cabeza de lista al Congreso. Dej¨® claro que no exigir¨¢ la presidencia de la Generalitat a cambio de su apoyo a Zapatero, corrigiendo as¨ª lo anunciado semanas atr¨¢s por sus m¨¢s inmediatos colaboradores. Pero s¨ª advirti¨® de que este pacto deber¨¢ hacer reflexionar a los socialistas catalanes. Y si no lo hacen motu proprio, all¨ª estar¨¢ ¨¦l para obligarles.
Mas avis¨® de la imposibilidad de gobernar con los socialistas en Madrid mientras en Catalu?a "contin¨²an con sus mangoneos" poselectorales, como por ejemplo aupando a ERC a la presidencia de las diputaciones de Lleida o Girona siendo la fuerza menos representada. Por tanto, impondr¨¢ como contrapartida que el PSC se avenga a firmar un "c¨®digo ¨¦tico" que conlleve el respeto a la lista m¨¢s votada en las elecciones. Es decir, Mas se asegurar¨ªa la Generalitat en caso de ganar, aunque fuera por la m¨ªnima. Tambi¨¦n apunt¨® la posibilidad de incluir este requisito en la futura ley electoral.
El dirigente de Converg¨¨ncia lanz¨®, aunque veladamente, dos pullas a su hom¨®logo democristiano. Le advirti¨®, primero, de que la prioridad de CiU debe ser gobernar las instituciones catalanas, y luego le inviti¨® a integrarse en "la casa com¨²n del catalanismo" que quiere hacer de CDC. Para ello, Mas fomentar¨¢ un debate estrat¨¦gico y program¨¢tico entre las bases, que dirigir¨¢ el diputado Quico Homs.
Revisar las relaciones con Uni¨®
Ni Uni¨® ni Converg¨¨ncia tienen, de momento, voluntad de caminar por separado. Pero tanto en uno como en otro partido empiezan a alzarse voces sobre la conveniencia de iniciar una profunda reflexi¨®n acerca del modelo de relaciones no s¨®lo entre los l¨ªderes de ambos partidos, sino tambi¨¦n a escala territorial.
Media docena de cuadros de Converg¨¨ncia sacaron ayer a colaci¨®n, en el Consejo Nacional del partido, el rifirrafe entre Mas y Duran a prop¨®sito de la estrategia que seguir en pol¨ªtica espa?ola. Pero fueron unas intervenciones aguadas, sin el ¨¢nimo cargado con que algunos dirigentes territoriales se hab¨ªan manifestado d¨ªas atr¨¢s. Aplaudieron que, en su opini¨®n, Mas hubiera puesto "firmes" a Duran para impedirle campar a sus anchas en Madrid tras las generales de 2008. Vinieron a decir que el l¨ªder de Uni¨® se hab¨ªa amilanado ante la amenaza de ruptura lanzada p¨²blicamente por Jordi Pujol.
Los cuadros convergentes subrayaron que quiz¨¢ en la c¨²pula las relaciones entre ambos partidos est¨¦n engrasadas, pero que en el territorio funcionan a trancas y barrancas, y que las pasadas elecciones municipales han empeorado la situaci¨®n. Jordi Pujol y Artur Mas salieron a defender el "esp¨ªritu" de la federaci¨®n, pero reconocieron que tal vez ser¨ªa cuesti¨®n de replantearse la manera de funcionar en el territorio.
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