Ch¨¢vez se libra de las grandes empresas estadounidenses
Cinco compa?¨ªas han dicho este a?o adi¨®s a Venezuela por la ola de nacionalizaciones
Verizon, AES Corp., CMS Energy, Conoco Phillips y ExxonMobil. Son cinco, hasta ahora, las compa?¨ªas estadounidenses que han sido desplazadas de ingentes negocios en Venezuela en lo que va de 2007. La oleada de nacionalizaciones de sectores estrat¨¦gicos anunciada por el presidente Hugo Ch¨¢vez tras su reelecci¨®n, en diciembre de 2006, se ha cumplido en los plazos previstos.
Pero quien se imagine a los ejecutivos de estas empresas huyendo a toda prisa a trav¨¦s de los helipuertos mientras el Gobierno se adue?a de las instalaciones se equivoca radicalmente. En rigor, la estatalizaci¨®n de estas empresas se ha concretado seg¨²n las reglas del capitalismo, con dinero sobre la mesa de negociaciones.
El Estado recupera poder en diferentes actividades de petr¨®leo, electricidad y telefon¨ªa
El ¨²ltimo avance hacia el fin de que el Estado controle todas las actividades estrat¨¦gicas lo ha dado el Gobierno esta semana, cuando consigui¨® que cuatro de las seis empresas que operaban en la Faja Petrolera del Orinoco firmaran convenios por los que ya no ejercer¨¢n el control, sino que ser¨¢n socios minoritarios de la empresa p¨²blica Petr¨®leos de Venezuela (PDVSA).
Suscribieron los pactos la francesa Total, la brit¨¢nica BP, la estadounidense Chevron y la noruega Statoil. Pero las dos que quedaron fuera del convenio no son cualquier cosa. Se trata de los titanes estadounidenses Conoco Phillips y ExxonMobil, cuyas casas matrices resolvieron que no desean la sociedad con el Gobierno venezolano y prefieren abandonar un negocio que valorado en su conjunto alcanza los 30.000 millones de d¨®lares (22.153 millones de euros).
Estas empresas trabajaban en la extracci¨®n y el procesamiento primario de los crudos extrapesados del Orinoco. Conoco Phillips y ExxonMobil al parecer demandar¨¢n al Estado venezolano ante tribunales de arbitraje, aunque el ministro de Energ¨ªa y Petr¨®leo y presidente de Petr¨®leos de Venezuela, Rafael Ram¨ªrez, asegur¨® que se har¨¢ el m¨¢ximo esfuerzo para un acuerdo extrajudicial.
No se ha ofrecido una versi¨®n oficial de lo que supondr¨¢ la indemnizaci¨®n a estas firmas, una cantidad que deber¨¢ sumarse a los gastos ya realizados por el Ejecutivo para comprar las otras empresas catalogadas como estrat¨¦gicas.
El Gobierno adquiri¨® la empresa Servicio El¨¦ctrico de Nueva Esparta (Seneca) a la corporaci¨®n CMS Energy por 105,5 millones de d¨®lares. ?sta es la compa?¨ªa que surte de electricidad a la tur¨ªstica isla Margarita. Posteriormente adquiri¨® la mayor¨ªa de Electricidad de Caracas a la estadounidense AES Corp., por 740 millones de d¨®lares. Es la entidad que abastece a Caracas y parte del extrarradio. Tambi¨¦n se ha hecho con la Compa?¨ªa An¨®nima Nacional Tel¨¦fonos de Venezuela, antes del consorcio estadounidense Verizon.
Los costes de la creaci¨®n de las empresas mixtas con las cuatro transnacionales petroleras no han sido precisados a¨²n, ni se ha presentado una estimaci¨®n de lo que deber¨¢ pagar Venezuela como compensaci¨®n a las dos firmas que han renunciado al trato. "La nacionalizaci¨®n para nosotros no tiene costes, para nosotros tiene una ganancia importante, ganancia en soberan¨ªa nacional", dijo el ministro Ram¨ªrez cuando se le consult¨®.
La forma como la palabra de Ch¨¢vez se transform¨® r¨¢pidamente en hechos (algo que no ocurr¨ªa a menudo) ha generado expectativas en sectores econ¨®micos susceptibles de nuevas nacionalizaciones. El presidente ha advertido a la empresa Sider¨²rgica del Orinoco, la mayor acer¨ªa del pa¨ªs, con capital argentino. Ha alegado que no surte debidamente al mercado interno porque procura volcar toda su producci¨®n al campo internacional. Ch¨¢vez tambi¨¦n ha aconsejado a las productoras de cemento (una de ellas de capital mexicano) que cumplan con los clientes nacionales; si no las nacionalizar¨¢.
El mandatario, de 52 a?os, proclama para Venezuela el socialismo del siglo XXI y para ello ha propuesto cambios en la Constituci¨®n que hagan posible la coexistencia de la propiedad privada con la colectiva. "El capital privado seguir¨¢ teniendo su espacio, pero las ¨¢reas estrat¨¦gicas quedar¨¢n reservadas al Estado", dijo en una reciente declaraci¨®n.
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